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El PT quiere rapidez, confiado en que tiene los votos

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Ante la perspectiva de un largo período de ingobernabilidad, Dilma Rousseff quiere que el trámite de impeachment se realice lo más rápido posible. Ministros, legisladores y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (ver recuadro) fueron desplegados para acelerar un proceso que puede llevar varios meses, cuando Brasil camina hacia su peor recesión en 85 años y la mandataria tiene una popularidad de apenas 10% a sólo 11 meses de haber comenzado su segundo mandato.
El ministro de la Presidencia, Jacques Wagner, defiende, junto con varios líderes oficialistas, que se suspenda  el tradicional receso estival del Congreso, que se extiende del el 22 de diciembre al 1 de febrero, para tratar el pedido de juicio político contra la presidenta.
El gobierno se tiene confianza. Cree contar con los 172 votos requeridos para impedir que el plenario de la Cámara de Representantes logre separar del cargo a Rousseff e iniciar el juicio de destitución.
Una encuesta difundida ayer por el diario O Globo apuntala ese optimismo. Según O Globo, sólo 182 diputados están a favor del impeachment y en cambio 258 están en contra.
Dirigentes opositores han dado señales de que no tienen mayoría. Pero calculan que cuanto más se extienda el tema, mayor será el desgaste de Rousseff pues el horizonte económico se vislumbra cada día más complicado y es previsible que comiencen protestas callejeras.
La presión de la opinión pública es un factor clave y tanto los partidarios de Rousseff como sus adversarios saben que eso puede hacer cambiar de posición a muchos legisladores.