POLITICA
SERGIO PALAZZO, DE LA BANCARIA

“Moyano arriesgó mucho y no le fue bien con la política”

Es el jefe del gremio, que no participó del paro general. Dice que no hay que “abusar de la medida” y que dejó la CGT por el acuerdo con la CTA y “la derecha”.

Post paro. “Hay un debilitamiento de la CGT Azopardo”, dice.
| Telam

Sergio Palazzo maneja La Bancaria, uno de los sindicatos más poderosos del país, que atravesó una crisis estructural tras el escándalo de la “mafia de los medicamentos” y el manejo financiero de la obra social. Heredó el poder de Juan José Zanola, con quien creció en el gremio, pero logró desterrar al viejo pope de la conducción.
Es el único secretario general de un gremio con militancia radical. Tiene nueva llegada a Ernesto Sanz, senador de la UCR, pero construye puentes con La Cámpora. Habla con Moyano sobre el futuro de Independiente y se jacta de haber firmado el mejor acuerdo salarial en lo que va del año: un encubierto 35%. Su gremio no integra ninguna CGT.
Cuando el juez Norberto Oyarbide puso preso a Zanola, Palazzo lo visitó semanalmente en la cárcel de Ezeiza y siguió sus instrucciones. Tras la liberación del dirigente, que pasó dos años con prisión preventiva, Zanola fue desterrado del liderazgo de los bancarios. Ahora es mala palabra en el gremio que supo dominar. “Hace dos años que no hablo con él”, asegura Palazzo.
—La Bancaria era aliada de Moyano. ¿Se fue de la CGT del camionero para que el Gobierno ayudara a salvar la deuda millonaria de la obra social?
—Hugo es un buen dirigente gremial y nunca he dudado de su capacidad, sobre todo en Camioneros. Dejamos la CGT porque no estábamos de acuerdo con ciertas alianzas, en particular con la CTA. También vimos que con las  PASO, la CGT estaba tomando un cariz partidario, como un partido de oposición. El movimiento obrero tiene que discutir y participar en política, pero no creo que haya que partidizarlo en oposición al Gobierno. Nos hacía ruido sobre todo cuando la opción era De Narváez, que es la derecha. En medio de eso, nosotros nos sentamos con el Gobierno a solucionar la situación de la obra social. Ibamos a estar en un espacio que decía que el Gobierno no nos atiende y no nos escucha, y a nosotros sí nos estaban atendiendo.
—¿Lo presionó el Gobierno usando la obra social?
—No, nadie nos vino a presionar ni a apretar, fue una decisión nuestra dejar la CGT. De hecho, no nos fuimos a la CGT de Caló, eso hubiese sido una muestra de que nos habían apretado.
—¿Por qué no participaron del paro el 10 de abril?
—Porque estábamos en paritaria y hacer una medida de fuerza en medio de las negociaciones es diluir la fuerza de los sindicatos. Hicimos el mejor acuerdo salarial: 29% en un solo tramo, dos compensaciones económicas de $ 1.200 y otra de $ 5.500 por el Día del Bancario.
—¿Cómo evalúa el resultado del paro?
—Fue una medida importante pero de la que no hay que abusar, sobre todo en la situación confusa que atraviesa el país.
—¿Fue un paro partidario?
—No creo que este paro, que se hizo sentir por el transporte y los piquetes, haya beneficiado a ningún dirigente opositor.
—¿Tiene futuro político Moyano?
—Creo que no hay que mezclar las cosas. El día que un dirigente gremial se aboque a la política, tiene que dejar su espacio gremial.
—¿La CGT Azopardo se sostiene sólo por Moyano?
—Y, sin duda, es el gremio más fuerte. Antes el poder de fuego lo aportábamos nosotros, y ya no estamos. Sí, creo que hay un debilitamiento de la CGT Azopardo. El poder de fuego real lo tiene Camioneros, sin menoscabar que el resto de los compañeros tiene incidencia.
—¿Fue un error de Moyano volcarse a la política?
—Fue una decisión personal de él... Sí me parece que arriesgó mucho y no le fue bien al dedicarse a la política.
—¿Caló es un dirigente con liderazgo propio o es sostenido por el Gobierno?
—Caló es la expresión de la Unión Obrera Metalúrgica, que es uno de los gremios más poderosos del país. Decir que lo sostiene el Gobierno es subestimar la fortaleza de la UOM.
—El sector financiero está en la mira por ser el instrumento de blanqueo de fondos de la corrupción. Muchas financieras investigadas en la Justicia tienen cuentas en los bancos del Estado, y otras están ligadas a grandes bancos. ¿Los gobiernos dejan hacer a las financieras para que sea herramienta de blanqueo?
—El sistema financiero que no es banco provoca muchas veces un saqueo del bolsillo de sectores de menores ingresos, cuando dan préstamos a tasas altísimas en estas financieras, y es fascilitador de hechos de corrupción. Las financieras deberían tener regulaciones extremas, como tienen los bancos y bajo la órbita del Banco Central, desde una visión más estricta que la de los bancos.  
—¿Cómo se pudo acumular una deuda de $ 1.068 millones en la obra social?
—Porque nunca nadie paró la pelota. Zanola tuvo un criterio de conducción en el que ponía la plata en el Policlínico, por razones políticas o familiares porque era el chiche de la mujer –Paula Aballay, entonces cabeza del instituto médico de los bancarios–. Cuando asumimos, había deudas de cargas sociales y sueldos por más de $ 27 millones, con prestadores y discapacidad por $ 103 millones. Tuvimos un concurso de acreedores por $ 560 millones –entre otras deudas que enumera con detalle–.
—Los pacientes se quejan del estado del Policlínico...
—Estamos haciendo refacciones por sectores. Hicimos una guardia nueva. Lo que no vamos a hacer es rifar la estabilidad de la obra social por salir a embellecer el Policlínico