“Estaba sentada acá, en el último vagón, justo ahí con mis dos nenes”, cuenta a PERFIL aún sin creerlo y señala la foto del choque de trenes ocurrido el jueves a las 7:07 en Castelar.
Eva Murguía, junto a sus hijos Tiziano (2) y Luca (4) estaba sentada en el tren detenido que iba hacia Moreno y fue embestido por el semirrápido de doble piso.
Lo que cuenta impresiona: “Se me cayó encima sin vida un muchacho atravesado al medio por las chapas, con los intestinos reventados. Estaba cortado al medio. Justo en ese momento se apagaron las luces y sólo me preocupé por levantar a mis nenes porque no quería que se asfixiaran con la gente que se había caído al piso”, explica Eva mientras espera un nuevo parte médico en la terapia intensiva infantil en el Hospital Posadas. Luca sufrió una fractura expuesta en su pie derecho que le afectó las arterias y corrió riesgo de que le amputaran el pie. Hoy sigue internado, y es controlado constantemente para ver su evolución.
Lo explica Patricia Spinelli, directora de Emergencias Sanitarias de la provincia de Buenos Aires: “Ingresó con fractura del miembro inferior derecho, muy comprometido. La arteria estuvo muy aprisionada con la fractura. Tiene puestos unos tutores, para estabilizar la fractura. Está en cuidados intermedios, monitoreado, y con un seguimiento continuo. Por ahora viene evolucionando favorablemente”, sostiene.
Eva y sus hijos viven en San Telmo. El jueves tomaron el tren en la estación Once cerca de las 6:20. Le faltaban tres estaciones para bajar en Merlo y combinar con un colectivo para ir a Marcos Paz: iban al Complejo Penitenciario donde el papá de los nenes está detenido.
“Mi nene más chico estaba encima de mí, pero Luca iba parado. Antes del choque se puso a mi lado y justo lo agarré. Pero la chapa retorcida lo golpeó. El piso se levantó y no sé de dónde salieron tantos asientos, porque de repente vi que estaba todo revuelto y la gente tirada en el piso. Cuando le hice upa a mi hijo le toqué el hueso salido”, afirma Eva.
Con ayuda de algunas personas logró salir y de inmediato le pidió a un patrullero que la llevara a un sanatorio. Una ambulancia los llevó al Hospital Posadas.
“Los médicos que nos atendieron en la guardia pediátrica me dijeron que si me demoraba un poco más quizás el pie debían amputarlo, pero por ahora va bien. El mismo jueves por la tarde lo operaron y mejora pero hay que esperar y ver qué secuelas le quedan”, dijo.
Otra menor, una chica de 12 años también internada allí tras sufrir una fractura de tibia y peroné, al cierre de esta edición ya estaba lista para pasar a una sala común.
Dinero. Luca permanece internado en el quinto piso del hospital. Según cuenta su familia, se acercaron varios representantes de la empresa de TBA para “acompañarlos” y brindarles lo que necesitaban. Incluso, les ofrecieron dinero para los gastos generales pero la familia no aceptó la propuesta. Ellos cuentan con su propio abogado y están preparando las demandas correspondientes.
Mientras tanto, Luca se mantiene de buen humor. Su mamá cuenta que ama jugar a la pelota y es fanático de Boca. Ante el primer llanto en reclamo de mimos, Eva corre para estar con él. “Está muy mimoso, pregunta por su hermano y por su papá. Espero que le permitan al padre venir a visitarlo”, añade la mamá de Luca que debió ser atendida por unos golpes en la pierna y por un dolor muy fuerte en el estómago consecuencia del mismo impacto.
El hermano de Luca, Tiziano, se lastimó la pierna y sufrió algunos cortes en la mano izquierda. Además, cuando llegó al hospital le sacaron un vidrio clavado en el ojo. Ahora permanece bajo el cuidado de su abuela y su tía mientras Eva pasa día y noche en el hospital.
En el mismo vagón donde viajaban Luca había una mujer embarazada que fue socorrida de inmediato. “Fue muy feo. Una chica embarazada estaba conmigo intentando salir y unos hombres nos ayudaron. Nos atendieron a nosotras primero. Ahora Luca me pregunta por ella, porque recuerda que ella lo tuvo a upa antes de subir a la ambulancia”, termina Eva.
Las graves heridas que sufrió otro chico de 16
Son dos los heridos más graves de los 11 que se encuentran internados en el hospital Güemes de Haedo. Una es Susana Fernández de 60 años, con la clavícula, las muñecas y algunas costillas quebradas. Trabaja en el Tribunal de Faltas de Morón y viaja de lunes a viernes de Morón a Castelar en el tren de las siete de la mañana. Iba en el último vagón del tren que estaba detenido. Es decir, justo en el vagón que recibió el impacto de la formación que no frenó. Su hijo comentó a PERFIL que está muy angustiada.
Otra de las víctimas cuyo estado de salud es delicado es Agustín Ruiz, que viajaba, como todas las mañanas,a la escuela Juan Bautista Alberdi de Castelar, junto a su hermana Luciana Ruiz de 12 años y su mamá Andrea Lema, quien trabaja ahí de preceptora. Los tres fueron internados luego del accidente. El joven de 16 años posee riesgo de amputación de una pierna ya que ante la desesperación del momento por querer salir del tren varias personas lo pasaron por arriba. Así se le quebró el fémur y que se le desplazó la rótula.
“La arteria de la pierna no se le cortó, pero se aplastó. Tuvieron que hacerle un bypass”, detalló Fabián Romano, padrino de Agustín.
Luego de alrededor de seis horas de intervención quirúrgica en el hospital de Haedo, hay que esperar entre 24 y 48 horas para ver cómo evoluciona.
En tanto, su hermana sufrió una quebradura de clavícula, por lo cual, fue enyesada y ya está de alta. Su madre presenta fractura de pelvis y está internada en observación en el Posadas.Viajaban en el tercer vagón del tren que no estaba en movimiento.