Reconciliado con el ex presidente Néstor Kirchner y con octubre en la mira, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández se cargó a las espaldas la misión de reorganizar las filas kirchneristas en el interior del país con la consigna de imponerse como el armador político del “post kirchnerismo junto a Kirchner”, una aventura que lo conducirá nuevamente a remar en aguas turbulentas.
El ex funcionario continuó su gira el jueves en la provincia de San Juan y el viernes, en Mendoza. Fernández se mostró crítico hacia el Gobierno y conciliador en la discordia, a pesar de que cerca del ex funcionario aseguraron a PERFIL que “lo que hace Alberto está en sintonía con Olivos”. Aunque dijo que Cobos no debe renunciar porque “fue elegido” y que le preocupa “mucho” el éxodo de senadores y diputados oficialistas.
Acompañado por su fiel colaborador y ex superintendente de Salud, Héctor Capaccioli, y por el ex subsecretario de Relaciones Institucionales de la Jefatura de Gabinete Claudio Ferreño, Fernández arribó a tierras cuyanas para reunirse con los distintos sectores del peronismo y ex cobistas, y garantizarle al pingüino las alianzas necesarias para ganar las elecciones legislativas.
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