El represor y excapitán de fragata Alfredo Astiz declaró hoy en el juicio "ESMA III" y tildó de "corrupto" al juez federal Norberto Oyarbide porque "benefició sin disimulo al kirchnerismo" y "se apuró a procesar a un opositor", por Mauricio Macri.
"Levanten la mano aquellos que piensan que Oyarbide no es corrupto", teatralizó el exmarino, ya condenado en el juicio "ESMA II", y luego de echar un vistazo a la sala de audiencias en busca de respuestas completó: "Ah, entonces todos piensan como yo".
Pese a ser una declaración indagatoria, "El Cuervo" -ese era su apodo en el grupo de tareas de la ESMA- se metió con Oyarbide porque, dijo, "benefició sin disimulo al kirchnerismo, se apuró por desvincular al matrimonio (Kirchner, de la acusación de enriquecimiento ilícito) pero se apuró a procesar a un opositor al Gobierno".
Se refirió así, sin nombrarlo, al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, procesado por Oyarbide en la causa de las supuestas escuchas telefónicas ilegales sobre algunos legisladores opositores, empresarios y a su cuñado.
Embistió Astiz también contra la Justicia en general al lamentar que, según dijo, no cuenta con "ningún juez federal que me asesore", en referencia al intercambio de mensajes entre el juez federal Daniel Rafecas y un amigo del vicepresidente Amado Boudou, en la causa por supuesto enriquecimiento ilícito y la venta de la ex Ciccone Calcográfica que involucra al número dos del Poder Ejecutivo.
Los jueces, remató, "son meros funcionarios con obediencia debida al Poder Ejecutivo" de la Nación y en especial "los magistrados federales y los de la Corte" Suprema de Justicia.
Astiz está siendo enjuiciado por el Tribunal Oral Federal 5 desde el 28 de noviembre último junto a otros 67 acusados, entre ellos varios presuntos pilotos de "vuelos de la muerte" que arrojaban a las víctimas vivas al mar. En el proceso se intenta determinar la responsabilidad de los acusados en 789 crímenes de lesa humanidad y se prevé que desfilen unos 830 testigos.
Según las estimaciones de organismos de derechos humanos y las investigaciones, se estima que por el centro clandestino de detención de la ex ESMA -ubicada en Avenida del Libertador al 8100 de esta capital- pasaron alrededor de 5.000 prisioneros de la dictadura, que fueron sometidos a tormentos y asesinados.
En 2004 el edificio de la ESMA fue transformado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, que funciona como museo y lugar de reflexión y de múltiples actividades en defensa de los derechos humanos y de repudio y condena del terrorismo de Estado.