Con la absolución de Nicolás Pachelo, el crimen de María Marta García Belsunce continúa impune. Por esto mismo, Pablo Duggan, el periodista que siguió de cerca el caso y escribió dos libros al respecto, culpó al fiscal Diego Molina Pico por los 20 años sin justicia y apuntó contra los tribunales de San Isidro.
Al ser consultado por PERFIL sobre si María Marta puede llegar a tener justicia en algún momento, Duggan lanzó: “No, jamás va a haber justicia en los tribunales de San Isidro”.
“No quieren admitir las gravísimas faltas que cometieron. Los siete años preso que estuvo Carrascosa y el encubrimiento a Pachelo para culpabilizar a la familia”, aseguró el periodista y agregó: “Todo porque el inútil de Molina Pico no pidió la autopsia el día del velorio”.
En ese sentido, en un descargo en su cuenta de Twitter, el autor de los libros “Perdón, María” y “Carmel” consideró al fiscal como “el gran culpable de todo”, por lo que lo definición como “un ser despreciable, inútil, incapaz, vengativo y mala persona”. así como “el peor fiscal del país”.
Pablo Duggan: "En el caso María Marta, la consigna era hacer mierda a la familia"
Dentro de las faltas de Molina Pico, Dugan enumeró a PERFIL las siguientes: “No investigó desde el principio. No hizo la autopsia el mismo día del velorio”.
Los vínculos de la Justicia
Para Duggan, el accionar del fiscal estuvo acompañado por el poder de ese momento. “El procurador de esa época tapó a Molina Pico y puso a todo el Ministerio Público a apoyarlo para que no dieran cuenta de eso, de lo mal que investigan los fiscales. Y para que no se revirtiera la reforma judicial que se había hecho dándole a los fiscales la facultad de investigar”, explicó a este medio.
En su cuenta de Twitter, continuó: “Si Pachelo era condenado, iban a tener que dar serias explicaciones porque mandaron 7 años a la cárcel a un inocente y destruyeron a toda una familia sin pruebas. Eso era demasiado fuerte. Privilegiaron las relaciones con el resto de la "familia" judicial de San Isidro”.
“Esta es la justicia penosa que tenemos. Cometer un gravísimo error (la condena a perpetua de Carrascosa) y después no tienen huevos para reconocer el error. Así dejan flotar la duda sobre qué pasó y se lavan las manos. Son de lo peor”, concluyó.
RdC / MCP