Federico Salvai es clave para la Provincia: ministro de Gobierno, armador político y, sobre todo, la mano derecha de María Eugenia Vidal desde 2007, cuando se convirtió en jefe de asesores de la entonces ministra de Desarrollo Social porteña. En una entrevista con PERFIL, entre agua y cafés, traza un panorama de cada protagonista político de la disputa bonaerense.
—¿Por qué decidieron no aumentar los impuestos al juego? —Nunca se presentó ese proyecto. Cuando uno trabaja en el armado del Presupuesto, se manejan un montón de borradores. Hemos presentado lo que consideramos que se podía presentar y no ha generado ningún tipo de conflicto.
—¿Cómo está hoy el vínculo con Sergio Massa? —La relación es buena. Es un dirigente opositor con el cual hemos tenido muchos acuerdos legislativos este año. Espero que los sigamos teniendo. Yo valoro a Sergio, a Margarita (Stolbizer), a muchos intendentes del PJ y a Florencio (Randazzo), que se han puesto a disposición para hablar de temas que le importan a la gente.
—¿Confía en Massa? En Casa Rosada hay muchos que no. —No he escuchado a nadie que haya dicho eso abiertamente. Yo puedo hablar de nuestra experiencia.
—¿Pero le genera confianza o no? —Yo no dije eso, dije que hemos encontrado un paquete de opciones de trabajo en conjunto y hemos logrado, juntos, cosas históricas como la no reelección de los intendentes, y va a quedar en la memoria. Es todo un ejercicio gobernar en minoría (en la Legislatura bonaerense). Durante dos años estaremos buscando consenso con los legisladores y ése es mi trabajo de todos los días.
—¿Cumplió Massa con los acuerdos? El oficialismo del Congreso no siempre se mostró satisfecho. —Lo que pasa en el gobierno nacional y lo que pasa en la Provincia es lo mismo. Hay coordinación, pero los temas de agenda son distintos, tienen un impacto distinto. Pero el espíritu es mantener una coordinación. Los temas que nos hemos propuesto trabajar han salido. Muchos de ellos no alcanza con el Frente Renovador, también con el GEN, con el PJ.
—¿No le genera ruido interno que Massa critique a Macri y no a Vidal? —No creo que sea así. Además, criticar a Macri es criticar a Vidal también.
—¿Cómo está el vínculo con los intendentes kirchneristas que se quejan de que nos los reciben? —Cada uno se posiciona políticamente como quiere. Si hay algo que no se puede criticar a María Eugenia es el trabajo sin discrecionalidad con los intendentes. El primer día convocamos a los 135 y hemos ayudado. La gran mayoría saben que levantan el teléfono y hay un ministro que los atiende. Estamos a disposición, y es el estilo de María Eugenia.
—¿Cuán importante es la atomización del PJ para las elecciones? —Independientemente de cómo se arme el mapa electoral de la oposición, para la elección del año que viene dependemos de nosotros mismos.
—Me responde igualito al libreto de Marcos Peña.
—Es que es cierto, hoy somos gobierno y tenemos que empezar a cubrir toda la expectativa que se ha generado en Mauricio y en María Eugenia. Si mostramos resultados, no dependemos del mapa de la oposición.
—¿No están terceros hoy en las encuestas? —María Eugenia tenía 10% de intención de voto cuando empezó, la conocían muy poco y sacó 40%. Lo importante es qué representa, independientemente de la imagen. Tenemos una marca espectacular como Cambiemos y no podemos perder nuestra identidad. No nos preocupan tanto los candidatos sino la gestión. Tenemos que sumar a los que expresen algo nuevo, y hay intendentes del peronismo y del Conurbano que lo representan.
—¿Habrá cambios de gabinete? —Que yo sepa, no, por ahora.
—No me mienta —(Se sonríe) Los cambios de gabinete, y lo hablamos con María Eugenia, son algo saludable. La tarea de ser ministro en la Provincia es bastante ardua y requiere mucho sacrificio familiar, por el ritmo que pone María Eugenia. En algún momento lo habrá.
—¿Cree que Cristina Kirchner será candidata? —Habría que preguntarle a ella. Acaba de terminar su gestión, debe tener todavía cierto apoyo en Provincia. Pero hay un ciclo terminado y la gente decidió elegir otra clase de política, un camino que no tiene vuelta atrás.
