El 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Glaucoma, una fecha que busca concientizar sobre la importancia de los controles oftalmológicos para detectar de manera temprana esta enfermedad. En Argentina esta condición afecta a más de un millón de personas, pero el 40% de los habitantes desconocen qué es y nunca se tomó la presión ocular.
El glaucoma es una enfermedad ocular que deteriora el nervio óptico y afecta paulatinamente la visión. Si no es tratada a tiempo, puede generar una ceguera irreversible. En ese sentido, esta condición es la segunda causa de pérdida de visión en Sudamérica y la principal causa de ceguera irreversible en el mundo.
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En Argentina, más de un millón de personas padecen glaucoma. De ese total, más del 3% corresponde a adultos mayores de 40 años y el 7% a los mayores de 75. Una de las maneras de detectar de manera temprana esta enfermedad es a través de estudios oftalmológicos. Sin embargo, el 40% de los habitantes nunca se tomó la presión ocular.
El glaucoma puede afectar a cualquiera. A pesar de esto, dentro del grupo de riesgo se encuentran los mayores de 40 años, los familiares directos de pacientes con glaucoma, las personas que sufrieron traumatismos en los ojos y los pacientes que usan o usaron corticoides.
"Lo peligroso es que la persona no se da cuenta en los comienzos de la enfermedad. Por esta razón, se lo suele llamar 'el ladrón silencioso de la visión'. Se estima que la mitad de las personas con glaucoma no sabe que están afectadas", explicó la doctora Anahí Lupinacci (MN 107784), coordinadora de la Sección Glaucoma del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral.
"Sin embargo, con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes conserva su visión. De esta manera, se puede prevenir que un paciente llegue a ser discapacitado visual", agregó.
Los síntomas del glaucoma
Los síntomas del glaucoma pueden aparecer de manera lenta y progresiva. En esa línea, en las primeras etapas no suele presentar ningún síntoma, por lo que la mitad de las personas que padecen esta enfermedad desconocen este hecho.
A medida que progresa la enfermedad, es posible que el afectado pierda lentamente la visión. Por lo general, primero se afecta la visión lateral (periférica), especialmente el área que está más cerca de la nariz. Sin embargo, sucede tan lento que muchas personas no notan en un principio que su visión está cambiando.
Cuando la enfermedad empeora, la persona puede comenzar a notar que no puede ver hacia los lados. Sin tratamiento, el glaucoma puede eventualmente causar ceguera.
Cuáles son las maneras de combatir el glaucoma
Dentro de los distintos métodos para combatir el glaucoma, la especialista destacó las visitas anuales al oftalmólogo para así detectar la enfermedad de manera temprana. "La mejor estrategia para combatir la enfermedad es ir al oftalmólogo una vez al año, para que sea él quien, con varios estudios, arribe al diagnóstico antes de que sea tarde", detalló.
"Para detectar a tiempo esta enfermedad prevenible, es importante realizar un control anual con un oftalmólogo, o más frecuentemente si hay algún factor de riesgo", subrayó la doctora.
En tanto al estudio, explicó que se observa el fondo del ojo y se toma la presión ocular, ambos controles que forman parte de la consulta oftalmológica de rutina. "El examen es rápido e indoloro", aclaró.
"En caso de detectar posibles signos de glaucoma, por ejemplo presión ocular alta o algún daño en el fondo de ojo, otros estudios ayudan a arribar al diagnóstico, permiten el seguimiento de la enfermedad, y evalúan la necesidad de iniciar un tratamiento", precisó.
A pesar de que la pérdida de visión ocasionada por el glaucoma no se puede recuperar, su deterioro se puede detener mediante gotas que reducen la presión en el ojo. Sumado a esto, existen ciertos láseres específicos para glaucoma, como la trabeculoplastia láser selectiva (SLT por sus siglas en inglés), que reducen el uso de medicación.
Asimismo, en caso necesario, una cirugía puede ayudar a mantener la presión ocular para que no se siga dañando el nervio óptico y termine ocasionando pérdida de visión irreversible.
El ejercicio como posible tratamiento complementario
Además de las gotas y los láseres, la doctora mencionó al ejercicio como una manera de influir en la progresión del glaucoma. En ese sentido, la actividad física tiene efectos a corto y largo plazo sobre la presión ocular y el flujo sanguíneo ocular.
"Ejercicios isométricos o dinámicos, como caminar y nadar, producen una disminución de la presión ocular transitoria en el momento y el período posterior al ejercicio, respectivamente. El efecto de disminución de presión ocular parece ser aditivo al efecto de los medicamentos para el glaucoma", señaló.
Sin embargo, aclaró que estos efectos son de "corta duración", por lo que es "incierta" su relevancia en el tratamiento de largo plazo la glaucoma crónica.
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Asimismo, advirtió de la posibilidad de realizar algunas actividades que aumenten la presión ocular, lo que puede favorecer la progresión del glaucoma, "Ciertos ejercicios como el levantamiento de pesas y los de máximo esfuerzo pueden paradójicamente aumentar la presión ocular, y dicho aumento puede ser aún más significativo cuando los sujetos contienen la respiración", explicó.
A pesar de esto, aclaró que a los pacientes se les recomienda realizar "ejercicios aérobicos regularmente": "Teniendo en cuenta los efectos benéficos del ejercicio en la salud y el bienestar en general, los pacientes glaucomatosos son alentados a realizar ejercicios aeróbicos regularmente".
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