El próximo 17 de octubre el cuerpo del ex presidente Juan Domingo Perón será trasladado desde el cementerio de la Chacarita hasta el mausoleo construido especialmente una Quinta de San Vicente. Así lo confirmaron hoy el ministerio del Interior, Aníbal Fernández y el titular de la CGT, Hugo Moyano.
En agosto, dos mujeres que suelen visitar la tumba del ex presidente denunciaron que alguien se quería “robar el cadáver del general”. En realidad, el sobrino nieto de Perón, Alejandro Rodríguez Perón estaba ultimando, junto a un par de albañiles, los preparativos para que el cuerpo sea trasladado.
Rodríguez Perón integra, junto con Antonio Cafiero, Felipe Solá y Eduardo Duhalde la Comisión Mausoleo, que se encarga de los preparativos para llevar el cuerpo hacia la Quinta 17 de Octubre, en San Vicente.
El predio en el que finalmente se espera que el ex presidente descanse en paz, es, en realidad, la vieja residencia de fin de semana del matrimonio que componían Perón y Eva Duarte. La provincia de Buenos Aires donó el terreno en el 2000, y dos años más tarde, se inauguró allí un museo temático.
En realidad la construcción del mausoleo tuvo desde el principio una idea clara: que los cuerpos de la pareja descansen, finalmente, juntos. Sin embargo, se vio retrasado por motivos presupuestarios y la resistencia de una de las hermanas mayores Eva.
Para que el operativo pudiera llevarse a cabo, la viuda de Perón, Isabel Martínez, autorizó desde España el traslado. Ella es la “dueña” de los “derechos” del cuerpo.
Evita y Perón no comparten, si quiera, el mismo cementerio. Los restos de la primera dama más famosa descansan al norte de la ciudad, en el la Recoleta.
La bóveda en la que hasta octubre descansarán los restos del ex presidente, no se destaca de las demás. Su féretro está protegido por un blindex de 170 kilos, y la llave se encuentra en la Escribanía General de la Nación..
El blíndex tiene un motivo: esta no es la primera vez que el cadáver de Perón es noticia. El 1º de julio de 1987 se descubrió que había sido mutilado. Días después, se exigió a través de anónimos, 8 millones de dólares por las manos cortadas al cadáver.