OPINIóN
Voceros institucionales

Gabriela Cerruti y sus 10 mandamientos

A la oficina de comunicación de la Presidencia llegó una persona que rompe con todos los moldes establecidos en la materia. ¿Eso es bueno o malo? ¿Será un fracaso como vocera o, por el contrario, marcará una nueva tendencia?

Conferenciade prensa de la portavoz de la presidencia Gabriela Cerruti 20211021
Conferenciade prensa de la portavoz de la presidencia Gabriela Cerruti | Agencia Telam

El 14 de octubre, el Presidente de la Nación designó a Gabriela Cerruti como Portavoz de la Presidencia. Cerruti pasó así a ocupar el rol más importante de comunicación institucional de nuestro País y, por lo tanto, se convirtió en una referente obligada de la disciplina “relaciones públicas”.

Muchos años atrás, en la década del 60, el fundador de la que es considerada la agencia de relaciones públicas más importante del mundo, Dan Edelman, escribió los diez mandamientos de la profesión. Directa o indirectamente, esos mandamientos fueron una guía para quienes trabajamos en ella y sirvieron para su enseñanza en diversas universidades de América y Europa.

De algún modo, a la oficina de comunicación de la Presidencia llegó una persona que rompe con todos los moldes establecidos en la materia, los de Edelman y los de muchos otros.

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¿Eso es bueno o malo? ¿Será un fracaso como vocera o, por el contrario, marcará una nueva tendencia? ¿Estamos ante una vanguardista que posicionará nuevos mandamientos?

Veamos.

En primer lugar, Gabriela Cerruti estudió periodismo y tiene una Maestría en Arte. Contrariamente a lo que se puede pensar, estar capacitado para ejercer el periodismo no brinda muchas herramientas para ejercer la comunicación gubernamental o institucional. El periodista es un experto en comunicación que está muy bien entrenado para investigar la realidad en búsqueda de noticias y también para difundirlas. El comunicador institucional, en cambio, no busca noticias: trata de crearlas (las buenas) y controlarlas (sin son malas), siempre buscando proteger la reputación de aquel para quien trabaja.

 

Gabriela Cerruti Diputados
Gabriela Cerruti, Portavoz de la Presidencia.

 

Igualmente, la carencia de capacitación específica no implica ser un mal profesional. De hecho, hay muchos periodistas que hicieron lo que en la jerga se llama "saltar el mostrador" y, a fuerza de experiencia, ocuparon roles muy importantes en el ámbito público o privado y lo hicieron muy bien. Sin ir más lejos, el anterior mandamás de la comunicación de Casa Rosada, Juan Pablo Biondi, es un periodista con amplia experiencia institucional, a tal punto que fue uno de los directivos del Consejo Profesional de Relaciones Públicas de Argentina. Lamentablemente, tal como expresé en la columna El presidente no tiene quien le escriba, Alberto Fernández no escuchaba sus consejos.

Ahora bien... ¿Tiene Gabriela Cerruti una experiencia similar a Biondi? Mmm... Lamentablemente no.

Sigamos.

En este tipo de roles es muy importante que el emisor muestre honestidad y coherencia, para generar confianza en los periodistas y en la opinión pública.

Años atrás, la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, acusó públicamente a Cerruti por malversación de fondos y, en 2017, la hoy vocera del presidente mantuvo un duro intercambio en Twitter con... ¡El  presidente!

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Caramba, esto se complica, pero no perdamos las esperanzas. Por algo fue designada en ese cargo ¿No?

La solidez en los discursos y la capacidad para atenuar controversias y reducir la cantidad de conflictos públicos son también cualidades deseadas en un comunicador organizacional. Gabriela Cerruti un mes antes de asumir criticó públicamente con dureza a Juan Manzur, Jefe de Gabinete del Gobierno que ahora representa, por su postura frente al aborto.

Ya en funciones, hace pocos días, desacreditó a dos líderes de la oposición (a María Eugenia Vidal por sus dichos sobre el origen de la inflación y a Horacio Rodríguez Larreta porque supuestamente "desea" el desabastecimiento), desestimó la posibilidad de hablar de denuncias y avaló el controvertido accionar del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa.

Empiezo a perder las esperanzas. Antes de rendirme, visito una última vez su cuenta de Twitter.

Damas y caballeros, aquí hay más perlitas de los últimos años. La hoy vocera de Alberto Fernández dijo que Sergio Massa era un Macri photoshopeado, manifestó su fastidio por los zapatos que usa Angela Merkel, calificó al periodista Pablo Sirven de patético y, lo más grave de todo, ante un posible aumento del transporte y la energía eléctrica, manifestó que era hora de salir a "romper todo".

En función de lo visto, estamos en condiciones de estrenar los 10 mandamientos de Gabriela Cerruti para ejercer su función.

  1. No se necesita capacitación específica
  2. No se necesita experiencia
  3. La percepción de honestidad es un valor relativo
  4. Se puede ser incoherente
  5. Generar nuevos conflictos está bien
  6. Acrecentar los que ya existen, también
  7. Tener buenos vínculos con periodistas dejó de ser necesario. Ahora "la onda es pelearse"
  8. Si la causa es noble, es legítimo promover la violencia física
  9. La defensa de las causas de género es muy importante, pero a veces no tanto
  10. No hay que preocuparse por las redes sociales. Lo que pasa en Twitter queda en Twitter


Profesionales, docentes, alumnos: por favor copien, peguen, impriman y saquen fotocopias. Estos son los nuevos mandamientos (de lo que no hay que hacer).