A pesar de que la educación está lejos de ser un tema central en la campaña, hay tres rectores o ex rectores de universidades nacionales en condiciones de ser electos diputados en los comicios del 27 de octubre. Se trata del actual rector José Riccardo (Universidad de San Luis) y los ex Carolina Scotto (Córdoba) y Mario Barletta (Del Litoral).
Provienen de fuerzas que se oponen entre sí pero coinciden en la necesidad de que la educación tenga relevancia en la agenda legislativa. Scotto es la primera candidata del Frente para la Victoria por Córdoba, mientras que Riccardo y Barletta forman parte del Frente Progresista, Cívico y Social (alianza entre radicales y socialistas) en sus respectivas provincias. El primero encabeza la lista en San Luis y el segundo acompaña a Hermes Binner en Santa Fe. De repetirse los resultados de las primarias, los tres accederían a una banca en el Congreso.
Especialistas del ámbito universitario, los tres plantean la necesidad de avanzar en una reforma a la Ley de Educación Superior, algo que Cristina Kirchner impulsó en la apertura de sesiones de 2008 pero que finalmente quedó en nada. Scotto consideró que la reforma es “necesaria para reflejar las transformaciones que el sistema universitario tuvo en los últimos años”. “El rol de la universidad, más vinculado a la construcción de la agenda pública, no tiene un reflejo en el actual esquema legal”, explicó. Para Riccardo una nueva ley es “una inversión a futuro para garantizar un desarrollo sobre la base del conocimiento. “Debemos despojarnos de una ley que es una cuenta pendiente y una mochila que nos dejaron los 90. Hoy tenemos más universidades, pero hay vastos sectores sociales que no están accediendo”, concluyó el puntano.
Las preocupaciones, sin embargo, no terminan allí. Para Barletta la “principal preocupación” está en el nivel inicial. “El 40% de los chicos no tiene acceso a jardines maternales, porque son muy pocos los estatales”, explicó y también enumeró como prioridades la extensión horaria, la doble escolaridad y la formación docente. En el mismo sentido se expresó el rector de la Universidad de San Luis, quien propuso “impulsar una política de integración educativa a nivel nacional”. “La descentralización del Estado en materia educativa fue muy deficiente, y hoy tenemos un grado de heterogeneidad muy grande”, explicó. También coincidió en promover la escolaridad temprana y de doble jornada, en avanzar en la articulación entre escuela media y superior, y en fomentar la educación técnica y artística a lo largo del país.
Para Scotto, es necesario evaluar qué están haciendo las provincias en relación con la nueva ley de educación nacional, que se votó en 2006, “e impulsar medidas complementarias”. También bregó por una “efectiva implementación de la ley de educación técnica profesional, que era algo que había desaparecido y probablemente no haya bastado”, y por la necesidad de promover “nuevas herramientas para una mayor articulación entre el conocimiento científico y tecnológico y el sistema productivo”.
Las diferencias entre los académicos surgen al analizar el kirchnerismo. Mientras Barletta critica que la educación “no fue un tema debidamente abordado en los últimos tiempos”, Scotto destacó el plan Conectar Igualdad o la inversión en infraestructura como herramientas que promueven una “igualdad educativa”.