ESPECTACULOS
nacha guevara

“Lo único que quiero es la inflación del talento”

Asegura que cuando se reúne con Scioli y Rabolini no hablan de política. Descarta hacer un musical sobre Cristina.

En su nuevo show. Personificando a Eva Perón en el musical escrito por Pedro Orgambide.
| Cedoc

Toca un lugarcito. Pero al mismo tiempo también tengo una gran pregunta: ¿qué va a pasar con ese material? ¿Estará viejo, será una pelotudez, o todavía nadie lo entiende? Esa es la gran pregunta que tengo. Esa es mi gran intriga”.

Nacha Guevara (73) habla sobre Las canciones que nunca volví a cantar, el show gratuito que dio ayer y dará hoy en la Plaza del Mar (Av. Camet y López de Gomara), en su Mar del Plata natal. El recital ha sido especialmente creado (por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires) para acompañar la muestra El espíritu pop, con la que debutó el Museo de Arte Contemporáneo de la provincia de Buenos Aires.

Nacha dice que esas canciones, las que no volvió a cantar desde los años del Instituto Di Tella son “todas canciones de los 60, de principios de los 60. Todas las canciones del Di Tella, del Jorge de la Vega, de Boris Vian, de Carlos del Peral, todas esas canciones absurdas y disparatadas que por muchas razones no volvieron a hacerse nunca más. Se terminó el Di Tella, se terminó la alegría, se terminó todo: salimos todos desbandados y quedó todo ahí.”

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Nacha Guevara, que jugó honestamente a ser Simon Cowell como jurado en El artista del año y que se rumorea será jurado de “Bailando 2014”, no miente: temas como No se casen chicas, La mucamita o Lamento indio, sostiene, “sacan una parte mía muy divertida, absurda, yo me formé en eso, en el teatro del absurdo, y después me volví más realista”.

¿Por qué no volviste a cantar estas canciones?

La vida me llevó para donde me tenía que llevar, y quedaron ahí. Ese repertorio es el resultado de un momento muy particular, muy acorde a lo que se vivía. Al cambiar la realidad del país, al estar todo en el exterior, eso ya no tenía más sentido. Algunas de esas canciones las canté, pero no recuerdo. Las que voy a hacer aquí nunca las volví a hacer.

¿Vas a ser jurado de “Bailando por un sueño”?

He tenido conversaciones, hemos hablado, pero todavía no está nada definido. Hay muchas cosas que ajustar ahí todavía. Algunas condiciones ya se han hablado, por ejemplo que haya otro tipo de gente participando, y de hecho van a estar Maximiliano Guerra, Eleonora Cassano, posiblemente Mora Godoy. No llegamos al punto de mis condiciones personales, pero saber quién es parte del programa es fundamental.

¿Cómo te ves vos como cantante?

Los que me han escuchado cantar dicen que yo no canto. Mirá, lo único que importa es cómo uno se siente en la vida. Independientemente de lo que los demás digan. Yo me siento una cantante muy expresiva, pero una cantante. Definitivamente.

De todas tus etapas artísticas, ¿cuál fue la que te hizo más feliz?

Yo creo que ese período de muchísima felicidad, del Di Tella y cantando, de muy poca mente, de muy poca elaboración en la mente de las cosas y de mucha acción, de mucho decir “vamos a hacer” y lo hacemos.

No sé si era visceral eso sino más sano, con menos consideraciones. Primero, éramos muy jovencitos, y segundo, había un Instituto Di Tella que nos permitía equivocarnos, lo cual era fundamental y sigue siendo fundamental en la vida, en el arte, en la ciencia: sin mis equivocaciones, no podría ser yo.

¿No ves margen para el error hoy en Argentina?

No, porque es así en todos lados. Se busca mucho el resultado. El resultado está en la experiencia, ése es el resultado: antes el éxito era la experiencia, después podía tener éxito o no, pero eso no era, ni es, lo importante. Eso era independiente.

El éxito era experimentar lo que habías soñado, lo que te habías imaginado, lo que querías hacer, lo que te daba la gana. Eso no se volvió a repetir. Fue un fenómeno extraordinario, que permitió muchas cosas bellísimas, mucho mamarracho, mucho de todo. Pero que fue importantísimo para la ciudad, tuvo una influencia cultural y todavía anda dando vueltas el Di Tella.

¿Qué pensás que cambió desde aquel entonces hasta estos días?

Sencillo: de forma completa, cambió toda la historia que conocemos. Y el bache. Se hizo un bache allí. Era un mundo distinto, donde todo apuntaba a otra dirección, en todo el planeta: estaban los Beatles, estaba Warhol, estaba el Mayo Francés, estaba todo en otra dirección, y eso también se apagó de algún modo. Fue un momento. Un momento de la historia del cual me considero muy afortunada y muy privilegiada de haber estado. Pero nosotros éramos bastante cínicos también. Y muy descarados. Pero hay una diferencia.

¿Cuál es?

Hay una diferencia entre ser rebelde al pedo y ser rebelde creativo. Nosotros tuvimos la oportunidad de ser rebeldes creativos, de aplicar la rebeldía a la creatividad. Y cuando aplica la rebeldía a la creatividad no se perpetúa en el mismo tema de la rebeldía. Eso llamo yo rebeldía al pedo. El rebelde al pedo no quiere que nada cambie para poder seguir siendo rebelde; nosotros encontramos motivos para ser rebeldes, y después encontrábamos otros, no era siempre el mismo.

¿Vos qué sos?

Soy una rebelde creativa. Somos cada vez menos, pero algunos sobrevivimos.

Hiciste de Evita con texto de Pedro Orgambide. ¿Harías de Cristina?

Nunca se me ocurrió. Es una idea que me estás dando para hacer un musical. No me animaría, está muy cercana. Se necesita, como dicen los ingleses, la lima del tiempo. Tiempo para ser más o menos justos con el personaje y, dentro de lo que cabe y es posible, objetivo.

¿Cómo la ves como mujer?

No voy a hablar de política porque hay demasiada gente hablando de política y lo único que quiero es la inflación del talento, la inflación del arte. Eso es lo que busco, esa inflación es lo que estoy buscando.

Te tratás tanto con Scioli como con Massa. ¿Quién te cae mejor?

Scioli es un amigo personal. Daniel y Karina son amigos de hace muchos años. Con ellos la política queda fuera de la casa, en la casa no se habla de política ni de dinero en la mesa. No se habla mal de nadie: es una regla de la casa. Gente educada. Es muy difícil lograr tener amigos. Creo que con eso te contesto.

¿Cómo nos ves como país?

Estamos tensos, emitiendo unas vibraciones muy negativas. Mientras no tomemos conciencia de eso, de nuestras elecciones personales, es difícil que cambie.

El lado amoroso de las cosas

El amor es todo, es la rueda que hace girar el universo: el desafío de un ser humano es ver el lado amoroso de las cosas. En eso trabajo todo el tiempo que puedo, a veces lo logro y otras no”, dice Nacha Guevara respecto de cómo vive el amor a su edad.

Y más allá de los rumores-cuasi certezas de su confirmación en “Bailando por un sueño”, le gustaría volver a la televisión como actriz.

Hacer televisión de vez en cuando es una experiencia que te saca un poco de tu cuerpo.Pero también te cuesta recursos creativos: no hay tiempo de elaborar, no hay tiempo de pensar, no hay tiempo de planear. Ahí es acción y vámonos: para un actor formado es muy interesante. Aunque hoy no podría decir un programa en particular en el que me gustaría estar, porque no veo mucho”.

Ahora, dentro de la categoría rumores-cuasi certezas, hay muchísimas chances de que Moria Casán y Carmen Barbieri sean jurado junto a Nacha Guevara, ¿las ve como colegas? Guevara: “Con Moria he actuado en un par de películas y para afuera quizás plantea una determinada imagen, pero es muy buena compañera. Y con Carmen nunca he trabajo, no la conozco en ese plano. Son gente que trabaja en el mundo del espectáculo, todos somos colegas”.