Que Dodi estuviera aquí”, eso le pediría Mohamed Al-Fayed a alá, justo hoy que cumple 94 años. Con la muerte de su primogénito, Dodi, junto a su prometida Lady Diana Spencer esa fatídica noche del 31 de agosto de 1997 en el túnel del Puente del Alma, en París, el multimillonario egipcio perdió a su hijo preferido.
Y más también, porque ése era su mejor acercamiento a la monarquía británica que tanto lo despreciaba.
A partir de entonces, la obsecuencia de Mohamed Al-Fayed durante veintitrés años para ser aceptado en el círculo íntimo de la monarquía que en 1882 había invadido su país para asegurarse sus propios negocios con Asia controlando el Canal de Suez, sólo se convirtió en odio.
El multimillonario egipcio, a quien a fines del año pasado le atribuían una fortuna de € 2000 millones, dejó estupefacto al mundo entero cuando, en el marco de la investigación judicial por la muerte de Dodi y la Princesa de Gales, declaró que la persecución de los paparazzi que sufrió la pareja fue una cortina de humo para tapar un plan de asesinato.
Según Mohamed Al-Fayed, en el “accidente” actuaron el MI5 y MI6 (Military Intelligence section 5 and 6), el servicio de inteligencia interna del Reino Unido de Gran Bretaña, en colaboración con el servicio de inteligencia francés.
Para Al-Fayed, detrás del funesto episodio asomaba “el racismo” de la Corona británica. Según él, “no querían que Diana se casara con un musulmán y que el futuro rey de Inglaterra tuviera un árabe como padrastro y a otro como abuelo”.
Veintiún años más tarde Harry, Príncipe de Sussex, llevó de la mano a la mestiza Meghan Markle hasta Buckingham, y la palabra “racismo” volvió a sonar como un campanario a destiempo. La gente ató cabos mientras la happily married nueva pareja se alejaba de los Windsor, rumbo a Estados Unidos.
Mohamed Al-Fayed, internacional
En 2005, cuando se cumplieron ocho años de la tragedia y al ver que sería imposible luchar contra los molinos de viento, Mohamed Al-Fayed encargó una escultura de bronce de su hijo y Lady Di acariciando una paloma mientras bailaban. Con ese gesto, quería "mantener vivo el espíritu de la pareja".
Y la colocó en Harrods, porque la tienda era uno de los negocios más visibles de la familia Al-Fayed en el Reino Unido. Era parte del paquete de marcas que el millonario había comprado en 1985 -por 615 millones de libras esterlinas- al grupo House of Fraser, su dueño desde 1959.
En 2010, Al-Fayed se desprendió de Harrods y otras marcas a cambio de 1500 millones de libras esterlinas, más del doble de lo que había pagado. Sabía hacer negocios.
La escultura fue un gran atractivo turístico que conservaron los nuevos compradores hasta 2018, pero luego la retiraron, cuando otra vez cambió de dueño, a las manos de Mike Ashley.
Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi
Mohamed Al-Fayed nació en el barrio Bakos, una zona desconocida para los turistas que visitan Alejandría, pero famosa en todo Egipto porque allí también nació el ex presidente Gamal Abdel Nasser, el líder de la Revolución Egipcia de 1952. Allí vivió con sus dos hermanos, Ali y Salah.
Si hay alguien que supo aprovechar lo que el destino ponía delante de sus ojos fue Al-Fayed. Vendía Coca Cola en las calles de Alejandría cuando, en 1954, conquistó a Samira Khashoggi y logró casarse con ella en 1954.
Samira no era una chica del montón. Ya era escritora y fundaría en Egipto la revista femenina Al Sharkia, que trataba temas diversos sobre las mujeres árabes. No poca cosa si se piensa en el contexto.
La jovencita de origen saudí era nieta del médico personal del rey de Arabia Saudita Ibn Saud. Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, Muhammad Khashoggi y su esposa, Samiha, se fueron con sus seis hijos (Adnan, Samira, Essam, Ahmad, Adil y Soheir) a Egipto.
El hermano mayor de Samira, Adnan Khashoggi, no tenía pruritos en hacer buenos negocios. ¿Y dónde estaba el negocio en el Egipto de la década del 50? En la venta de armas en una nación militarizada hasta los dientes por los líderes de la Revolución Egipcia, que se plantaban contra el Reino Unido.
Cuando Adnan Khashoggi conoció a Al-Fayed lo sumó a los negocios familiares. El matrimonio con Samira sólo duró dos años, pero fueron suficientes para que naciera Dodi (Emad El-Din Mohamed Abdel Moneim) en 1955, a quien esperaba una gran vida y un triste final, y para que Mohamed cimentara lo que hoy es.
Mohamed Al-Fayed
Tras el divorcio, Mohamed Al-Fayed obtuvo la tenencia de Dodi y siguió viviendo con él en Alejandría, hasta que en 1974 se fue a Londres. Con todo, el joven siempre mantuvo un vínculo muy estrecho con su madre y la familia materna.
Mientras tanto, su padre seguía multiplicando billetes junto a Adnan, cuya fortuna en la década del 70 y 80 llegó a competir con la de la monarquía de Arabia Saudita, gracias a los negocios armamentísticos que ya eran a escala internacional.
El tío Adnan tuvo varios matrimonios, siempre con mujeres más jóvenes. Llegó a ser el multimillonario más famoso de Marbella: tres Boing 747; el Nabil, el mayor yate del mundo; 25 mansiones; tres matrimonios, etc.
Por las revistas que vivían del jet set internacional, Adnan asomaba con frecuencia su sonrisa feliz por debajo de su bigotito casi pintado; muchas veces, acompañado de luminarias de la política y el show, desde Liz Taylor en adelante a cuantos se imagine.
Dondequiera y con quien estuviera, Dodi conversaba telefónicamente con su madre, una hora cada día. Ella, Samira, volvió a casarse con Anas Yassin (o Yaseen) y se radicó en Beirut. Yassin fue embajador saudí en Naciones Unidas, India y Turquía hasta que murió –también “casualmente”- en un accidente automovilístico en 1974.
Su madre siguió en Beirut y reincidió una tercera vez en el matrimonio con un empresario libanés, Abdel Rahman al-Aseer. Murió en 1986 y Dodi, tan afín a ella, según su hermanastra, se desmoronó. Necesitaba cariño.
Dodi, el hijo de Al Fayed
Obviamente, con su fama de playboy, su billetera gruesa y su especial trato de galán de harén con las mujeres, Dodi podía elegir. Pero el padre, Mohamed, le presentaría a Lady Diana Spencer, también desconsolada, aunque por otros motivos.
Dodi Al Fayed tenía un primo muy afín, Jamal -hijo de su tío Ahmad-, que vivía en la ciudad de Medina, en Arabia Saudita. Era un periodista muy conocido en su país y cercano a la monarquía saudí.
Jamal sería más conocido aún, internacionalmente, cuando tras morir su otro tío, el ricachón Adnan, se autoexilió en Estados Unidos, en 2017, pero fue “inexplicablemente” asesinado un año más tarde, cuando se encontraba dentro del consulado saudita en Estambul, Turquía.
En la investigación policial –en la que, dada la relevancia de los personajes involucrados, intervino la ONU- se habló de "una ejecución extrajudicial de la que es responsable el Estado del Reino de Arabia Saudí". Esta tesis quedó en la nada.
Mohamed Al-Fayed y Gran Bretaña
En su afán por insertarse en la sociedad británica, Al-Fayed también compró el club de fútbol Fulham FC, financió la creación de New School en West Heath, institución escolar para chicos con capacidades especiales y problemas de salud mental y adquirió la Villa Windsor.
En esa mansión que está en las afueras de París, había vivido Eduardo VIII con Wallis Simpson, luego de abdicar a su corto reinado de 325 días, incluso antes de la ceremonia de coronación. El Duque de Windsor había fallecido en 1972 y el lugar estaba abandonado.
Después de tantas compras y reventas, Al Fayed conserva aún Turnull & Asser, la más tradicional camisería británica, fundada en 1885, una de las tiendas de ropa masculina más chic del mundo. La empresa tiene dos sucursales en Londres (en 72/73 Jermyn Street para artículos ready-to-wear; y en 23 Bury Street, para Bespokes) y una en Nueva York (50 East 57th St).
Una camisa Turnbull & Asser se hace con 34 piezas individuales de tela delicada y con, al menos, 10 botones de nácar. Una de estas camisas le costarían a un argentino entre 300 y 475 libras esterlinas, pero el envío es gratis.
La casa vistió a Al Pacino, Paul Newman, Marlon Brando, Pierce Brosnan, Harrison Ford, Daniel Craig, Robert Redford, James Dean, Jack Nicholson, Cary Grant, el trompetista Miles Davis, Paul McCartney. Hacerla suya significaba mucho para Mohamed Al-Fayed.
Curiosidades del destino, cuando el rey Carlos III era solamente el Príncipe de Gales y respaldaba empresarios y personalidades, otorgó un Royal Warrant a Turnbull & Asser, en 1980.
Al Fayed quiso muchas veces naturalizarse británico, pero siempre se lo denegaron, pese a las fortunas que dejó en el archipiélago.
La quinta temporada de la serie de Netflix, Crown, le dedica varios capítulos a él y a su hijo Dodi. La ficción no ahorra imágenes ni diálogos para mostrar los desplantes que le infligió el círculo monárquico. Con la excepción de Lady Diana, a quien conoció en 1986 durante un partido de polo que organizó él mismo, Mohamed Al Fayed.
Cuando Lady Di y Carlos, actual monarca, se divorciaron diez años más tarde, en 1986, Mohamed Al-Fayed invitó a la princesa triste y a sus dos hijos, William y Harry, a distraerse con unas vacaciones navegando en su yate por el sur de Francia. Luego permanecieron unos algunos días en Villa Windsor y en las primeras noches, la princesa dejó de estar triste: Dodi era su nuevo amor.
La conspiración monárquica
Martin Bashir, el periodista de la BBC, en el que tal vez erróneamente más confiaba Lady Di, dijo luego que Dodi Al-Fayed era una máscara para tapar otra relación imposible; con el cirujano pakistaní Hasnat Khan, que vivía en Essex y según él, fue su “gran amor”
“Soy un padre que ha perdido a su hijo. He luchado durante diez años, al final quiero que se haga justicia. Estoy seguro de lo que pasó. Yo sé que fueron asesinados” expresó Mohamed Al-Fayed durante el juicio por la muerte de Diana en 2007.
La justicia sin embargo, negó sus dichos: que la pareja estaba comprometida, que iban a casarse y que Diana Spencer estaba embarazada.
La investigación concluyó que Dodi Al-Fayed no había comprado un anillo de compromiso y que los análisis de sangre del cuerpo sin vida de Lady Di no arrojaban que la víctima estuviera embarazada.
Sus allegados decían que la muerte de Dodi y su novia lo había trastornado.
Entre 1997 y 2017, varios empleados de Al Fayed en la tienda Harrods, hicieron denuncias de agresión y acoso sexual contra él. Algunas querellantes dijeron que el acusado las sometía a pruebas de VIH y exámenes ginecológicos antes de “invitarlas” a pasar un fin de semana con él. La causa judicial está en veremos.
Al-Fayed hoy
Desde 1985, el empresario egipcio Mohamed Al-Fayed está casado con la ex modelo finlandesa Heini Wathén (1955), la madre de otros cuatro hijos con quienes formó una familia numerosa: Jasmine (madre de Delilah), Karim (pareja de la brasileña Brenda Costa y padre de Antonia), Camilla (madre de Luna), y Omar.
Primero vivieron en Ginebra (2003-2005) y luego se radicaron en Mónaco.
Llamativo también es pensar que Dodi fue quien le presentó a su padre a su actual esposa. La había conocido en un desfile de modas en París, en 1975. Cuando ella regresó a su país para concursar como Miss Finlandia –y perdió-, Dodi, que sería un experto en consolar princesas, le ofreció enjugar sus lágrimas consiguiéndole un contrato para modelar en Pierre Balmain.
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