La primera reunión formal para iniciar las negociaciones entre el Club de París y la Argentina por una deuda estimada en US$ 10 mil millones, que fue confirmada para el 26 de mayo próximo, podría ser el punto de partida para la reapertura de líneas de crédito que hoy se encuentran cerradas para áreas clave como el sector energético.
Según confirmaron fuentes del Ministerio de Economía, hasta ayer no había llegado la invitación formal para el ministro Axel Kicillof y no se confirmó oficialmente que viaje en los próximos días a Francia, aunque estaban analizando cuál era la mejor estrategia a seguir. En enero, Kicillof había propuesto pagar 20% de la deuda en 12 meses a partir del acuerdo y extender los pagos por 15 años en cuotas o bonos del Estado, idea que fue rechazada. Ahora, los técnicos evalúan un pago en efectivo de 20% de la deuda en un plazo de un año, aunque los acreedores pretenden menos tiempo.
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Aun así, se trata de una buena noticia para el Gobierno, que intenta abrirse camino en los mercados externos para obtener financiamiento. A propósito del tema, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, celebró los avances. —¿Cuáles son las expectativas que despierta esta reunión? —Es una muy buena noticia, la aceptación para sentarse a negociar un acuerdo es algo que ayudaría muchísimo a la Argentina. Hay que tener presente que este tipo de negociaciones, una vez que comienzan, deben concluirse. Esto quiere decir que, más allá de que pueda haber un cuarto intermedio, lo cierto es que continúan hasta que se llega a una definición. Por eso es muy importante llegar bien preparados. —¿Cuáles podrían ser los efectos más inmediatos que podrían producirse de llegar a un acuerdo? —Creo que lo más importante es que destrabaría otras líneas de crédito que resultan de interés para nuestro país y que hoy se encuentran cerradas, especialmente las Ex-Im Bank, que necesitamos de países como Alemania, Estados Unidos y otras naciones del G7, por las que podríamos acceder a tecnología necesaria para el desarrollo de Vaca Muerta, y también en el área de ferrocarriles. —¿Qué visión tiene sobre las advertencias del FMI del viernes sobre la demora de la Argentina en exhibir sus datos ante el organismo? —Creo que hay que desdramatizar al Artículo IV, que prevé la comunicación de cifras de la economía nacional al organismo multilateral de crédito. Es algo que hacen todos los países, incluso Francia, y si bien reciben críticas, son un Estado soberano
