OPINIóN
Cultura

Lo que "La sociedad de la nieve" le debe a "Pedro Páramo"

A sabiendas o no, la ficción de Netflix que da vida a la exitosa película de los rugbiers uruguayos que sobrevivieron en el Valle de Las Lágrimas, en los Andes, tiene sorprendentes puntos de contacto con la novela de Juan Rulfo

La sociedad de la nieve en la nieve y Pedro Paramo 20240112
La sociedad de la nieve en la nieve y Pedro Paramo. | Collage

Juan Rulfo tardó 15 años en escribir Pedro Páramo (1955). En todos sus lectores, ésta, su primera novela, logra un sentimiento parejo: conmoción. Como La sociedad de la nieve, la película que dirigió el catalán Juan Antonio Bayona y que arrasa en Netflix, a 51 años de la tragedia de los rugbiers uruguayos, que ocurrió en octubre de 1972.

Ambas obras, además de ser conmocionantes, tienen varios elementos en común

Si bien la película homónima que emite y produjo Netflix, junto a otros cinco sellos productores, se basó en el libro publicado en 2009 por el escritor uruguayo Pablo Vierci, guarda varios puntos de contacto con la breve novela del autor que cerró el ciclo de la literatura de la revolución mexicana.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Para empezar, la muerte y la esperanza. 

Sí, es cierto, no hay un terrateniente déspota ni reforma agraria detrás de la tragedia de los 45 pasajeros que viajaban a bordo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya cuando, el 13 de octubre de 1972, la aeronave se desplomó sobre el glaciar del Valle de Las Lágrimas. Sólo hubo plegarias y soledad, errores humanos y fatalidad. 

Pablo Vierci La sociedad de la nieve 20231204
Pablo Vierci (arr.), el autor uruguayo de La sociedad de la nieve).

 

La Sociedad de la Nieve 20240112
Juan Rulfo (ab.), el autor mexicano de Pedro Páramo.

Hubo nieve que confundía, equivocados cálculos de aterrizaje y desorientación en los adolescentes inexpertos que intentaron lo imposible por mantenerse unidos y sobrevivir: en 1972 y a tan solo 22 kilómetros caminando en línea recta hacia el Este, hubieran desembocado en el Hotel Sosneado y la pesadilla tal vez hubiera sido diferente. 

El avión FairchildFH-227D de la Fuerza Aérea Uruguaya que los trasladaba se estrelló con la estribación nororiental del cerro Alto del Azufre (4691 m) y el fuselaje manco sin alas ni cola quedó atrapado sobre las nieves infernales del glaciar De las Lágrimas. 

Los rugbiers veían que al norte de esa posición –no tenían idea de dónde estaban, pero lo que veían era el cerro Seler-, se ocultaba el sol a las 16 hs y pensaron que si lograban sortear la gélida masa blanca sobre las rocas llegarían al “verde valle chileno”. 

Sin embargo, estaban en suelo argentino, a 3.570 metros sobre el nivel del mar, en Malargüe. Eran deportistas, pero no andinistas y eligieron la ruta más tortuosa, la Cordillera de los Andes, en donde sobrevivir es de valientes. 

Cómo nació la sociedad de la nieve

Además de 5 tripulantes, en el avión militar que chartearon viajaban 19 rugbiers del Old Christians Club y el resto eran familiares, amigos. Con el impacto, 13 personas murieron de inmediato; la primera noche, otros 4, congelados; un alud sepultó a 8; y 4 más fenecieron por las heridas letales que no pudieron sanar a causa de la inanición, la sed, las hemorragias, la naturaleza indómita. 

La Sociedad de la Nieve: Qué pasó con los restos del avión y qué hay ahora en el lugar de la tragedia
La sociedad de la nieve.Varios fotogramas de la película reconstruyeron a la perfección las imágenes fotográficas que tomaba uno de los sobrevivientes.

“La mayoría de los días pensaba que iba a salir de allí... Tenía una gran confianza con ellos para llegar a algún lugar y lo hicieron. Pero otros días, en esos días terribles que los esperábamos, yo pensé que no iban a llegar a ningún lado, entonces puse mi fecha de morir el 24 de diciembre”, contó una vez José Luis 'Coche' Inciarte, uno de los que increíblemente sobrevivieron.

“Unos dicen que fue una tragedia, otros hablan de un milagro. ¿Qué pasó realmente? ¿Qué pasa cuando el mundo te abandona? (…) La respuesta está en la montaña. Hay que regresar al pasado, sabiendo que el pasado es lo que más cambia” anticipa Numa, apenas arranca con el primer travelling sobre la cordillera andina. El es el narrador de La sociedad de la nieve. 

Sólo 16 personas lograron sobrevivir cuando, al cumplirse 59 días del accidente, Roberto Canessa y Fernando Parrado decidieron desafiar la muerte inminente escalando el pico que los separaba de algún paraje chileno. Ocho días más tarde, en la confluencia de los ríos Azufre y San José, en Loma Pastosa, se toparon con un arriero analfabeto, Sergio Catalán Martínez, que recorrió 120 kilómetros a lomo de caballo para pedir ayuda: había encontrado dos fantasmas. 

La sociedad de la nieve: "Los muertos están ahí, al lado tuyo"

En Pedro Páramo también hay un arriero, Abdulio. Pero el de La Sociedad de la Nieve los devolvió a la vida. 

Así, el 23 de diciembre de 1972, 72 días después de haberse estrellado contra la montaña, se produjo “el milagro de los Andes”: las autoridades chilenas rescataron a las 16 personas que aún sobrevivían Dios sabe cómo, dentro de lo que quedaba del fuselaje.

“La Sociedad de la Nieve”. Hilo de las imágenes reales del accidente.
La sociedad de la nieve, producida y distribuida por Netflix y otros cinco sellos productores.

Cristianos y devotos, cada aniversario, los rugbiers uruguayos hicieron llegar su mensaje al hombre que los devolvió a la esperanza de la civilización. "Un gran hombre con una gran familia. Le debemos la vida. QEPD", twiteó Carlos Páez, hijo del pintor uruguayo Carlos Páez Vilaró, cuando tuvo la triste noticia de que el hombre había fallecido a los 91años, en 2020.   


Lo que “La sociedad de la nieve” le debe a “Pedro Páramo”

A diferencia de Viven (1993, Piers Paul Reed), La sociedad de la nieve ahonda en el murmullo interior de la complejidad psicológica del encierro personal en la naturaleza inmensa y silenciosa, que tiene todo para ofrecer y nada para los que desafían el filo de la muerte. Los personajes que recrea la versión fílmica de Juan Bayona hurgan en su interior, revalorizan su pasado, se conectan con la vida y con sus seres queridos, incluso por carta. Nunca pierden la voz.

Como en Pedro Páramo: “Las palabras que había oído hasta entonces no tenían ningún sonido, no sonaban, se sentían, pero sin sonido, como las que se oyen durante los sueños”.

La Sociedad de la Nieve: Qué pasó con los restos del avión y qué hay ahora en el lugar de la tragedia
Valle de las Lágrimas. Así está hoy el lugar donde se recuerda la tragedia de los Andes. Los rugbiers estaban a 22 kilómetros del Hotel Sosneado, en el departamento de San Rafael; yendo en línea recta hacia el Este, lo hubieran encontrado.

Comala, en la novela de Juan Rulfo, es un pueblo fantasma y el Valle de las Lágrimas, en Malargüe, también lo es. Allí, sintiéndose abandonados por Dios los héroes de los Andes sobreviven entre los difuntos, habitan el cementerio que se multiplica con los días.

“Aquello [Comala] está en las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno”, describe Pedro Páramo. En el hielo que quema hasta las lágrimas en los Altos del Azufre, los sobrevivientes de los Andes  también vivieron su propio averno. El calvario tomó voz en el diálogo colectivo, pero fue el murmullo constante de su voz interior lo que los condujo a la antropofagia para sobrevivir en un desierto abrasador y yermo, a -30ºC. 

Los recuerdos de Roberto Canessa a 50 años de la Tragedia de los Andes: "No volvimos a ser los mismos"

Un tema que la versión de Netflix aborda con el cuidado extremo que merece un tema muy sensible. Los rugbiers uruguayos eran creyentes y le temían a Dios, como los personajes de Pedro Páramo. En su mayoría fueron alumnos del Colegio Stella Maris, una institución privada y católica fundada en el barrio Carrasco de Montevideo por los Hermanos Cristianos, la congregación del beato irlandés Edmund Rice (del inglés “arroz”),  para combatir el hambre -vaya ironía- y la pobreza en el mundo.

Entre rosarios, plegarias incesantes y medallitas de la Virgen, cómo sobrevivir fue un debate librado a la conciencia de cada uno. Aunque la antropofagia fuera el último recurso atroz, los jóvenes no dejaban de sentirse pecadores – al menos las primeras semanas. Ese “pecado” que recorre Pedro Páramo fue lo único que sostuvo de este lado de la vida a los que lo aceptaron. Otros se dejaron morir.

“Sabíamos la respuesta, pero era demasiado terrible para contemplarla”, declaró Roberto Canessa en el libro de memorias que escribió Nando Parrado en 2006. “Los cuerpos de nuestros amigos y compañeros de equipo, preservados afuera en la nieve y el hielo, contenían proteínas vitales que podrían ayudarnos a sobrevivir. Pero, ¿podríamos hacerlo?", se preguntaba el autor que, en el momento del accidente, tenía 19 años y estudiaba Medicina. 

“Vivimos en una tierra en que todo se da gracias a la Providencia; pero todo se da con acidez. Estamos condenados a eso”, susurra a su turno el cura de Contla, en la novela mexicana.

De todos modos y a destiempo, para los protagonistas de La Sociedad de la Nieve queda claro que a ellos sí les llegaré el perdón. Por eso y con la indispensable camaradería que los mantuvo unidos aun en la tragedia, uno a uno ofrecen solidariamente su propio cuerpo en una suerte de última cena de altruismo para la supervivencia de los que Dios elija. Y se encomiendan.


Esperanza en “La sociedad de la nieve”

“Todo parecía estar como en espera de algo”, escribió Juan Rulfo.

 “A pesar de nuestro dolor y conmoción, no nos desesperamos. Aunque no teníamos contacto por radio ni teléfono, creíamos firmemente que nuestro rescate era inminente”, escribió Canessa en 2016.

“Por primera vez pienso en la posibilidad, cada vez más real, de no volver a casa, pero miro a Nando y siento esperanza”, cuenta Numa en la película.

La Sociedad de la Nieve 20240110
Numa Turcatti, interpretado por el actor Enzo Vogrincic, murió esperando el rescate, el 30 de octubre de 1972. El punto de vista de la tragedia se centra en él, según la versión de La sociedad de la nieve, del autor Pablo Vierci.

Otro hallazgo de La sociedad de la nieve es darle protagonismo a Numa, un personaje que, en la suma de las tragedias, casi parecía “menor”, como Juan Preciado en la novela de Rulfo. Sin embargo, su sentido común humaniza el horror colectivo. 

Numa Turcatti, de él se trata –interpretado por Enzo Vogrinic- cumplió 25 años en los Andes, el 30 de octubre de 1972. Según el testimonio de otro de los rugbiers, Gustavo Zerbino, fue una figura clave en el encierro tétrico dentro del fusilaje destartalado del avión, esperando junto a los muertos un salvataje que nunca llegaba. 

La sociedad de la nieve, una mirada humana e inspiradora sobre la Tragedia de los Andes

“Siempre recuerdo a Numa, arriba, desesperado, cuando nos dice que prefería morirse mirando el cielo, caminando, en lugar de terminar inmovilizado en una cueva de chapas destrozadas”, dice la novela uruguaya de Pablo Vierci. “Quería colaborar, hasta el final, actuando en lo que pudiera (…) nunca se quejaba” de la infección que le dejaron las heridas del alud que los sorprendió el día décimo séptimo del encierro, cuando murieron otros 8 compañeros. Y La sociedad de la nieve lo refleja a la perfección.

Hoy es muy difícil no pensar en casa”, dice Numa como una plegaria, em la película, luego del alud que se tragó vivos a varios más. “Marcelo quedó atrapado. Deja de tener frío porque deja de sentir. Y dejar de sentir es un alivio. Esperamos 17 días que llegue un momento como éste, un instante de calma, un segundo de sosiego”.

“Lo curaba todos los días, veía cómo se precipitaba al abismo, sin ninguna defensa”, contó Gustavo Zerbino, compañero de cautiverio. Y finalmente Numa murió. Entonces… ¿dónde está la esperanza?

“No me estoy rindiendo, Pancho, me estoy muriendo… me duele no poder hacer más por ustedes”, le dijo antes de terminar de extinguirse.

La Sociedad de la Nieve 20240110
Poster de lanzamiento de la nueva producción, a 51 años de la tragedia de los Andes en la que murieron 29 personas.

 

La Sociedad de la Nieve 20240112
El mexicano Juan Rulfo, autor de Pedro Páramo.

 

Todo lo que se ve en La sociedad de la nieve es el relato desde los ojos de un muerto, Numa, como la polifonía de Pedro Páramo, pero esa comprensión llega tardía, como en la lectura de la novela mexicana: 

“Me llamo Numa. Morí el 11 de diciembre de 1972, mientras dormía”, avisa el relator, luego de oír el diálogo más tenso de la convivencia forazada en la comunidad de la nieve:
“-Están buscando cadáveres, hace dos meses que estamos acá, Roberto, ¿y vos pensás que estamos vivos?
-Estamos vivos. 
-¡¿Vivos?! ¡Mirá como estamos! ¡Mirálo! Esto no es estar vivo
-Mirá que de acá no salimos solo rezando….”

“No hay amor más grande que el que da la vida por los amigos”, susurró  Numa en el pedacito de papel que los amigos encontraron silenciosamente en su bolsillo antes de partir . El sabía que llegaría la esperanza.

“Me mataron los murmullos”  -concluyó Juan Preciado en la novela de Rulfo-, “allí donde el aire cambia el color de las cosas, donde se ventila la vida como si fuera un murumullo, como si fuera un puro murmullo de la vida”, dijo cuando terminó de comprender de qué lado estaba la vida.