El martes pasado la gobernadora María Eugenia Vidal estuvo reunida más de una hora con Jaime Duran Barba, el asesor estrella del macrismo. Repasaron números poco agradables para Mauricio Macri en el Conurbano, hablaron de la situación tensa con la UCR y le dejó una idea clave: “Esta elección se gana de abajo hacia arriba”. Las obras públicas, lo que se ve, el primer metro cuadrado, como pregona la consultora Isonomía en sus trabajos cualitativos que le acerca al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Bajo esta premisa, la Casa Rosada comenzó a trabajar bajo el vector de nacionalizar a Vidal dado que sigue siendo la dirigente política con mejor imagen. A ello se le sumará la también nacionalización, y también “conurbanización” de Horacio Rodríguez Larreta, cuya gestión está bien estimada en los municipios más cercanos a la Capital Federal.
A la vez, se trata de una consecuencia lógica –y obligada tal vez– de la unificación de los calendarios electorales de Nación-Provincia-Ciudad.
Nacionalizados. El primer indicio se dio hace diez días cuando Vidal recibió a Horacio "Pechi" Quiroga, el candidato a gobernador de Neuquén de Cambiemos, en su oficina en Retiro. “Vamos a ayudar en las provincias en coordinación con Marcos y Rogelio (Frigerio)”, explican en la Gobernación. “La nacionalización de María Eugenia tiene que ver con levantar al Presidente en el Conurbano”, agrega uno de los ministros que tiene llegada directa a la Provincia.
La nacionalización de Vidal y Larreta es animada, argumentan en el oficialismo, por dos cuestiones que se darán durante este año. En primer lugar, el concepto de "equipo" que retornará, como en 2017 y 2015, con más fuerza aún para sostener a Macri. En segundo lugar, porque en el vidalismo están seguros de que el kirchnerismo nacionalizará la campaña bonaerense y eso la obligará a la gobernadora a meterse de lleno en otras materias.
Mañana el Presidente y la gobernadora compartirán acto en Roque Pérez
Así las cosas, el pedido de la Casa Rosada, además, tendrá un nuevo capítulo cuando mañana a las 9 el Presidente se reúna con la gobernadora en Roque Pérez, donde mostrarán juntos los avances de las obras hidráulicas de la cuenca del arroyo Salado, cuya financiación es compartida. En principio, la coordinación de agendas supone que se los vea juntos, al menos, una vez cada 15 días y luego una vez por semana.
Pero además a eso se le suma la presencia de ministros nacionales en territorio bonaerense. El martes ya se pudo ver a Carolina Stanley (Salud y Desarrollo Social); Guillermo Dietrich (Transporte); y Alejandro Finocchiaro (Educación), junto a Vidal en el Centro de Atención Móvil “La 144 atiende en tu estación” en la estación de Gregorio Laferrere, La Matanza (donde Finocchiaro será candidato a intendente), que brinda asesoramiento y contención a mujeres en situación de violencia de género en la línea Belgrano Sur. Este tipo de actividades conjuntas, también "nacionalizadas", se verán durante todo 2019.
También, aún en análisis, podría haber viajes al interior de Vidal, Larreta y Peña para apuntalar candidatos propios, aunque esa agenda no está definida todavía. Solo se escuchó en despachos oficiales el bufido sobre la actitud de los radicales en varias provincias.
Hay distritos donde CFK toca el 50%. Vidal 10 puntos menos y Macri no llega a 30
Proselitismo. De todos modos, en Cambiemos observan una “campaña corta” donde la gestión será un gran eje. Por ello, en la Provincia lanzaron una campaña sobre educación que viene rodando desde hace dos semanas.
En cuanto al discurso, estos días hubo tímidas reuniones entre funcionarios de segunda línea, pero recién en abril estarán más claras las directrices.En principio, la cuestión de la seguridad y la transparencia y valores serán parte del discurso oficial.
“Son buenos temas, pero si la economía no levanta no le interesan a nadie”, advierte un vidalista tomando distancia de Peña y sus seguidores, cuyo optimismo viene irritando de manera creciente a buena parte del gabinete nacional y bonaerense, y más aún a los candidatos a intendente del Conurbano.
Por su lado, cerca del jefe de Gabinete aseguran que la mala imagen del Presidente en la Provincia “es una foto del peor momento y las consecuencias de la devaluación”. Y afirman que aún falta “la consolidación de la recuperación económica aunque sea poco perceptible y el calor de la campaña en sí misma”.
El dilema hoy es que, con los números de Macri de 2015 en octubre, Vidal podría perder la Gobernación (no hay segunda vuelta) ya que no visualizan en el oficialismo un corte de boleta similar al de ese año, cuando la gobernadora sacó 425 mil votos más que Macri.
Por ello, la mandataria se concentrará en los distritos grandes con “visitas quirúrgicas” a grandes ciudades donde se concentra el electorado y fortaleciendo a los candidatos que pueden ganar. Por ejemplo, en Pilar donde Nicolás Ducoté tendrá una díficil parada con el peronista Federico Achával.
Llega Larreta. Por su lado, el jefe de Gobierno porteño se sumará a colaborar con los candidatos a intendente oficialistas “sin tierra”, que tendrán su cumbre en Villa Gesell el 16 de marzo, y también en los distritos que gobierna Cambiemos.
"Es una foto del peor momento", dicen en Rosada sobre imagen presidencial
“Horacio está trabajando muy unido a María Eugenia, y colaborando intensamente en el armado del PRO en el Conurbano”, revela a PERFIL uno de los candidatos “sin tierra”. Y agrega que la Ciudad es valorada positivamente en muchos municipios, lo que podría colaborar con esas candidaturas.
Uno de los lugares donde ya viene trabajando es Avellaneda donde una discípula suya, la senadora Gladys González, intentará competir contra el kirchnerista Jorge Ferraresi. Aunque es una jugada compleja, Larreta se comprometió a “bajar” al territorio.
Algo similar ocurrirá en Almirante Brown, donde el médico y ex titular del PAMI Carlos Regazzoni está intentando disputarle el municipio a Mariano Cascallares. No será sencillo: allí CFK mide casi 50 puntos, Vidal diez puntos menos y Macri no llega al 30%.
En Lanús también podría sumarse Larreta. Allí, donde gobierna el macrista-vidalista Néstor Grindetti, ocurre algo similar: el Presidente araña los 30 puntos y la gobernadora está entre 10 y 15 puntos arriba. El intendente supera el 60% de aceptación. Una ecuación que se repite a nivel nacional.