Para el Gobierno fue una buena reunión “de trabajo”. Para un sector de la CGT “no hubo definiciones”. El desayuno, que transcurrió entre masitas, sandwichitos de miga, agua y café, fue el primero de la nueva conducción unificada de la central obrera con los funcionarios macristas. Cinco temas dominaron la agenda:
1. Inflación. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, les aseguró que en agosto el índice rondaría el 1% y que continuará bajando hacia fin de año. Ese argumento sirvió como excusa para descartar la reapertura de paritarias. El planteo sindical era que muchos gremios quedaron desfasados con el alza de precios. “Muchos de ustedes cerraron buenas paritarias, algunos en marzo y otros en julio, y alcanzará”, escuchó el flamante triunvirato que comanda la CGT. El tema de un bono de fin de año no se tocó. Los gremios querían hablar de uno para los jubilados. Quedó en el tintero.
2. Producción. El ministro del área, Francisco Cabrera, fue quien ensayó una respuesta a la preocupación de los sindicatos sobre las importaciones. Explicó los nuevos mecanismos para importar con su particular estilo y el perfil productivo que buscaba el oficialismo. No agradaron sus explicaciones. Tampoco sus formas.
3. Ganancias. No lograron ponerse de acuerdo. Triaca les prometió que a su regreso de China, Alfonso Prat-Gay (Hacienda) y Alberto Abad (AFIP) los convocarían para preparar el proyecto que enviarán al Congreso.
Los gremios pretenden que sea enviado cuanto antes para que tenga impacto en el aguinaldo de diciembre.
4. Salud y obras sociales. Habló Jorge Lemus (Salud). En este marco, el Gobierno jugó la carta del envío de fondos a las obras sociales pero también la cobertura universal de la salud.
5. Empleo y obra pública. Los sindicatos reclamaron por el desempleo. “Hay una situación en construcción y en industria pero no es generalizado”, les repitió Triaca. Con la obra pública, el Gobierno aseguró que en el último trimestre se verá claramente el efecto de las licitaciones. Además, hubo reclamos por la industria manufacturera y el efecto Brasil. Los funcionarios no lo negaron.
Además del triunvirato, con Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estaciones de Servicio) y el moyanista Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), hubo otros seis gremialistas. “No quedaron muy satisfechos. Básicamente porque no hubo definiciones”, dijeron a PERFIL en la CGT. En el Gobierno no creen que haya una medida de fuerza en el corto plazo. Confían en que por ahora reinará la paz social.