Los teléfonos comenzaron a sonar desde temprano, como solo pasa cuando algo no anda bien. Conversaciones por lo bajo, rumores, mal humor, caras largas y aspecto de madrugón alterado. "Están como locos, pero no la entienden. Esto les pasa por meterse con Clarín", suelta un viejo empleado de la Casa Rosada.
Aunque impera la calma puertas afuera, adentro de las superpobladas oficinas de la Secretaría de Medios de Comunicación el aire está pesado y nadie se anima a precisar el estado de ánimo del secretario Enrique "Pepe" Albistur después de la denuncia presentada por el fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido.
Lo que sí saben en la "Casa" es que después de aparecer en los principales diarios nacionales y en un informe en TN, "algo tiene que pasar". Y ese algo despierta apuestas entre seguidores y enemigos: "Se va porque no le pueden bancar esta", se atreve uno. "No se va, se queda, está fuerte y con muchos proyectos en marcha", retruca otro más afín al Secretario de Medios y un tercero se suma a los presagios: "Ahora sí que se armó lindo, porque si se va Pepe, se tienen que ir todos los que trajo de la mano, empezando por (Gustavo Fernández) Russo".
A pesar de que hasta ahora contaría con el respaldo del Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, esta vez la oportunidad es un bocado especial para los pingüinos que presionan por sacarlo de una vez por todas, tal vez con la intención de que esa renuncia tenga efecto dominó sobre el propio Jefe de Gabinete.