SOCIEDAD
relatos de infancia en el da del nio

Esos chicos que un día llegaron a ser "grandes"

La niñez de Marta Minujín, Gino Bogani, Sara Facio, Cristiano Rattazzi, Pepe Cibrián, Eleonora Cassano, Teté Coustarot y Carlos Bilardo. Fotos.

La artista plástica, a los 4 años, con flequillo y mucho desparpajo. El diseñador dice que "era un chico lindo que llamaba la atención". La fotógrafa, a los tres años. La bailarina de vacaciones en Ma
| Cedoc

"Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla", decía el escritor inglés Gilbert Chesterton muchos años atrás.

Con motivo de la celebración del Día del Niño, Diario PERFIL reunió a ocho personalidades destacadas en distintos ámbitos para que recuerden momentos especiales de su niñez: desde sus libros y juguetes preferidos, hasta los veranos en familia y los pasatiempos que atesoran en un rincón de la memoria.

Cristiano Rattazzi, Teté Coustarot, Marta Minujín, Pepe Cibrián, Gino Bogani, Eleonora Cassano, Carlos Bilardo y Sara Facio comparten las imágenes y anécdotas más representativas de una infancia que los formó y marcó el camino que los llevó al lugar que ocupan hoy.

Marta Minujin
"Los Reyes me regalaron un plato de frutas"

"De niña vivía en la misma casa donde ahora funciona mi taller. Recuerdo mi fiel amor por los Reyes Magos. Los esperaba con tanta ansiedad que no me olvido del primer regalo que me trajeron: fue un plato lleno de frutas. Yo era un diablo desde chica. Jugaba dentro de esa casa, no salía al barrio. Era peligroso San Cristóbal por los años 50. Venían mis primas y subíamos y bajábamos los 48 escalones de una larga escalera blanca que había en la casa porque representábamos la historia de Aladino. Me pasaba las tardes enteras jugando o leyendo.

La tragedía ocurría a la hora de la cena. Odiaba sentarme a la mesa. Mi padre era médico y sobre todo muy estricto. Yo me ponía a comer en el piso junto al perro boxer, que adoraba. Y mi padre me sacudía fuerte y yo sufría. Mi madre era buenísima. Cantaba y tocaba en el piano canciones andaluzas. Tuve un hermano que era pupilo en la escuela y hablaba idiomas. El contraste era muy fuerte, yo era la oveja negra.

En la escuela era buena alumna, me la pasaba dibujando en clase, leía mucho y no necesitaba estudiar demasiado. Era muy existencial y buscaba algo que no sabía qué era. A los 7 años me di cuenta de que era artista. Recién a los 11 pude escaparme de la escuela y hacer el examen de ingreso para el Bellas Artes. En ese momento sentí que había crecido de golpe. Lo que buscaba lo encontré en el arte. Y finalmente a mis 15, lejos de ser una nena, conocí la felicidad con mi primera exposición".

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