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ALEMANIA

Incendio del Reichstag, ¿conspiración nazi o "lobo solitario?: 90 años después, buscan respuestas en un cementerio

Noventa años después del incidente que catapultó a Hitler al poder, el cuerpo del sindicalista comunista holandés Marinus van der Lubbe fue exhumado por investigadores para ver si contiene rastros de toxinas.

Reichstag
Incendio del Reichstag, el parlamento alemán, el 27 de febrero de 1933 | Europa Press / CEDOC

La historia podría dar un giro después de la exhumación de los restos del hombre que provocó el incendio del parlamento (Reichstag)  de Alemania en 1933: los investigadores quieren comprobar si el "pirómano" fue drogado por los seguidores de Adolf Hitler para iniciar el fuego del edificio, un hecho que consolidó el poder de los nazis.

El holandés Marinus van der Lubbe, declarado culpable de iniciar el incendio del Reichstag en 1933, fue guillotinado en enero de 1934 y enterrado en una tumba sin nombre. Durante el proceso en su contra, había declarado que había prendido fuego al edificio y que había actuado solo.

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Van der Lubbe fue la única persona arrestada en el Reichstag en llamas e insistió en las semanas previas a su ejecución en que había actuado solo para inspirar a otros a su causa y rebelarse contra el "gobierno capitalista y la toma del poder por parte de los fascistas".

Si bien la mayoría de los historiadores creen que fue el responsable del incendio, la hipótesis de que los nazis lo drogaron, ya sea para facilitar una confesión veraz o para asegurarse de que guarde silencio sobre posibles co-conspiradores, cobró fuerzas en los últimos años. 

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El Reichstag, el imponente edificio de piedra que albergaba el parlamento controlado por los nazis, fue destruido por el fuego el 27 de febrero de 1933.
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Adolf Hitler utilizó el fuego para reivindicar un complot comunista y consolidar su influencia con medidas enérgicas.

El incendio del Reichstag, adjudicado al "enemigo interno", permitió a Hitler asegurar la reelección como canciller

El edificio del Reichstag fue inaugurado en 1894 junto a la Puerta de Brandeburgo. En 1918, tras el fin de la Primera Guerra Mundial y la abdicación del káiser Guillermo I, fue proclamada desde allí la República de Weimar.

La sede del Parlamento también estuvo estrechamente ligada al fin de la República de Weimar y el incendio provocado aparentemente por el comunista holandés Van der Lubbe destruyó la sala plenaria en la noche del 27 de febrero de 1933 y con ello la efímera república.

Hitler, elegido canciller alemán el 31 de julio de 1932 tras obtener un 37,3 por ciento de los votos, usó el incendio como excusa para lanzar una acción concertada contra sus rivales, mayormente comunistas, de cara a unas elecciones anticipadas previstas para una semana más tarde.

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Hitler había logrado convencer al entonces presidente alemán Paul von Hindenburg de que convocase comicios para obtener más poder. El Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP), el partido nazi, ocupaba entonces 196 escaños en el Reichstag.

Después del incendio, líderes de la bancada comunista fueron detenidos, la prensa socialdemócrata prohibida temporalmente y fueron derogados importantes derechos fundamentales como la libertad de opinión y de asociación.

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Hitler también ganó las elecciones de marzo, pero no consiguió la mayoría absoluta e impuso una ley que otorgó más competencias al Gobierno y obligó al Parlamento a aprobar otra por la cual quedaba sin poder, allanando el camino para una dictadura que sembraría el terror en Alemania y Europa y desencadenaría la Segunda Guerra Mundial.

Todo esto llevó a algunos a especular que el incendio del Reichstag fue una operación de bandera falsa para garantizar que Hitler pudiera tomar el poder.

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Exhumación de Van der Lubbe en el cementerio de Südfriedhof: en busca de la verdad

Van der Lubbe fue ejecutado el 10 de enero de 1934 y luego enterrado en el cementerio Südfriedhof de Leipzig. Su tumba se abrió una vez en 1953, y más tarde se colocó un segundo ataúd encima del de van der Lubbe.

Para 2017 el Südfriedhof contaba con un total de 35.000 tumbas sin marcar, por lo que no estaba claro exactamente dónde yacía van der Lubbe.

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Pero Alfred Otto Paul, de 70 años, el fundador de la Sociedad Paul-Benndorf, una organización patrimonial que mantiene tumbas en Leipzig, usó registros de cementerios y mapas históricos para delimitar su ubicación.

El cuerpo fue exhumado el 25 de enero y rápidamente quedó claro que la persona había sido decapitada, lo que indicaba "sin lugar a dudas" que se trataba de van der Lubbe. Ahora, un patólogo ahora está examinando los restos en busca de toxinas y los resultados se esperan en unas pocas semanas. 

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El holandés Marinus van der Lubbe, declarado culpable de iniciar el incendio del Reichstag en 1933, fue guillotinado en enero de 1934 y enterrado en una tumba sin nombre. 
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Van der Lubbe fue la única persona arrestada en el Reichstag en llamas e insistió en las semanas previas a su ejecución en que había actuado solo para inspirar a otros a su causa y rebelarse contra el "gobierno capitalista y la toma del poder por parte de los fascistas".

Las versiones sobre la incapacidad de Van der Lubbe de iniciar el dantesco incendio comenzaron muy pronto. En el momento del juicio en su contra, la prensa sugirió que se le podría haber administrado escopolamina, un "suero de la verdad" con capacidad para hacer que quienes lo reciben revelen información.

En septiembre de 1933, el diario británico The Daily Mail informó que el ministerio de propaganda de Alemania había afirmado que van der Lubbe había sido examinado por un criminólogo sueco y un editor de un periódico holandés para asegurarse de que no había sido drogado mientras estaba bajo custodia.

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Cuando Van der Lubbe fue ejecutado, muchos creían que los nazis habían utilizado al holandés para ocultar que ellos mismos habían iniciado el incendio y, aunque nunca ha habido evidencia para probar la versión, hubo muchas hipótesis en las siguientes décadas.

En 2019 se conoció la declaración hecha bajo juramento por un exmiembro de la organización paramilitar nazi "Sturmabteilung" (SA), realizada en 1955, que pareció reforzar las teorías de que el partido de Hitler tendría responsabilidad en el incendio del Reichstag.

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Un tribunal nazi encontró a Van der Lubbe culpable de incendio provocado y traición y fue decapitado en 1934. Pero su caso siguió siendo controvertido.
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Van der Lubbe fue ejecutado el 10 de enero de 1934 y luego enterrado en el cementerio Südfriedhof de Leipzig.

En el texto, el ex SA Hans-Martin Lennings cuenta que condujo al hombre, que parecía, según él, confundido, desde la enfermería de las SA hasta el Reichstag. Al llegar, él y sus compañeros notaron "un extraño olor a quemado" y "un ligero humo saliendo de las salas".

Lenning (1904-1962), afirma que protestó junto a sus camaradas por la detención del holandés: "Estábamos convencidos de que Van der Lubbe no podía haber provocado el incendio ya que constatamos que debía haberse iniciado en el Reichstag cuando entregamos a Van der Lubbe".

Debido a sus objeciones, Lenning y sus camaradas fueron encarcelados de forma preventiva, y tuvieron que "firmar un papel que afirmaba [que no estaban] al tanto de nada". 

El historiador Peter Black dijo en años recientes que la sugerencia de que van der Lubbe era el único responsable era falsa: "Diría que van der Lubbe no pudo haber iniciado ese incendio solo, según la evidencia disponible. Parece probable que los nazis estuvieran involucrados. Pero no tienes a nadie que pueda decir, sí, vi a los nazis".

ds