POLITICA
funcionarios inquietos

Incertidumbre entre los ministros ante posibles nuevos cambios en el Gabinete

Tras la salida de Cabrera y Aranguren, creen que pueden ser desplazados o reducidos a secretarios de Estado. Aunque Macri intentó tranquilizar, algunos están en la cuerda floja.

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Presidente. Esta semana puso en funciones a los reemplazantes de Aranguren y Cabrera. Por ahora no quiere modificaciones. | na

Aunque el presidente Mauricio Macri intentará en las próximas semanas poner paños fríos a los cambios, el gabinete pasa por momentos de inquietud tras la salida de Francisco Cabrera de Producción y Juan José Aranguren de Energía. “Fue un gesto para todos: Mauricio había depositado mucha confianza en ellos, y a la vez fue una señal de alarma para todos”, confía uno de los funcionarios más escuchados por el jefe de Estado.

Por ello, en la Casa Rosada aceptan que hay “temor” de un grupo de ministros de terminar afuera del gabinete o ser reducidos a secretarios. Un sentimiento que no se trasluce en el chat de Telegram que tienen los ministros, pero sí lejos de la mirada de los jefes políticos.

La baja de ministros, hoy veinte, a 15 o acaso 13 es una propuesta reiterada de la “mesa política”, pero en especial de María Eugenia Vidal y de Horacio Rodríguez Larreta, quienes, en combinado, ven que sería un buen “gesto político” en medio de la crisis económica. La gobernadora ya había aplicado un recorte del 30% de su staff el año pasado.

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“Por ahora se desinfló. Esta semana era importante para meter más cambios y Macri decidió no avanzar. Si vamos a hacerlos, tienen que ser cambios muy contundentes, el maquillaje ya no nos sirve”, describe crudamente otro de los funcionarios con despacho en Balcarce 50. Es histórico en el PRO: a Macri le cuesta hacer grandes cambios, sobre todo cuando se siente cómodo con sus asesores.

De esto se habló ayer en un almuerzo en la residencia de Olivos con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, la gobernadora Vidal y los tres gobernadores radicales, Gustavo Valdés (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza). Luego se sumó el Presidente para dialogar con ellos. Entre otras cuestiones, hablaron de los cambios de gabinete y de la mejora de la perspectiva económica con el acuerdo con el FMI (y el desembolso de 15 mil millones de dólares) y el paso a “mercado emergente”.

De todas maneras, la inquietud en el gabinete fue el denominador común en las charlas informales con distintos interlocutores. Algunos de ellos no saben qué será de su futuro; otros se niegan a “bajar” a secretarios. La lógica que dejaron trascender: si Macri, que defendió en público y en privado a Aranguren y a su amigo Cabrera, los dejó ir, a ellos les quedaría poco margen. Es más: en la Rosada evaluaban esta semana que el ingreso de un peronista como Dante Sica y un funcionario del sector petrolero como Javier Iguacel, y con fuertes apoyos (ver página 3) le darán más volumen político a sus respectivas carteras.

Apuntados. En lo que refiere al elenco ministerial, en la cuerda floja quedó Luis Miguel Etchevehere, de Agroindustria, quien todavía mantiene una disputa con el poderoso ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Es que el coordinador del gabinete económico sigue pensando en no bajar las retenciones a la soja para apurar la reducción del déficit mientras que el ex titular de la Sociedad Rural se niega y trabaja en sentido contrario.

Otro que está en la mira es Pablo Avelluto, de Cultura, salpicado por los permanentes escándalos en el Incaa. Según fuentes oficiales, se niega a ser secretario de Estado.

En esta línea, distinto piensan el rabino Sergio Bergman (Medio Ambiente), quien goza de buena salud y decidió cuidar su perfil, y Gustavo Santos (Turismo). Es una incógnita si Lino Barañao aceptaría que Ciencia y Tecnología sea anexada al Ministerio de Educación, que conduce Alejandro Finocchiaro.

Atrás quedaron los rumores sobre Jorge Triaca, el ministro de Trabajo que debe lidiar con el paro del lunes de la CGT y llevar a “rienda corta” los acuerdos paritarios. En el oficialismo hay acuerdo en que Macri jamás lo entregaría en plena batalla con las centrales obreras y con Hugo Moyano de la vereda de enfrente. Triaca hoy es una espada necesaria en ese campo, según confían en el macrismo.

También se había deslizado la posibilidad de que el área de Modernización sea secretaría. El ministro Andrés Ibarra, amigo personal del jefe de Estado, aún no tuvo novedades en ese sentido y, por el contrario, ya absorbió el área de Comunicaciones y hoy tiene en sus manos dos temas fundamentales: la renovación tecnológica y el plan para reducir empleados ociosos del Estado.

Cerca de Peña, descartan por ahora más cambios. “No va a haber más hasta diciembre, salvo que haya algún imponderable”, se arriesga una fuente oficial. Incluso, a modo de broma, ya hay apuestas.

Por lo pronto, en el Gobierno comenzaron a pensar en anuncios con “buenas noticias”. Una vez que se salga de la “turbulencia cambiaria”, y luego de haber festejado esta semana la llegada de los primeros dólares del FMI y el anuncio de paso a economía emergente. Aunque no están los detalles aún se trabaja en un paquete de medidas para la producción y las Pyme. Todo para después del Mundial. Y cuanto más tarde, mejor, ya que, en la óptica oficial, eso significará que se controló el dólar y que la Selección pudo avanzar de la primera ronda, un tema de constante intercambio verbal entre el Presidente y sus asesores.