"La clave es que te defienda uno en la mesa chica. Porque ahí te van a querer voltear y si nadie salta por vos, estás muerto". La frase, con total sinceridad, se la dice un precandidato a intendente de Juntos por el Cambio de un municipio costero de la provincia de Buenos Aires a PERFIL. Hoy la rosca política alejada de la grieta mediática, sucede hacia adentro. Es la necesidad de generar un acuerdo con alguien de peso dentro del frente para que cuando se cierren las listas nadie pueda "bajar" la candidatura y así evitar la interna en beneficio de otro.
El acuerdo tampoco le asegura a ese dirigente que la lista esté garantizada. Un ejemplo para que el lector entienda la situación. Días atrás se lanzó como precandidato a intendente de San Martín el diputado del Movimiento Evita Leonardo Grosso. ¿Eso significa que irá a una PASO con otros candidatos del peronismo? No necesariamente. A último momento el titular del espacio, Emilio Pérsico puede negociar un acuerdo con el kirchnerismo o Gabriel Katopodis y "bajar" la lista de Grosso. Sin Grosso en la negociación.
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"Alberto Asseff tenía sello interno en Juntos por el Cambio. Me prometió una lista en 2019. El último día cerró un acuerdo con el intendente de mi distrito y no me habilitaron. Me quedé afuera. Me cagaron", se sincera un dirigente ante PERFIL. Casos así se reproducen por todo el país.
La negociación puede abarcar un acuerdo político para evitar tensiones e "intercambiar figuritas". Esto es: un candidato a gobernador baja a uno suyo en Luján a cambio de que su rival interno baje otro suyo en Lomas de Zamora. Pero también puede ser algo personal. La entrega de contratos, cargos políticos y cajas desconocidas pero millonarias, entran en la negociación. Es el verdadero vale todo.
¿La Justicia no garantiza una interna más allá de la mesa chica? La respuesta es no. Así lo explicó a este medio una autoridad del Frente de Todos: "Cuando llega el momento del cierre, una mesa partidaria recepciona lo solicitado por el candidato y habilita o no. Luego gira a la Junta Electoral que es el organismo oficial".
Según pudo confirmar este medio, el expresidente Mauricio Macri se encargó en las últimas semanas de exigirle a Diego Santilli que baje algunas listas distritales en beneficio de sus protegidos. Quien se enteró de algunos casos así fue Patricia Bullrich. Rápida de reflejos, la candidata a Presidente y titular del PRO salió a rescatar "heridos" y prometer listas. Un problema extra para Horacio Rodríguez Larreta que no logra moverse como el jefe del espacio. ¿Pasará lo mismo en La Matanza donde el concejal Lalo Creus y el diputado Alejandro Finocchiaro tienen las mismas aspiraciones?
"Nadie quiere una interna. Primero se busca bajar al rival con encuestas. Luego con contratos o lugares de poder en la estructura del distrito. Si eso no funciona, se llama al jefe político de esa persona a ver si se logra algo más. Si nada sirve hay operaciones sobre los que lo rodean", explica un armador peronista que tiene varios cierres de listas en su carrera.
¿Qué pasa si el dirigente que caminó el territorio durante años no quiere bajarse? "Tenés dos alternativas. Vas con boleta corta, lo cual te liquida porque tenés que apelar al corte y es muy difícil o vendes caro esa derrota y armas para la próxima". Vale todo.
RI/ff