Durante la última semana previa a las PASO el dólar paralelo superó la barrera de los $600, y aún no se sabe qué puede pasar después de las elecciones. Si bien el volumen negociado en este mercado es menor al que suele operarse con otros tipo de cambio, debido al cepo y las restricciones para acceder a la divisa estadounidense, en la práctica, es el valor que opera como referencia para fijar los precios.
Según economistas consultados por PERFIL, mientras más cercanos sean los resultados a lo esperado por el mercado, menos movimiento cambiario habrá en los próximos días. Sin embargo, los especialistas ven inevitable una devaluación, independientemente del color político del próximo gobierno.
Desde las PASO 2015, algunos alimentos subieron 6000%
En las dos últimas elecciones primarias el dólar blue tuvo un comportamiento dispar. En 2015, en los días previos a la votación, alcanzó los $14,95, y arrancó el lunes siguiente a la baja, vendiéndose a $14,82. La moneda cerró a $15,10 el viernes posterior, y en espera de las elecciones generales. Ese año finalizó a la baja, en $ 14,32.
En 2019 la situación fue diferente: mientras la moneda paralela subió muy paulatinamente los días previos a las PASO y cerró la ronda del 9 de agosto en $ 46,90, el lunes siguiente arrancó en $57 y pegó un salto a $63 durante esa semana. A fines de 2019 el dólar blue costaba $ 78,50, un 68% más que en agosto.
“La reacción de los mercados luego del fenómeno electoral no es lineal. En 2019 la caída de la Bolsa de Comercio fue la más grande de la historia en un solo día, solo superada por la caída de la bolsa de Ucrania cuando entró en guerra”, comentó a PERFIL Agustín Etchebarne, director general en la Fundación Libertad y Progreso. En cambio, durante estos días, “los precios de los bonos siguen subiendo”, señaló.
Y agregó que “lo que puede ocurrir es que exista una toma de ganancias típica, debido al dicho popular en los mercados: ‘comprar con el rumor y vender con la noticia’”.
Las reservas en alerta entre las PASO y las generales
En 2023 la previa de las PASO encontró el inicio de semana con el blue orillando los $600, un nuevo récord que le pone más combustible a una inflación que se encamina a los tres dígitos anuales, y que es una de las principales preocupaciones de los argentinos.
Estas elecciones se dan “en un contexto de extrema escasez de dólares”, explicó a este medio el economista Luis Secco. “No es algo nuevo que la demanda de dólares aumente en períodos eleccionarios. Cuando no había PASO sucedía hacia el arranque de la primavera, ahora con PASO sucede en pleno invierno”. Secco agregó que esta es una típica “demanda defensiva ante la incertidumbre que genera la política”.
Pero esta vez, remarcó el economista, “no hay dólares que alcancen para atender todas las necesidades. No al menos al tipo de cambio oficial. Y eso no va a cambiar sustancialmente con el resultado electoral”.
El experto consideró además que “por el momento, el BCRA ha acelerado el ritmo de depreciación diaria del peso mientras ha apretado aún más el torniquete sobre las importaciones” y que ahora lo que resta es ver “si con eso alcanza para evitar un salto devaluatorio discreto y una eventual corrida”.
Dólar e inflación, la dupla que también se mide en las PASO
Para la economista Natalia Motyl, lo peor probablemente ya pasó. “Agosto tiene dos momentos: las primeras dos semanas, en las cuales uno ya estaba estimando que iba a haber mayor volatilidad del mercado cambiario, por una mayor demanda por cobertura por la cuestión electoral y una oferta reducida” y otro después de las PASO, “cuando vienen los desembolsos de 7500 millones de dólares del FMI”. Por eso, es posible que se “genere cierta estabilización” explicada “por la capacidad de seguir interviniendo en el mercado cambiario”. Aunque esta situación más estable también tiene fecha de caducidad, aseguró.
“El mercado descuenta que después de las elecciones, con el recambio de gobierno, independientemente de quién esté a cargo, se va a generar una corrección de las variables y una devaluación”, concluyó.
“El dólar oficial está atrasado y podría recomponerse con una devaluación, pero es bastante fuerte la devaluación que se requiere para unificar todos los distintos controles”, aseguró el economista Orlando Ferreres a PERFIL. Tomar la decisión de llevar adelante esta corrección, opinó el economista, probablemente sea una tarea para el próximo gobierno. Primero, “hay que tener en cuenta la inflación que esto va a producir en la economía y corregir eso también”, sintetizó.
Según la consultora Focus Market, este año la brecha entre el dólar oficial y el paralelo es del 100%, mientras era del 45% y del 0,89% respectivamente en las PASO de 2015 y 2019. Según el documento de la consultora, “los últimos tres períodos presidenciales culminaron su gestión con cepo, falta de dólares en las arcas del Banco Central, restricción externa de la economía y aceleración de la inflación”.