Henry Thoreau decía que los sueños son la esencia de la personalidad y que cada uno debe seguirlos para vivir la vida que se imagina.
Tener una carrera profesional y una familia, o dicho de otro modo, realizarse profesional y personalmente, sigue pareciendo para muchas mujeres un sueño difícil de alcanzar. Todavía están presentes en el imaginario colectivo mandatos y definiciones arraigados que condicionan sus elecciones.
Para nuestra generación perseguir ese sueño implicaba transitar un camino sinuoso, casi siempre incierto, a veces doloroso, pero otras veces, muy gratificante. Quienes decidimos seguirlo, lo hicimos impulsadas por una fuerza interior que nace en la claridad de nuestro propio propósito, con determinación para superar obstáculos y no permitir que nadie nos defina; alimentadas por la convicción de poder lograr lo que nos propongamos con el soporte de quienes nos quieren y nos valoran.
Escribo estas líneas porque quienes tomamos ese camino y descubrimos que cada batalla valió la pena, necesitamos alentar a nuestras amigas, colegas, y sobre todo a nuestras hijas, a soñar en grande a abrazar su propósito y a vivir sus sueños con pasión y orgullo.
*Vicepresidente segunda de IDEA. Country President Argentina, Uruguay, Paraguay de Schneider Electric.