El escenario del CCK volverá a servirle a Mauricio Macri para bajarles un discurso político a los funcionarios y principales dirigentes de Juntos por el Cambio. En este caso, con un objetivo principal en la mira: la perspectiva a futuro ahora que les toca volver al llano. “Esto recién empieza”, es el lema que repiten los funcionarios e incluso fue parte de una movida en redes sociales esta semana.
Este lunes, el Presidente volverá a liderar una reunión de gabinete ampliado, esos encuentros periódicos donde se junta a ministros, secretarios, subsecretarios y directores para hacer un repaso de las principales líneas de gestión y, en la mayoría de los casos, armar una arenga política.
La última vez el clima fue muy distinto al que probablemente se viva mañana. Habían pasado apenas cuatro días de la hecatombe de las PASO. En el ambiente se respiraba una sensación de velorio. Macri planteó que “el dolor nos está haciendo fuertes”, pero la imagen que transmitía era la de un hombre derrumbado. Ese día fueron Elisa Carrió y Miguel Pichetto los que tuvieron los discursos más encendidos y motivadores para afrontar el resto de la campaña. Todavía faltaba para la marcha del 24A, las treinta ciudades del “Sí, se puede” en treinta días, la histórica “marcha del millón” en el Obelisco y el 40% de los votos en la elección general.
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En el medio, surgieron las voces que, siempre en off the record, hablaban de la construcción del “posmacrismo”. Pero el resultado electoral cambió el panorama y ya nadie se anima a jubilar a Macri. El ya anunció que pretende liderar la oposición al gobierno de Alberto Fernández (se especula que podría presidir el PRO) y de esta manera puso en tensión la estrategia que imaginaba más de uno de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal encabezando el nuevo período como opositores.
El lunes, en el CCK, los dos dirigentes van a decir presente y se espera que también hagan uso de la palabra. Todos símbolos para evitar las especulaciones y no generar internas que todavía asoman muy lejos en el escenario político.
Macri tiene puesto hoy el desafío en terminar su gestión de la manera más ordenada posible, a pesar del contexto de crisis económica existente, que se profundizó tras el resultado de las PASO. En el oficialismo están convencidos de que el gobierno de Alberto Fernández no podrá cumplir con las expectativas planteadas en la campaña, por lo que no solo afrontará problemas económicos sino también políticos. Y en ese escenario, creen, hay margen para mantener la unidad y volver a ofrecerse como alternativa ante la sociedad.
Por eso, el discurso de Macri apuntará a destacar puntos salientes de su gestión, darle impulso a una transición que busca que sea “ejemplar” y a bajar línea a la tropa de que “esto recién empieza”.