ESPECTACULOS
AdriAn y Alberto Cormillot

Dos guerreros contra la obesidad

En la nueva temporada de Cuestión de peso, el padre está al frente junto a Claribel Medina y el hijo es parte del equipo médico que ayuda a los participantes del reality a adelgazar.

En familia. Los médicos critican la búsqueda de rating de los productores de Cuestión de peso.
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Alberto y Adrián Cormillot son padre e hijo, tienen la misma profesión e iniciales idénticas. Trabajan juntos, no sólo en la Clínica de Nutrición y Salud, sino también en Cuestión de peso. El programa, que va por su sexta temporada, es un reality en el que 12 participantes intentan bajar de peso en cámara. Los profesionales se diferencian en que Alberto habla pausado y serio, mientras que Adrián atropella las palabras.
—¿Qué hace que “Cuestión de peso” vaya por su sexta edición?
ALBERTO CORMILLOT: Hay una necesidad: el problema de la obesidad aumenta 1% por año. El programa tiene contenidos emocionales, divertidos e ilustrativos. Hay que lograr que la ensalada tenga la cantidad justa de cada cosa.
—¿Qué se negocia con la producción?
ALBERTO: La negociación es minuto a minuto y en el aire. El productor no tiene límite. Han hecho algunas cosas sin que yo me enterara, pero si me avisan, yo decido en qué cedo. ADRIAN CORMILLOT: No es que sean malos, pero hay una ética que tenemos nosotros como médicos que es diferente a la del productor, que necesita generar rating.
—¿Se fomenta la burla?
ADRIAN: La burla no, sí la exposición. Pero te garantiza permanencia.
ALBERTO: Cuando yo estoy ahí, trato de que eso no pase. Le quieren bajar el pantalón a un participante, yo se lo subo.
—¿No se les escapa nada?
ADRIAN: A veces nos agarramos la cabeza. Por ejemplo, hay un momento en el que Sergio agarra las barrigas. A mí me parece innecesario.
—¿Qué les da la televisión?
ALBERTO: Es el instrumento de educación más poderoso que hay. Logró que engordaran 2.500 millones de personas diciéndoles “tomá gaseosa, comé galletitas”.
ADRIAN: De la misma manera, a través de un programa entretenido y con permanencia se puede educar.
—¿Qué porcentaje de éxito hay en los casos de obesidad que acuden a la clínica?
ALBERTO: De los que siguen el tratamiento, el 100%. Pero hay una gran cantidad de anuncios de productos
para adelgazar que son una farsa. Eso está en la ley de obesidad, pero como toca intereses muy fuertes de la
industria de la alimentación y la bebida, nunca se
reglamentó.
—La medicina exige muchas horas de estudio, ¿cómo concilian con la TV?
ALBERTO: Yo trabajo todos los sábados y domingos. Dedico todo el tiempo a leer. Preparo material siempre. Empiezo a las 5.30 en la radio, los jueves tengo ocho horas entre TV y radio, por ejemplo.
—¿Cuál es la diferencia entre un médico tradicional y uno mediático?
ADRIAN: A los médicos en general les gusta hablar difícil. La exposición mediática hace que nosotros tengamos otro lenguaje.
ALBERTO: Por oficio, tratamos de hablar más claro, más corto, y no amenazante.
—¿Cómo se llevan trabajando juntos?
AdriAn: Bien.
Alberto: la mayor parte del tiempo, bien.