María Eugenia Vidal sorprendió a propios y extraños al señalar que a fin de este abril definirá si finalmente se convierte o no en precandidata a presidenta por el PRO, en una competencia que deberá enfrentar a su exaliado Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich. Para la diputada nacional, el foco de la política debe ser otro, lejos de la discusión electoral y más cerca "de los problemas de la gente".
Este sábado, la exgobernadora avisó que su futuro político tendrá un quiebre: fin de mes. Una decisión que, según pudo saber PERFIL, no fue comunicada a su círculo más estrecho, que se desayunó con la novedad.
Pese a esta determinación, la agenda de la exgobernadora de las próximas semanas, que incluye viajes a Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, permanecerá sin modificaciones. Paralelamente, continuará mirando el escenario, polarizado entre el Jefe de Gobierno porteño y la titular del partido amarillo y las encuestas, con números que hoy no le son adversos.
La relación que mantiene con Larreta y Bullrich es positiva, marcan desde el entorno de Vidal, lo que le abre posibilidades de entablar algún entendimiento con dichos dirigentes para el día de mañana.
En la Ciudad quiere a un amarillo y en Provincia apoya a Ritondo
La opción de competir en la Ciudad de Buenos Aires está presente en el radar de la figura del PRO, fogoneada por parte de algunos de sus asesores, que señalan que debe volver al distrito que la tuvo como ministra y vicejefa de Gobierno. No obstante, Vidal elude dar precisiones y se limita a marcar que el bastión amarillo no debe cambiar de color.
En este contexto, si hay algo que tiene claro la diputada es que el postulante a gobernador de la provincia de Buenos Aires por Juntos por el Cambio debe ser Cristian Ritondo y realizará esfuerzos en torno a ello.
En cuanto a su sintonía con Mauricio Macri, se encuentra intacta y una prueba de esa relación es que uno de sus asesores es Darío Nieto, secretario privado del exmandatario. En una entrevista que le concedió a Radio Mitre, Vidal admitió que está focalizada en “recorrer el país escuchando a la gente y trabajando en un proyecto político” por si le toca volver a gobernar a la alianza opositora a partir de diciembre de 2023. Enfatizó a su vez que la preocupación de la gente pasa por la inflación y con cubrir sus necesidades gracias a sus salarios.
Además, se mostró conmovida por la muerte de una beba en las inmediaciones de la Casa Rosada y lamentó que la clase dirigente esté concentrada en los idas y vueltas del calor electoral. “Escuché hablar de la beba que falleció en la Casa Rosada, y todos los días la realidad le pega cachetazos a la política a ver si reacciona, y la política sigue discutiendo candidaturas electorales y eso nada tiene que ver con las urgencias de los argentinos”, apuntó.