Luego de la polémica generada por las condiciones de seguridad del Penal de Ituzaingó, la Justicia dispuso el traslado del cura Julio César Grassi, detenido ayer luego de que se ratificara la condena en su contra a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores.
Este mediodía, el sacerdote y exdirector de la Fundación Felices los Niños, fue llevado al penal de Campana, adonde quedará alojado en la Unidad 41. En el mismo centro está preso Carlos Carrascosa, viudo de María Marta García Belsunce, y condenado a prisión perpetua por el homicidio de su esposa.
Dudas. Según consignaron fuentes policiales al portal Ambito.com, la cárcel (en Ituzaingó) en la que pasó la noche Grassi tiene celda con entre "cuatro y seis camas" y "prohibiciones como cualquier penal".
El fiscal de la causa, Alejandro Varela, desmintió versiones sobre suùestas condiciones de detención privilegiadas para el cura. "No son vacaciones pese a que digan que es de mediana seguridad. Es una cárcel como cualquier otra, la única diferencia es que tiene más espacios verdes", explicó el funcionario, quien también destacó que se trata de la única unidad penal ubicada en el ámbito del departamento judicial de Morón, adonde se llevó a cabo la causa.
Rechazo. Esta mañana, el hermano de Grassi, rechazó la condena contra el prelado, sentenciado solamente "por la palabra de un chico apoyado, que ahora está disfrutando de una vida totalmente libre".
Juan José Grassi se quejó además de que "sólo con palabras condenaron a una persona que luchó toda la vida", en lo que fue una enfática defensa a su hermano. Y opinó que lo que están haciendo la Justicia y los medios de comunicación con el párroco "es como en el Circo Romano, cuando largan a los cristianos para que los coman los leones".
En este sentido, manifestó que "la gente está saboreando un espectáculo donde están viendo sufrir a una persona" que realizó "toda una obra y un sacrificio" por una causa que consideró "totalmente inventada".