Aunque estaba planificado de antemano, el almuerzo que ayer encararon las principales figuras del PRO terminó siendo un encuentro ordenador para Juntos por el Cambio. Es que allí se decidió no avanzar más en las críticas a Elisa Carrió, quien venía de criticar a un nutrido de dirigentes del PRO.
El encuentro fue en Happening de Costanera y contó con la presencia de Mauricio Macri, de Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y de dos de los apuntados por Lilita: el jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.
En el almuerzo, entre carnes, pollo y agua, se resolvió dar por terminado el diferendo con la chaqueña. Cada uno de los comensales dio su opinión. Coincidieron en que se había pasado, esta vez, de los límites.
“No me voy a bancar que Carrió diga mentiras”, dijo Ritondo
Tanto Bullrich, pero en particular Ritondo, no ocultaron su bronca con la situación. “Las declaraciones de Carrió dañan a JxC”, dijo el diputado. “No me voy a bancar que diga mentiras. Me está faltando al respeto a mí y a ustedes que también me eligieron para que sea presidente de bloque”, lanzó Ritondo.
Tras un breve intercambio, Macri intentó pacificar los ánimos. “La verdad que salieron muy bien, primero Patricia (con un Tweet a pocas horas de las primeras críticas) y después todos. Ahora hay que valorar la unidad”. Eso sí: en el ánimo generalizado quedó flotando que si vuelven las embestidas las respuestas serán categóricas y el riesgo de ruptura, o al menos de aislar a la Coalición Cívica, se hará efectivo.
Un dato poco alentador hacia el futuro: aunque le corresponde al bloque del PRO que preside, Ritondo aún no puede ser ungido como presidente del interbloque de Juntos por el Cambio porque los diez diputados que responden a la chaqueña se niegan a acompañarlo.
En particular, por ello también el jefe del bloque del PRO reiteró que Carrió estaba “equivocada” cuando aseguró que en el Gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal se encubrió a jueces y fiscales. La ex gobernadora no estuvo en el almuerzo ya que había viajado a Mar del Plata a visitar al intendente vidalista Guillermo Montenegro y a recorrer la ciudad. Pero en la semana Vidal estuvo muy activa defendiendo su gestión y a Ritondo, uno de los dirigentes de su mayor confianza.
“Hay que bajar la intensidad de las declaraciones, no podemos ser funcionales al kirchnerismo”, se escuchó en el encuentro del PRO. “Nos tenemos que ocupar de los problemas concretos, la gente no nos quiere ver peleando entre nosotros”, también se dijo en la mesa en la que también estaban Jorge Macri, el senador Humberto Schiavoni, el diputado Federico Angelini, el ex senador Federico Pinedo y el ex secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.
Con todo, el expresidente, quien llegó al almuerzo de buen humor, intentó poner paños fríos a la disputa con Carrió. Vio el enojo de Ritondo, que fue acompañado por otros como Angelini, que además es vice del PRO nacional.
Si bien es cierto que Carrió había hablado con Macri y le expresó su deseo de “denunciar” a aquellos que puedan jugar con Sergio Massa, en el entorno del ex jefe de Estado desmienten tajantemente que haya avalado que la ex diputada se meta en la vida privada de Rogelio Frigerio o que acuse a Ritondo de ser cómplice del ministro de Economía. Un dato anima esto: a las pocas horas de las críticas de Carrió, el jefe del bloque del PRO estuvo con un grupo de diputadas nacionales en el despacho de Macri durante una hora.
Por otro lado, en el almuerzo también se habló de Massa. Con un fuerte escepticismo se coincidió en que el Gobierno “sigue sin tener un plan” a pesar de que el tigrense ocupe la cartera económica.
“Hay que dejar de traer inventos, como Martiniano Molina”, expresó Macri
La comida había arrancado con el análisis de Larreta sobre la coyuntura política y económica. El jefe de Gobierno planteó que el “cambio de nombres” en el Gobierno no iba a evitar que la economía se siga deteriorando. Fiel a su estilo propuso no salir a criticar al Frente de Todos sino dejar que ellos mismos paguen los costos políticos de la crisis, que promete agravarse, según explicó en el almuerzo. “Coincido cien por cien Horacio”, le respondió el expresidente.
En ese marco, también se habló de fusionar los equipos de Hernán Lacunza, del larretismo, y del diputado Luciano Laspina, del bullrichismo. Difícil que el ego de Lacunza quiera compartir liderazgo económico pero habló de avanzar en ese sentido.
En otro tramo de la charla, ya hablando del armado político, Macri pidió dejar de traer “inventos a la Provincia de Buenos Aires”. Puso como ejemplo “al chef” Martiniano Molina “quien no sabía gobernar”. Y agregó: “Hay que capacitar a los candidatos a intendentes”.