Hoy a la mañana hilvanamos la triste noticia, sobrevolando redes y titulares: “El Negro… 73 años… una cruel enfermedad… su silencio desde hace un año…” y mil veces, “QEPD”. Sí, ya no hay vuelta atrás, murió Horacio Fontova. El que se alzó con dos Martín Fierro como humorista, por su personaje de Sonia Braguetti en el programa Peor es nada, con Jorge Guinzburg. El cantautor que reemplazó a Daniel Rabinovich en un tour de Les Luthiers por España, en 1996. Ese que pasó desapercibido en Hair y Jesucristo Superstar, pero se lució en Malos Hábitos y Orquesta de señoritas. Ese pelilargo que se dio baños de espuma en El regreso de Peter Cascada, el único protagónico de su carrera, dirigido por Néstor Montalbano. Y el que sin saberlo se despidió de la pantalla grande, con Metegol.
Amaneció con sol, pero este 20 de abril todos sintieron que era un día de cenizas. En el termómetro social de twitter, varios pusieron on, otros off; los que no lo habían conocido se conmovieron igual y los que sí, colgaron sus recuerdos junto al ídolo popular.
“Hoy se nos fue el Negrito. Su corazón era de una desmesurada generosidad. Una de las personas más nobles que he conocido en este trámite. Hoy el mundo será más triste sin su sonrisa” escribió Fito Páez. Y enseguida se sumó Alberto Fernández, el Presidente de la Nación: “Hoy se ha ido el querido Negro Fontova, recuerdo sus dibujos convocando a recitales e ilustraciones desde la tapa de El Expreso Imaginario. Disfruté su música y su humor, lo vamos a extrañar”.
En pocos minutos y con pocas palabras, dos actrices se apresuraron a hablar desde el alma. Malena Guinzburg, escribió con ternura: “se acaba de morir un poco de mi infancia”. Y Claudia Fontán, su pareja durante más de una década, no dejó de llorar al aire, mientras compartía micrófono en FM100 con Guido Kaczka: “Me es muy difícil decir algo… Qué puedo decir de una persona que fue mi amor, mi compañero de tantos años. Un tipo enorme y un tipo inolvidable que si pasó por tu vida deja una huella para siempre”. Como pudo, dijo que quería recordarlo con alegría. “Cuando escucho Entra a mi hogar, me acuerdo de él componiéndola en la cocina de casa, siempre generando alegría. Todavía hay cosas que me dan ganas de contárselas a él. Gran parte de lo que soy es por el Negro. Fueron 12 años de amor y admiración”, alcanzó a decir cuando ya no pudo decir nada más.
Especial de Peor es Nada en homenaje al Negro Fontova
En tiempos de coronavirus, cada uno alzó el pañuelo del adiós desde su casa. Y se escucharon todas las voces. Por supuesto, las primeras fueron las que debían estar en el adiós a un muchacho peronista: Relatores el Futbol va con vos, Osvaldo Santoro, Santiago Cafiero, Carlos Polimeni, Eduardo Aliverti, María José Lubertino, Soledad Silveyra, Ginés González García, Osvaldo Bazán y muchos más.
El Ministerio de Cultura de la Nación y el Instituto Nacional de la Música lo despidieron con solemnidad: “Nunca vamos a terminar de agradecerte tanto compromiso con la Música y con las causas justas y nobles”. Parafraseando a Miguel Hernández Luis D’Elia no se privó de despedirlo con poesía: “Como de un rayo se nos fue El Negro Fontova. Partió a la tierra sin mal... Vivirás para siempre en nuestros corazones. Acá –en la foto que acompaña la publicación- estamos en la puerta de Comodoro Py, la última vez que nos vimos…”.
Pero en rigor de verdad, fue una despedida plural. Greenpeace le agradeció “su trabajo fundamental para evitar que nuestro país se convierta en un basurero nuclear”. La Agrupación Oesterheld lo declaró "Patriota del Pueblo y de la Patria. Las personas tenemos fecha de vencimiento. El Amor es eterno”. Mientras algunos twitteros videntes anticiparon el reencuentro entre Sonia y Don Yonson, otros canturrearon su despedida a Néstor Kirchner: “Y nos dejaste un todo imposible de olvidar”.
Y sin buscarlo, la explicación a tantos adioses quedó en boca de Leandro Santoro, diputado de CABA, por el Frente de Todos: “Franco, ácido, directo y frontal... Pero también noble, tolerante y cariñoso. Hoy lo despiden de ambos lados de la grieta con afecto y respeto. En estos tiempos, no creo que haya mejor epitafio”. Y desde algún cielo, sin duda, estará resonando Me siento bien.