A lo largo de la exposición y ulterior entrevista del exministro de Justicia Brasil, Sergio Moro con el fundador y presidente del Grupo Perfil, Jorge Fontevecchia e importantes personalidades del mundo académico y del derecho, hubo puntos relevantes, con ecos no solo en su país, sino con implicancias muy relevantes para Argentina.
A continuación, siete puntos para tener en cuenta:
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La corrupción es un hecho que trasciende lo criminal: pone en cuestión a todo el Estado de Derecho: “Hoy vivimos un momento muy triste por la pandemia, pero con voluntad política se puede. Esta cuestión no es puramente criminal: el estado de derecho, el imperio de la ley es el mensaje fundamental para ser transmitido en esta conferencia”.
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El mecanismo de corrupción es continental y poderoso: "La lección aprendida es que los movimientos anticorrupción, al contradecir intereses poderosos, son difíciles de poner en marcha. Las reformas no son solo represivas sino tienen que ver con la transparencia. La parte represiva tiene que ver con que haya castigo para los corruptos. Un avance fue la acentuación de la polarización política en Latinoamérica"
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El riesgo de la corrupción es el descrédito de la democracia. “Para la democracia y el desarrollo económico se necesitan instituciones robustas. Lo comenzó con el Mensalao y el Lava Jato se expandió hacia todo el continente. Especialmente hacia Ecuador, Perú y luego hacia el resto de Latinoamérica. También hacia Argentina”
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El populismo, tanto de derecha como de izquierda, es negacionista: “lo que se llama populismo puede ser tanto de derecha como de izquierda. Ese discurso que apela a lo nacional, apela a la polarización política, a la división de la sociedad entre amigos y enemigos. En verdad, en una sociedad democrática podemos tener diferencias pero no enemigos; como enemigos solo colocaría tal vez a quienes cometen crímenes. (...) En Brasil, eso puede significar la postura del presidente de la república frente a la pandemia de coronavirus, una postura principalmente negacionista en cuanto a la gravedad del problema.De la misma forma hay un negacionismo del Partido de los Trabajadores.
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Avances en la lucha contra la violencia y el crimen organizado; pero una agenda pendiente: El exministro se refirió a su gestión en el gobierno de Jair Bolsonaro. “Cuando me invitaron, fue una decisión difícil, pero mi evaluación era que yendo al gobierno podría influir en el proceso y avanzar en una agenda anticorrupción. Conseguimos avanzar en otros sectores, como el crimen organizado y violento, pero no avanzar en la agenda anticorrupción. La semilla está plantada, es una agenda que puede ser retomada. Es muy difícil hacer esa evaluación porque forma parte de una cifra negra, pero no creo que tengamos hoy en Brasil los mismos niveles de corrupción que tuvimos en el pasado”
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La importancia del colaborador arrepentido: “Fue un sistema de investigación que utilizamos en el caso de Java Jato. La corrupción involucra a quien paga y quien recibe, y si ellos se callan nunca lo sabremos. El acusado colaborador es criticado, pero puede ayudar mucho. Siempre tiene que haber una prueba. Muchas pruebas fueron recogidas independientemente de cualquier colaboración; pero cuando ésta fue usada, todo fue respaldado por el apoyo de una investigación independiente”
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Las acusaciones sobre parcialidad en el juicio contra Lula son infundadas: Sergio Moro también se refirió a las grabaciones que se filtraron de su intercambio de mensajes y diálogo con fiscales de la causa. “Hubo un ataque hacker a un teléfono de un promotor, los mensajes fueron divulgados y el origen de ello fue un acto criminal. Pero hay que recordar que no tenemos en Brasil como existe en Argentina el juez de instrucción. El juez en la parte de investigación tiene un papel principalmente pasivo, decide sobre los planteos de las partes. No tiene normalmente iniciativa. En el sistema procesal de Brasil, el juez que actúa en la investigación lo hace también en la acción penal. Eso sucede tanto en Curitiba como en todo lugar. En una operación de esa especie, que duró varios años, es común que haya conversaciones. La operación Lava Jato ganó una proyección enorme. Era muy común que nosotros recibiésemos relatos de diversas personas hablando de historias de corrupción y eso lo mandábamos a los fiscales sin hacer juicios de valor”.