POLITICA
balance del G20

La oposición apunta a los temas pendientes

Urtubey, Scioli, Lifschitz, Rossi, Solá y Pichetto analizan la importancia del foro de líderes mundiales. El rol de la Argentina, la contracumbre y las marchas en contra.

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Los dirigentes opositores responde las preguntas de PERFIL sobre el foro que se realizó en Buenos Aires.
1) ¿Qué valor real tiene el G20 hoy como foro de debate para alcanzar consensos y cuáles son sus beneficios para la Argentina?
2) ¿Está de acuerdo con la alianza de nuestro país con Estados Unidos como principal aliado internacional?
3) ¿Qué opina de la contracumbre y de las marchas que se realizaron este viernes en oposición al foro?
4) Argentina está afuera de las veinte principales economías del mundo. Otros países reclamaron y quieren nuestro lugar. ¿Considera que nos corresponde ocupar un lugar en la cumbre?

Juan Manuel Urtubey / Un largo camino

1) Este es un foro importantísimo. Entre sus veinte integrantes se concentra el 85% del producto mundial. Ser parte del G20 ya es un beneficio en sí mismo para nuestro país. Compartir una mesa de discusión con las grandes potencias es una oportunidad para escuchar y para hacernos escuchar. Hay distintas visiones y sistemas, economías muy diferentes entre sí, pero la idea de generar políticas públicas en beneficio de la humanidad es en sí un camino que busca resultados positivos para el mundo.
2) Estoy de acuerdo con la integración de Argentina al mundo. De hacerlo seriamente y consistentemente. Y de que esta integración redunde en beneficios para los argentinos. Es un largo camino que hay que recorrer, pero vale la pena. Estados Unidos es y debe seguir siendo un aliado fuerte de nuestro país. Pero también debe serlo China, Rusia, Brasil. Se trata de abrirnos al mundo con lo nuestro y con nuestras convicciones. Abrirnos significa hablar con todos, en esta oportunidad, con 19 países que junto al nuestro representan dos tercios de la población mundial.
3) Todo el mundo tiene derecho a expresarse. Ese derecho es inalienable y diría que hasta necesario. Vivimos en democracia y la ejercemos. Pero debemos hacerlo de manera adulta, sin violencia ni desmanes como sucedió, lo que permite entender qué dicen y qué piensan los que quieren expresar sus críticas. De otra manera solo quedan como conclusión desmanes que lastiman a unos y a otros.
4) No. No lo creo así. Pero la tremenda potencialidad que tiene nuestro país y parte de nuestra historia nos legitiman como integrante del G20. Será nuestra conducta y nuestra realidad la que
nos garantice el sitio que ocupamos.

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Daniel Scioli / Una agenda sostenible

1) Este año se cumplen 10 años de la formación del G20, en respuesta a la crisis financiera internacional de 2008. Es un grupo de gran trascendencia, que se destaca por su relevancia actual como uno de los principales foros de debate y consenso internacionales. Ninguno de sus miembros ha manifestado intención de salir del grupo y, por el contrario, varios países de peso querrían ingresar. Por eso, la presencia (y presidencia) argentina es beneficiosa en tanto significa un claro reconocimiento de la comunidad internacional de nuestra capacidad efectiva para contribuir a la solución de los problemas globales.
2) La Argentina tiene que promover e impulsar con todos los países del mundo políticas beneficiosas para sus intereses nacionales. No se puede negar la evidente influencia que ejerce Estados Unidos en las relaciones internacionales. Lógicamente, consolidar una agenda positiva con los Estados Unidos contribuirá a la captación y promoción de inversiones, comercio y turismo, tan necesarios en este momento, para la efectiva generación de empleo y desarrollo económico.
3) La pluralidad de voces enriquece el debate que desde 1983 caracteriza a la vida política argentina. Cada expresión democrática es respetable. Una actitud más tolerante y madura puede hacernos converger en un diálogo que acabe con la división entre argentinos.
4) Argentina tiene todas las condiciones para ser considerada uno de los principales países del mundo. Somos el octavo país en superficie a nivel mundial y uno de los veinte principales países productores de alimentos. Para aprovechar mejor esas ventajas, a la dirigencia argentina le falta construir una agenda de desarrollo sostenible, con políticas de Estado que apunten a la prosperidad de todos los argentinos.

Miguel Lifschitz / Estrategia regional

1) La cumbre en Argentina, se da en un momento complejo: desde el asesinato en Turquía del periodista saudita Jamal Khashoggi hasta la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el último choque entre Rusia y Ucrania o el cuestionamiento al multilateralismo, que propone EE.UU. Es poco lo que podemos esperar del G20, salvo algunas declaraciones de ocasión planteadas como avances para disimular las divergencias.Aunque es una oportunidad para Argentina participar de este foro, que permite establecer vínculos más estrechos con las principales economías del mundo y tener protagonismo a nivel internacional. También es una oportunidad que no pareciera estarse aprovechando para generar una estrategia común dentro del foro con los otros dos países latinoamericanos: México y Brasil.
2) Argentina debe defender el multilateralismo y establecer relaciones de cooperación con Estados Unidos pero también con Europa y China, privilegiando una estrategia regional. Debemos recuperar el protagonismo internacional y darle nuevo impulso al Mercosur y al diálogo con el resto de los países de América del Sur. Pero esto será muy difícil, cuando no hay un liderazgo regional, ni una visión estratégica conjunta. América Latina puede sacar mucho más del G20 si propusiera una agenda concreta que represente los intereses comunes de la región.
3) La contracumbre y las marchas de protesta son expresiones de la diversidad propia de las democracias modernas. Ocurre en todos los países donde realizó este foro y ponen en evidencia también con sus críticas, la incapacidad de este organismo para dar respuestas verdaderas a los problemas más importantes de la humanidad como el fenómeno migratorio, la desigualdad o el cambio climático.
4) Hoy Argentina está lejos de incluirse entre los veinte países más importantes del mundo. Sin embargo, el estar incluidos en este selecto grupo es una gran oportunidad para Argentina, que debiéramos aprovechar ya que es un foro que reúne a los países con economías más desarrolladas del mundo. Argentina con sus desequilibrios estructurales, no calificaría para integrar este selecto grupo, pero nuestro país es uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo y además ha sido un aliado estratégico de EE.UU. en la región, especialmente en los 90 cuando ingresa a la coalición, lugar que ahora pretende recuperar.

Agustin Rossi / Estados Unidos no es el único camino

1) El G20 tuvo una agenda que muy fuerte post 2008 cuando se intentó poner un límite al poder financiero en el mundo. En esa agenda Cristina Kirchner tuvo una fuerte participación en la que propuso que se incorpore la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y se firmó un pacto por el sostenimiento del empleo. Esa agenda se fue perdiendo en el tiempo. La cumbre de hoy habla de un montón de generalidades. Lo importante de esta cumbre era que se hiciese en el marco de guerras comerciales. Si hay algo bueno de lo que se rescata es en función de los acuerdos y reuniones bilaterales.
2) Hay que tener una relación madura con Estados Unidos pero no es el único camino. Argentina tiene que reinvidicar la multilateralidad, también debemos tener relación con el resto, sobre todo con Rusia y China. El multilateralismo debe ser el eje de su política económica.
3) Para nosotros no es una contracumbre sino que es un foro que busca visualizar un pensamiento distinto al que aparece como hegemónico en el mundo. Estos países están planteando un  escenario similar al “No hay Alternativa” que definió Margaret Thatcher y lo que hace el foro es mostrar un pensamiento crítico, con otras alternativas distintas para salir adelante.
4) Cuando se conformó, el G20 no siguió solamente una escala de importancia económica, no están allí únicamente las economías más importantes y por eso está Argentina y no está España. El objetivo fue tener multiplicidad de países con una variedad de situaciones distintas más representativa que el G7. Siempre hubo intentos de achicarlo y siempre entre los que quedábamos afuera de esos intentos era la Argentina.

Felipe Sola / Los poderosos no ceden

1) El G20 responde a sus orígenes. Nació en 2008 como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria de los Estados Unidos y su expansión global. Tuvieron éxito y salvaron a los responsables de la crisis, que fueron los bancos. Como siempre el sistema financiero terminó salvándose a sí mismo sembrando al planeta de daños colaterales. El G20 intentó democratizar su integración sumando a países en desarrollo, pero solo como una máscara que escondía el verdadero rostro del poder financiero mundial. Los poderosos del mundo no están dispuestos a ceder sus privilegios en favor de un organismo genuinamente democrático, porque, además, no son los gobiernos los que fijan los rumbos del crecimiento y el desarrollo. Esto está en las manos  del poder financiero transnacional y de las industrias de armamentos,​ que actúan con independencia de los gobiernos y se rinden ante una sola ideología, la de la concentración ininterrumpida de recursos. Por último, ninguno de los países que cuidan más el capital humano que el financiero, forman parte de este selecto G20. No son parte ni Holanda, Dinamarca, Suiza, Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia. Por algo será.
2) La supuesta alianza con los EE.UU. nunca sería tal sino una subordinación prácticamente incondicional. EE.UU. ha reencontrado con Trump su vocación por el Destino Manifiesto que impide cualquier acuerdo que no sea un menoscabo de nuestra dignidad y un condicionamiento a nuestro desarrollo. Es muy probable que Trump insista en que nuestras FF.AA. deben sumarse –junto con las fuerzas de otros países de la región– a la lucha contra las “Nuevas Amenazas”, esto es: narcotráfico, terrorismo y control migratorio. Aceptar esto sería depositar nuestra defensa nacional y regional, en las manos de la maquinaria militar industrial de EE.UU.
3) Es importante toda expresión popular que exprese nuestra rebeldía frente a un orden internacional del que no participamos más que como espectadores y víctimas. Esa rebeldía social es también política, aunque la política participa solo de costado por su incapacidad coyuntural de expresarse en las calles como tal.
4) Argentina no está en el G20 por su importancia en el diseño del poder global, sino por su potencial condición de gran exportador de alimentos. Deberíamos ser lo que Macri anuncia cuando nos califica de supermercado del mundo. Para eso se requiere un desarrollo industrial que este gobierno impide con sus políticas monetarias, que destruyen la economía real.

Miguel Angel Pichetto / Sin intención de cambio

1) El mundo actual es un mundo complicado en la medida en que se cierran los países y de enfrentamiento abierto entre dos potencias como Estados Unidos y China. En la declaración final del G20 no se aborda el tema del proteccionismo, lo que quiere decir que no hay interés en cambiar ciertas cuestiones. Hay un mundo en transición y el mundo de la globalización propio de lo que fue la era Obama ya no existe más y en su lugar hay malestares profundos en las sociedades nacionales. El objetivo de la Cancillería argentina ha sido loable trabajando en aras de la multilateralidad para afianzar el comercio. El esfuerzo es importante, pero lo que creo es que en este mundo complejo los intereses en conflicto no permiten un documento idílico que consolide el espíritu de la multilateralidad.
2) La política de diplomacia presidencial de Mauricio Macri ha sido correcta en el sentido de tener vínculos con los países centrales con Estados Unidos a la cabeza. China es un factor que no se puede desconocer desde lo que nos compra, pero mientras tanto el intercambio con la Argentina es deficitario para nosotros. Si bien hay que abrir nuevos mercados, creo que en el ordenamiento político Argentina tiene que mirar al norte y claramente a los Estados Unidos. Y al mismo tiempo también tener una relación pragmática con China. Esto implica mejorar los términos del intercambio comercial con ese país y agregar valor a la produ-cción primaria que exportamos a China.
3) No me parece importante. Lo importante es el G20, que tiene repercusión mundial. El debate de la contracumbre me pareció muy pobre en términos intelectuales, y demostró que atrasa más de treinta años: los problemas del mundo actual no son ni el neoliberalismo ni el Consenso de Washington, sino el proteccionismo, la no apertura de los mercados para nuestra producción, los problemas derivados de las cuestiones migratorias desde los países pobres a los centrales. De hecho la primera ministra británica Theresa May lo planteó descarnadamente al decir que finalizaron los tiempos de la libre circulación de las personas.
4) Argentina puede cambiar su eje de decadencia. Nuestro futuro está ligado a lo productivo: hidrocarburos, gas, petróleo,minería. Y la Patagonia como eje central del desarrollo, impulsando la integración del país con su potencia creadora, a través de
Vaca Muerta. El desafío es el crecimiento. Si Argentina no crece estamos en dificultades.