POLITICA
intento de asesinato a CFK

La Justicia avanza sobre la banda de “los copitos” y la supuesta inteligencia previa

La investigación judicial avanza sobre los amigos de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte. “El jefe” es Gabriel Carrizo, quien manejaba el emprendimiento de venta de algodón de azúcar y quien ahora está en la mira judicial por posible complicidad. El viernes la justicia le devolvió los celulares que habían dejado de manera voluntaria. En las próximas horas habría novedades en la causa en la que, por ahora, son testigos. Los últimos movimientos del grupo que acordó dar una entrevista en la que ninguno se salió del libreto y las declaraciones en tribunales.

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Ataque. El jueves 1 de septiembre Fernando Sabag Montiel apuntó con un arma contra la vicepresidenta y fue retenido por militantes hasta que la policía lo detuvo. Dos días después también quedó detenida su novia, Brenda Uliarte. | captura TV

Se cumple una semana de la causa por el intento de homicidio a Cristina Fernández y la justicia tiene en la mira la llamada banda de “los copitos”. Se trata de cinco jóvenes que son investigados bajo la hipótesis de ser parte del grupo que planificó el atentado a la vicepresidenta.

Varones en su mayoría, manifiestan no tener más de tres meses de conocer a Fernando Sabag y a Brenda Uliarte. “Los copitos” no llegan a los 30 años de edad en promedio. Compartían un grupo de whatsapp donde hablaban de su afición al rock metal. Fueron bautizados mediáticamente por el microemprendimiento que compartían hasta ahora: fabricaban algodón de azúcar (copos de nieve) para vender con un carrito. El negocio lo encabeza Gabriel Carrizo, a quien se referían como “el jefe”.

La presencia del carrito de algodón de azúcar los días previos al atentado a Cristina en la zona de Juncal y Uruguay llamó la atención de la justicia tras la reconstrucción que realizaron a través de varios videos consignados de teléfonos celulares, cámaras privadas y de la ciudad.

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Lo que hizo aún más ruido a los investigadores fue la presencia del famoso carrito en el barrio de Recoleta cuando los ministerios de seguridad de la ciudad y nación habían acordado vedar la presencia de vendedores ambulantes en la zona.

“El jefe” es como llaman a Gabriel Carrizo, quien está en la mira de la Justicia

“Los copitos” se convirtió en el lugar de contención de Brenda Uliarte cuando la noche del viernes 2 de septiembre salió a negar su participación en el intento de homicidio a Cristina Fernández de Kirchner en una entrevista a Telefe. Junto a Carrizo, quien se mostró como vocero en la nota, estaban Miguel Ángel Castro Riglos, Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta y Lucas Acevedo.

El primer contacto de Brenda Uliarte con “los copitos” se dio ni bien se enteraron de la detención de Fernando Sabag Montiel por militantes de CFK y posteriormente de la policía federal. Para el momento que Sabag estaba siendo trasladado, Brenda estaba camino a San Miguel. La joven de 23 años se dirigía a casa de Lucas Ocampo a quien le pidió auxilio.

Lucas, es un joven albañil, antigua pareja de Uliarte y padre de un bebe de ambos que falleció hace dos años. Brenda arribó a su casa sin avisarle; ya juntos y él desconociendo lo ocurrido en la recoleta, le dijo que “estuvo con el tipo que trató de matar a Cristina”. Lucas se mostró atónito ante los dichos de su ex.

Brenda pasó la noche del jueves en casa de Lucas y a la mañana siguiente partió de San Miguel. Lucas se comunicó con el juzgado federal número 5 para dar parte de todo esto, inmediatamente la magistrada María Eugenia Capuchetti ordenó allanamientos en su domicilio y dispuso del testimonio de Ocampo.

Del procedimiento se secuestró una bolsa blanca que Brenda llevaba consigo horas antes del atentado. Dicha bolsa está en manos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y se buscan rastros de pólvora para determinar si en ella se transportó el arma con la que Sabag Montiel trató de asesinar a Cristina.

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EN CÁMARA | Gabriel Carrizo aparecería haciendo inteligencia. FOTO: Captura

Según se desprende de la declaración de Lucas, las últimas palabras de Brenda antes de dejar su casa fueron “voy a arreglar todo”, no sin antes adelantarle que se dirigía al barrio porteño de Barracas.

Puntualmente Brenda iba a casa de Sergio Eduardo Orozco, otro de “los copitos”, en la avenida Montes de Oca. Asustada, esa madrugada del viernes se había comunicado con Nicolás Gabriel Carrizo, quien le dijo que fuera adonde iba a estar el grupo. Uliarte llegó cerca de las 13.

Es así como horas más tarde, los 6 le conceden la entrevista a Telefe. Con Brenda como protagonista y Gabriel Carrizo como la voz secundaria en la nota, buscaron desligarse del crimen y manifestaron haber recibido amenazas. Para la justicia no hay dudas que el tiempo entre el arribo de Uliarte y la nota periodística prepararon sus dichos bajo un pacto conjunto donde se desligaban de Fernando Sabag Montiel.

Dicha entrevista encendió diversas alertas de los investigadores a lo que se sumó un vivo por Instagram que la imputada y ya detenida hizo durante el fin de semana. En la transmisión, Brenda buscó aclarar el atentado y aseguró que Sabag utilizó un arma de juguete al tiempo que manifestó que se la cambiaron por una de verdad.

Para ese momento ya la justicia se acercaba a su ubicación. El domingo Brenda trató de volver a casa de Lucas Ocampo pero, tras un seguimiento en directo de su teléfono celular ordenado por la la jueza Capuchetti, fue detenida por la Policía Federal en la estación Palermo de la línea de trenes San Martín.

Tras la detención de Brenda, “los copitos” se presentaron en los tribunales

Ante este panorama y ya conocida la captura de Brenda, “los copitos” reformularon su estrategia, se presentaron a atestiguar el lunes ante Capuchetti con una declaración prácticamente calcada: temor de amenazas por redes sociales  por la falsa vinculación con el hecho. Manifestaron que buscaron esclarecer todo en el canal Crónica pero no los atendieron porque eran pasadas la 1 de la mañana de ese mismo día que fueron a Comodoro Py.

Voluntariamente los cinco accedieron a entregar sus celulares a la justicia. La Policía de Seguridad Aeroportuaria estuvo a cargo de la extracción de información de la que se aguarda el informe final. En ese sentido se busca determinar mediante el entrecruzamiento de llamadas y mensajes en los días previos al atentado, confirmar o descartar no sólo que fueron partícipes sino que realizaban labores de inteligencia para planificar el crimen. Los teléfonos le fueron devueltos durante la tarde del viernes.

La justicia también tiene sus dudas sobre Carrizo como cabeza del emprendimiento como presunto líder de inteligencia. El carrito de copitos, no solo estuvo cerca de la casa de Cristina sino también en otras manifestaciones anti gobierno. Según declaraciones del propio Carrizo “él no determinaba a donde llevar los copitos para su venta” y que “a veces quien decidía a dónde llevarlo era él, pero los fines de semana que era cuando había mejor venta” y que en los días de semana era decisión de quien le tocaba llevarlo el lugar para comercializar el producto que fabricaban. Además, ya hay imágenes de canales de televisión que lo ubicarían en las inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta en los días previos.

 

Revolución Federal se despega

Revolución Federal, un grupo que simpatiza con ideas liberales y arma escraches a dirigentes del oficialismo y oposición, tomó distancia de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, implicados en la causa que investiga el atentado contra Cristina Kirchner.

“Jamás vimos a los dos en nuestras marchas y reuniones. No me sorprende que nos quieran involucrar porque somos un grano por los escraches”, sostuvo sobre el supuesto vínculo Jonathan Morel, uno de los fundadores del espacio, en declaraciones radiales. “En las marchas saludo a todos, son marchas de 60 personas, tampoco es muy difícil, los ves a todos, somos siempre los mismos”, enfatizó.

La conexión entre los acusados y Revolución Federal se produjo luego de la protesta que organizó el espacio en Balcarce al 50 el pasado 18 de agosto, que terminó con un lanzamiento de antorchas encendidas al interior de la Casa Rosada. Una jornada que contó, como consta en redes sociales, con la participación de la novia del hombre que gatilló contra la titular del Senado. En aquella manifestación, los carteles pedían “bala” para el gobierno. También fueron los autores de la gillotina y pedido de muerte.