OPINIóN
Política en tiempos de pandemia

Bolsonaro contra un virus todopoderoso

¿Esto aleccionará al polémico y tan desacreditado mandatario brasileño, o lo empoderará enormemente?

Jair Bolsonaro contagiado de Covid-19 20200707
Bolsonaro confirmó que tiene coronavirus. | Agencia Afp

Nos enteramos que un presidente que se burlaba del coronavirus, y que decidió ignorar por completo este flagelo sanitario en su país, contrajo el virus; Jair Bolsonaro tiene COVID-19 y muchos se preguntan si esto aleccionará al polémico y tan desacreditado mandatario brasileño o lo empoderará enormemente, porque si el virus mantiene su tendencia, donde las personas recuperadas superan a las fallecidas, seguramente Bolsonaro en días nos relatará al mundo entero que el coronavirus, efectivamente, es “indefenso”. Por el momento, un caso más de coronavirus y una incertidumbre más en la vida de una persona, esta vez, pública.

El punto sigue siendo que, en la vida de los habitantes del mundo, el único tema que nos ocupa y nos preocupa es el coronavirus y especialmente la muerte por el coronavirus. En abril de 1985 Tancredo Neves, presidente elegido en Brasil tras la vuelta a la democracia, murió un día antes de asumir la presidencia, y no por coronavirus, y así su vicepresidente Sarney asumió en funciones como primer mandatario. En Venezuela, en marzo de 2013, murió un presidente, Hugo Chávez, y no por coronavirus, y a partir de su muerte, su polémico vicepresidente, Nicolás  Maduro, comenzó a gobernar territorio bolivariano. En Argentina mientras gobernaba Cristina Fernández de Kirchner, en el mes de octubre de 2010, murió su marido, ex presidente de los argentinos, Néstor Kirchner, y no por coronavirus. En abril de 1974 murió un presidente francés, Georges Pompidou, y no por coronavirus,cuando aún le restaban dos años de mandato. En julio de 1974, a nueve meses de asumida su presidencia, murió en Argentina el presidente Juan Domingo Perón, y no por coronavirus. Presidentes, ex presidentes, ministros, legisladores, magistrados mueren o se recuperan, de cualquier dolencia año tras año, en el mundo. Todas las personas mueren o se recuperan por dolencias de cualquier tipo, año tras año, en el mundo.

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Pero hoy el coronavirus nos ubica en un plano diferente, donde la muerte tiene un peso específico que otras enfermedades o eventos no tienen, y aunque nos expliquen reiteradamente los mayores expertos infectólogos, seguimos sin entender, por qué, un virus de baja letalidad ocupa el centro de nuestras mentes, atemorizándonos, convenciéndonos de que la muerte se encuentra esperándonos si la salimos a buscar (porque nos alerta el presidente Alberto Fernández que al virus lo buscamos nosotros, y que saliendo de nuestras casas la muerte “nos acecha”).

¿Quién puede negar que ahora en Argentina sí estamos entrando en el “famoso” pico de contagios por COVID-19 y que desde este momento seguramente nuestro sistema sanitario colapsará o se saturará? Pocos.

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¿Quién puede negar que siempre colapsó nuestro sistema de salud y que nunca paralizamos nuestras vidas por este triste colapso año tras año? Pocos.

¿Quién puede negar que esta cuarentena estricta califica solo para “gente como uno” porque los sectores vulnerables y muchos sectores de clases medias no pueden darse tamaño lujo? Nadie. Y menos aún deberían negarlo los funcionarios nacionales y populares que hoy nos gobiernan.

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En un punto pareciera que detrás de este virus existe una suerte de poder supremo y manipulador, que permite ignorar miles muertes por otras dolencias, miles de economías domésticas destruidas, miles de mentes perturbadas por el encierro, que afectan asimismo la salud que tanto se pretende cuidar. Porque si a concretas estadísticas nos concentramos, este virus no podría lastimar a los argentinos, más que otros problemas que padecemos y desatendemos hace décadas.

Mientras tanto, esa suerte de poder supremo y manipulador, no teme por la libertad de tránsito de dirigentes políticos acusados de corrupción en sus funciones en la administración pública; así, funcionarios públicos de cualquier color político, salieron del encierro o van a verse liberados del encierro “prometido”, porque el coronavirus cuenta con ese poder supremo y manipulador, de liberar a los irresponsables que deben permanecer encerrados, y encerrar a los que deben transitar libre y responsablemente.

 

Sandra Choroszczucha. Politóloga y Profesora (UBA)