Seis y media de la mañana, mientras lee todos los diarios en su versión papel, Daniel Scioli toma yogur con cereales y se prepara para subir durante una hora a un caminador elíptico; eso sí, después del ejercicio, desayuna nuevamente, pero esta vez con té y pastafrola de membrillo. En su casa de Villa La Ñata ya están su personal trainer y el doctor Alfredo Cahe, quien comparte la misma rutina todos los días, inclusive sábados y domingos, desde hace doce años.
“Por ahora me aguanta el físico”, bromea Cahe ante PERFIL sobre lo que significa seguirle el ritmo al gobernador bonaerense y candidato a presidente del Frente para la Victoria. “Mi sorpresa es que durante todos estos años Daniel no tuvo ninguna enfermedad, salvo algún resfriado y una operación de un cólico renal”, cuenta el doctor.
“Es Highlander”, exagera Cahe, en referencia a la película Highlander, el último inmortal. En plena campaña presidencial, Scioli mantiene la rutina del ejercicio, el entrenamiento con su equipo de fútbol y la comida sana. En sus recorridas, esquiva cualquier ofrecimiento de alimentos, y cumple religiosamente con las verduras, la sopa, la pasta y el pescado en todas sus comidas. Sea la hora que sea, su cocinera Mary, lo espera con la cena preparada.
Incluso, en los últimos dos meses, el desorden de la campaña no logró alterarlo, e hizo un plan dietario que lo llevó a bajar cuatro kilos para sentirse más liviano en los partidos de Villa La Ñata Sporting Club.
Pero Cahe no está solo en el cuidado de la salud de Scioli. “Lo estudiamos desde la punta de la cabeza hasta el dedo gordo del pie”, grafica el médico, quien habla también de Jorge Lantos, director médico del sanatorio Los Arcos, y Santiago Rossi, director del Centro de Diagnóstico Dr. Enrique Rossi.
A la oficina, a la casa, o al club, Cahe lleva consigo los elementos necesarios para, en caso de necesitarlo, realizar exámenes y asegurarse que el candidato presidencial mantenga el pulso, la presión, y los niveles de oxígeno saludables. Pero los encargados de llevar adelante los chequeos médicos son Lantos y Rossi, que llegaron incluso hasta test genéticos para anticipar el futuro en la salud del gobernador. “No hay absolutamente nada de qué preocuparse o cuidarse”, confía Cahe. Y agrega: “Es un paciente respetuoso pero no le gusta ser medicado y cada vez que le pedimos un estudio, nos pregunta para qué y cuánto le va a tomar”.
Scioli cuenta también con Guillermo Loda, quien después del accidente motonáutico lo operó del brazo amputado. El año pasado, fue quien le realizó una intervención quirúrgica en el muñón para aplacar los dolores que sufre. Además, el gobernador viaja a Italia y Francia una vez por año. En 2012, se mostró con el doctor Jean Pillet en la colocación de la prótesis