El cura Juan Viroche fue encontrado ahorcado esta mañana en la sacristía de la Iglesia Sagrado Corazón, en Tucumán y a pesar de que las primeras hipótesis barajaban un presunto suicidio, el fiscal general de la provincia, Gustavo Gómez, descartó esa posibilidad y aseguró que "se habría podido evitar si atendían sus temores", ya que recibía amenazas constantes por encabezar una lucha frontal contra el narcotráfico.
"Yo descarto el suicidio. La personalidad del cura no daba para una situación así. Es un hombre que ha luchado por la vida. Era un hombre comprometido con la vida", expresó el funcionario judicial en diálogo con TN.
Además, agregó que "esto se hubiera podido haber evitado si se atendían todos sus temores" y que "en repetidas oportunidades le solicitó al Arzobispado que los trasladaran de esa parroquia. Él lo había pedido porque lo amenazaron. Incluso, había hablado con varios compañeros de que quería ser trasladado". "Se habían comprometido a tomar nota de su reclamo y al final no lo consiguió", lamentó.
El fiscal cuestionó las primeras versiones que evidenciaban que no había signos de violencia ya que, según el fiscal, la víctima fue torturada antes de ser ahorcada. "Pensar en un suicidio me parece inconcebible", expresó. De igual forma, el funcionario judicial aprovechó para dar cuenta del fuerte avance del narcotráfico en toda la provincia: apuntó connivencia entre la clase política, la Justicia, la policía y los narcos.
Desde el arzobispado de Tucumán, reclamaron Justicia: “El padre Juan fue encontrado muerto en circunstancias que se están investigando. La justicia está actuando y ha ordenado la autopsia a fin de determinar con claridad las causas de su muerte”, precisó la curia tucumana en un comunicado.
“Esperamos un pronto esclarecimiento del hecho y confiamos en la acción de la justicia con la que, desde luego, colaboraremos en todo lo que dependa de nosotros”, sostuvo.
El arzobispado de Tucumán manifestó que acompaña a la familia del sacerdote y a los fieles de la parroquia en “su dolor por la pérdida de su pastor” y encomendó al padre Viroche “a la misericordia de Dios, para que el Señor lo reciba en el cielo”.
