La piel atópica genera necesidad de rascarse constantemente y las lesiones visibles impactan en la vida social, el desarrollo laboral y la intimidad de pareja. Genera mucho estigma. Muchos ven la piel lastimada, enrojecida, y creen erróneamente que podría ser algo contagioso, cuando no lo es.
Es el caso de quienes padecen dermatitis atópica. Este trastorno se produce por una predisposición de la piel a estar seca, junto con una mayor tendencia a la inflamación de la misma. Estos procesos ocasionan picazón, dolor, enrojecimiento, aparición de costras y la piel se puede agrietar. Es un cuadro que, sumado al rascado, incrementa el riesgo de infecciones que, a su vez - en un círculo vicioso-, genera más picazón.
El frío es un factor determinante, sin contar los numerosos efectos negativos que tiene sobre la salud general, y la cutánea en particular. En ese sentido, es habitual que se deba recurrir con frecuencia a las cremas humectantes para contrarrestar la sequedad que las bajas temperaturas y la calefacción en exceso generan en nuestra piel.
Las lesiones pueden llegar a cubrir más de la mitad del cuerpo y se manifiestan en áreas sensibles como párpados, cuello, codos, muñecas, rodillas y tobillos. Al rascarse, los pacientes pueden lastimarse aún más y aumentar el riesgo de infecciones.
El frío es un factor determinante, sin contar los numerosos efectos negativos que tiene sobre la salud general
El otro gran problema es el síntoma de sufrir sangrado y supuración. Las lesiones en la piel se inician como descamación y piel agrietada, evolucionando a sangrado y supuración en los casos más avanzados.
En estos meses extraordinarios de la pandemia, los pacientes con diagnóstico de dermatitis atópica -que ya están en tratamiento- han intensificado el diálogo con sus médicos, priorizando el contacto virtual, señala Carla Castro, integrante del grupo de trabajo de Dermatitis Atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y Coordinadora de la unidad de Dermatitis Atópica del Hospital Universitario Austral.
También se aconseja que los baños sean breves -no más de diez minutos- y con agua tibia, debido a que el agua caliente puede irritar las pieles atópicas. Algunos cuadros guardan relación con las alergias alimentarias. En esos pacientes se puede disminuir la severidad de los brotes evitando la ingesta de los principales alimentos alergénicos, como son la soja, los mariscos, el maní, la leche, el trigo y los huevos.
También se aconseja que los baños sean breves y con agua tibia
La vestimenta es otro eje clave para mantener a raya las molestias. Se recomienda el uso de ropa confeccionada con géneros suaves, especialmente algodón, y de colores claros; evitando que la piel tome contacto directo con fibras como el nylon, el acrílico, el poliéster, la lycra y la lana, como así también aquellas que tienen colorantes intensos.
El 86% de las personas con DA ve afectada su calidad de vida, siente frustración, enojo, alteración del ánimo, estrés, trastornos del sueño, dolor y modificaciones en su rutina. Este dato surge de las conclusiones de una encuesta realizada entre 1.650 argentinos con esta enfermedad; siendo este el relevamiento de mayor magnitud realizado en nuestro país sobre el tema.
Los resultados fueron presentados por la Asociación de Dermatitis Atópica Argentina (Adar) y la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso) en el Día mundial de la enfermedad inflamatoria y crónica de la piel.
El 86% de las personas con DA ve afectada su calidad de vida
Esta enfermedad se presenta en alrededor del 10% de la población mundial. Y es mucho más frecuente en los niños: el 85% de los pacientes tiene las primeras manifestaciones antes de los 5 años de vida.
Usualmente cuesta entender lo que es vivir con dermatitis atópica. Se la subestima, se la discrimina, se la estigmatiza; señala María de 39 años y agrega “es terrible vivir así todos los días”. Agrega, “además de la picazón persistente hay que lidiar con la mirada de los otros. Cuando los síntomas suceden en las zonas más visible el entorno piensa que tenes algo contagioso”.
Desde la Sociedad Argentina de Dermatología, puntualizaron que la recomendación más importante se basa en el cuidado de la piel y el control de la piel seca para evitar el rascado, la exacerbación de las lesiones y las sobreinfecciones.
Mantener la piel humectada e hidratada con cremas para tal fin es la medida más importante. Todos los compuestos con avena también ayudan, ya que ésta es un antinflamatorio natural para la piel. Los rayos ultravioletas colaboran, por lo que se recomienda exponerse al sol, pero con cuidados porque los rayos más abrasivos pueden deshidratar la piel y ser contraproducentes.