Bueno, sí, por supuesto, este mundo en el que vivimos es sumamente interesante y nos quedan bastantes detalles que aclarar. Pero más interesante es lo que hay más allá, afuera, palpitando, ¿eh?, meciendo galaxias y sistemas y vaya una a saber qué más. Y eso porque el misterio como dijo no sé quién aunque creo que fue don Albert Einstein, el misterio es lo que nos mueve a la curiosidad y la curiosidad, ya se sabe, puede conducirnos a la penitencia por ser malas chicas o a que descubramos cosas maravillosas, impensadas, extrañas, sensacionales y sígame usted en esta enumeración estimulante como pocas. Todo esto porque una lee una noticia en dos columnitas en el diario del día, sobre esos señores en Arecibo (Puerto Rico, no vaya al atlas), donde hay un laboratorio de habitabilidad planetaria. Sí, no le miento, es verdad y depende de la universidad, así que puede que no sean unos chantas. Los muchachos descubrieron allí un exoplaneta (eso quiere decir que está fuera del sistema solar) que gira alrededor de una enana roja que viene a ser un solcito de morondanga que mucha luz no da y de calorcito no hablemos. El exoplaneta Próxima B podría (potencial dudoso) tener condiciones para albergar vida. Lo cual no quiere decir nada, no se haga ilusiones que Star Trek todavía no empezó.
¿Y entonces? Estamos como estábamos. En primer lugar habría que ver si ahí en Próxima B hay o podría haber agua. Y en segundo y tercer lugar hace falta guita (mucha) para seguir investigando y los resultados seguro que no nos llevan a ninguna parte.
Pero… esto es lo importante, el descubrimiento nos hace soñar, escribir cuentos, novelas, ensayos, cambiar de carrera y en vez de seguir ciencias económicas inscribirse en ciencias planetarias; en fin, hay mil posibilidades y eso es uno de los factores que hacen al mundo tan interesante. Menos mal.
