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Alejandro Castro Solano: “La adicción a Internet es una patología que puede alterar la salud mental”

Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, investigador principal del Conicet y director del Centro de Investigaciones en Psicología de la Universidad de Palermo (UP), el especialista en psicología de Internet alertó sobre los usos indebidos de la red.

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Alejandro Castro Solano se especializa en rasgos de personalidad y psicología de la Internet. | Juan Obregón

Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), director del Centro de Investigaciones en Psicología y del Doctorado en Psicología de la Universidad de Palermo (UP), Alejandro Castro Solano se especializa en rasgos de personalidad y psicología de la Internet y esta semana participó de la Agenda Académica de Perfil Educación. “Cuando los estudios muestran que cuando las personas usan mucho Internet para mirar lo que hace el resto, entonces es ahí cuando aumenta la comparación social, y eso puede ser peligroso. Porque tiendo a mirar lo positivo que hace el resto. Y eso me puede impactar a mi y puedo tener peores resultados psicológicos. En cambio, si yo tengo una tendencia a hacer un uso un poco más activo de las redes sociales, por ejemplo, teniendo más presencia activa, haciendo comentarios, subiendo historias, posteando publicaciones o haciendo transmisiones en vivo, entonces ese comportamiento puede permitir que yo tienda a funcionar un poco mejor y el uso puede no ser tan complicado en la comparación social con el resto de los usuarios que están en esa red”, sostuvo.

Docente de Psicología de la Internet y de Ciberpsciología: Una Mirada a la Psicología de la Internet en UP, y de Técnicas Pscicométricas en la UBA, Castro Solano es autor de una gran producción académica, con trabajos cómo Preferencia en la Utilización de Plataformas y Diferentes Usos de Internet; Perfiles diferenciales de usuarios de Internet, factores de personalidad, rasgos positivos, síntomas psicopatológicos y satisfacción con la vida; Uso pasivo de redes sociales y malestar psicológico. El rol de la comparación social; Características psicológicas diferenciales entre usuarios de redes sociales de alta exposición vs. no usuarios; “La personalidad ‘positiva’: Fortalezas de la personalidad que contribuyen al bienestar de la comunidad”, entre otros. “La adicción a Internet es una patología que puede perjudicar la salud mental. Pero, lo más grave, es que se trata de algo que todavía no está considerada como un trastorno mental. El único trastorno de este tipo que ya está tipificado es el relacionado con las apuestas online. Pero, en cualquier caso, lo importante es advertir que el verdadero problema aparece cuando el uso intensivo de Internet se convierte en patológico”, agregó.

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Castro Solano advierte que el uso de Internet puede tener una forma activa y otra pasiva frente a las redes sociales.

—En Preferencia en la Utilización de Plataformas y Diferentes Usos de Internet usted analizó la preferencia de los usuarios por diversas plataformas de Internet y sus usos, considerando diferentes variables psicológicas. ¿Qué es lo que más lo sorprendió cuando realizó este estudio que analiza lo que se denomina como investigaciones sobre la “psicología de Internet”?

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—En ese estudio intentamos analizar por qué las personas usan Internet, para qué la usan y qué tipo de plataformas utilizan. Nos preguntamos sobre las derivaciones que pueden tener los usos de Internet. No solo la forma de usar Internet. Porque cuando hablamos de psicología de Internet, nos referimos no solo al uso de Internet, sino también al resultado de ese uso. Es decir, no  es el uso en sí mismo, sino para qué se usa Internet y cómo es cada persona en relación a ese uso. Por lo tanto, lo que descubrimos en ese estudio era que existen dos tipos de usos diferentes de Internet. Primero, hay un uso de tipo laboral, que se concentra en lo utilitario, es decir en lo que se hace con Internet en el plano del trabajo. Pero, también hay un segundo aspecto, que es otro tipo de uso, que estaría más vinculado a lo social. Por otra parte, este segundo formato también estaría dividido en dos variables, en primer lugar hay un uso social de Internet, que se realiza para poder conectarse con familiares y amigos,  y una nueva forma de uso, que se realiza para establecerse como pasatiempo o para conocer gente nueva y establecer nuevos contactos sociales. Pero lo importante es entender que, en relación con la personalidad, no es lo mismo usar la Internet si se es una persona que por ahí no tiene algún recurso psicológico como para conectarse en forma cara a cara con otra persona, que las personas que usan Facebook para mantenerse en contacto con amigos y familiares. El primer caso puede haber una derivación patológica. En ese sentido, hay un estudio que ya se ha vuelto un clásico, aunque es de mediados de los noventa, cuando se empieza a estudiar el comportamiento relacionado a Internet, cuando había poca gente conectada y poca gente usando Internet. Este estudio se hizo en 1998 en Estados Unidos y sostuvo que las personas que usaban Internet podían tener una tendencia a perder el contacto social y, levemente, se les incrementaban los rasgos depresivos. Ese estudio se conoció como la paradoja de Internet, porque si bien Internet había sido una tecnología diseñada para la comunicación social, parecía que su uso disminuía este aspecto. Pero ese fue un primer estudio sobre el tema y fue muy polémico y fundamental, porque es el que todos los investigadores citamos y marcó una tendencia con respuestas a favor y en contra de esa hipótesis. Era una época en la que Internet no estaba tan desarrollada y surgieron preguntas sobre ese tema, que se interrogaban si eso le pasaba a todas las personas o solamente a algunas, porque por ejemplo, los más extrovertidos no perdían contacto social, sino todo lo contrario y  aumentaban los vínculos con otras personas, en cambio, a los más introvertidos, que lo estaban usando como forma compensatoria para establecer vínculos sociales, quizá no tenían resultados positivos. Eso permitió ver que había variables que moderaban un poco los efectos del uso de Internet. Y, más adelante, empieza a surgir toda una serie de estudios con las redes sociales que se fueron creando y el fenómeno se amplia. Y los estudios de los primeros años de este siglo parecían indicar que Internet iba a tener aspectos beneficiosos, que iba a ampliar el paradigma de la democracia, a masificar la comunicación y a pensar en aspectos más interesantes, hasta que ahora pensamos en los aspectos negativos y hablamos de adicción a Internet o de patologías vinculadas al uso de Internet. Empieza a observarse una tendencia en la que el uso prolongado de Internet puede reducir el bienestar y se aumente la patología, pero esto está asociado a personas que presentan previamente esos rasgos patológicos y que se ven aumentados por la adicción a Internet.

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Castro Solano ha realizado una gran producción académica sobre estudios denominados "psicología de Internet".

—En Perfiles diferenciales de usuarios de Internet, factores de personalidad, rasgos positivos, síntomas psicopatológicos y satisfacción con la vida usted demostró que el intenso uso de Internet, especialmente de las redes sociales, genera una disminución en los niveles de satisfacción con la vida y un aumento de síntomas psicopatológicos, y también mostró que la extraversión, la jovialidad y la baja responsabilidad parecen ser factores determinantes en las preferencias por el uso de las redes sociales. A partir de estas investigaciones, ¿cuál cree usted que sería el mayor desafío que presenta el uso de Internet para la salud mental?

—Más allá de la particularidades de cada persona, lo que vos descubrís en estos investigaciones es que depende de lo que trae previamente cada persona. Las variables diferenciales son muy importantes porque en algunas personas aparece una patología, que se ve muy marcada, pero en otras personas esto no se produce. Si yo tomo un grupo de personas que usan mucho Internet tienen problemas en su bienestar psicológico, pueden ser personas que también tengan patologías con otras sustancias. Porque Internet genera una adicción sin sustancia. Hay personas que usan entre 8 y 9 horas Internet y una gran parte de ese tiempo está dedicado a redes sociales, son personas que están prácticamente online todo el tiempo. Esto se da más fuerte entre más jóvenes y entre las mujeres. Pero eso no significa que tenga algo patológico. Pero también hay personas que están entre 16 y 18 horas conectadas y que no pueden salir de eso. A estas personas les puede generar problemas para trabajar o para socializarse de otra manera. Entonces ahí sí estamos frente a un comportamiento patológico y serían adictos que no pueden cortar su conexión.  Son personas que necesitan tratamientos para regular el uso de Internet y que deben acudir a ayuda profesional que les permita regular el uso de Internet para que no se presente una patología.

—En Uso pasivo de redes sociales y malestar psicológico. El rol de la comparación social, un muy interesante estudio en el que usted, por un lado, se examinó el poder predictor de variables relacionadas al uso de redes sociales (como puede ser el tiempo de conexión, tipo de uso –pasivo/activo–, motivaciones de uso) y la comparación social, sobre el malestar psicológico percibido (como podría ser los síntomas de la depresión, la ansiedad, o el estrés), y, por otro lado, analizó el rol mediador de la comparación social en la relación entre el uso pasivo de redes sociales y la percepción de malestar psicológico percibido. Entendiendo el avance que ha realizado con esta investigación, ¿cuáles son las redes sociales que según su experiencia presentan un mayor impacto nocivo en los comportamientos psicológicos de sus usuarios?

—Es una pregunta difícil, porque no hay estudios que puedan distinguir tan claramente el impacto de las distintas redes sociales. Pero podemos decir que Instagram y Facebook son las más grandes, las que más uso presentan en estos estudios que investigamos. En tanto que podríamos decir que WhatsApp es la red social que está más permanente en las respuestas de las personas que estudiamos. Pero es importante advertir que el problema no es la red social en sí, sino la comparación social que surge de la utilización de las distintas redes sociales. La comparación social es una variable muy importante en el uso de redes sociales, es un mediador muy importante porque ese rasgo es el que impacta en todos los resultados psicológicos. Hablamos de comparación social en el sentido de que un usuario de una red social compara su comportamiento con el de otros usuarios. Y esto es lo que hay que atender en mayor medida. Porque si bien puede haber un uso pasivo y un uso activo de las redes sociales, en cada caso se presentan situaciones que son muy diferentes, que presentan distintos resultados para los usuarios. Porque yo puedo utilizar una red social de forma pasiva, por ejemplo, empiezo a mirar cosas que hacen los demás, empiezo a mirar otras publicaciones, empiezo a mirar las historias que los demás postean. Es en ese caso cuando los estudios muestran que cuando las personas usan mucho Internet para mirar lo que hace el resto, entonces es ahí cuando aumenta la comparación social, y eso puede ser peligroso. Porque tiendo a mirar lo positivo que hace el resto. Y eso me puede impactar a mi y puedo tener peores resultados psicológicos. En cambio, si yo tengo una tendencia a hacer un uso un poco más activo de las redes sociales, por ejemplo, teniendo más presencia activa, haciendo comentarios, subiendo historias, posteando publicaciones o haciendo transmisiones en vivo, entonces ese comportamiento puede permitir que yo tienda a funcionar un poco mejor y el uso puede no ser tan complicado en la comparación social con el resto de los usuarios que están en esa red. Esto es lo más importante que hemos descubierto en estas investigaciones.

—En Características psicológicas diferenciales entre usuarios de redes sociales de alta exposición vs. no usuarios usted realizó estudios que muestran, según la percepción de usuarios de redes sociales como Facebook e Instagram, que aquellos participantes que dijeron no usar redes sociales se autoperciben más responsables y con un mayor nivel de satisfacción vital, mientras que los usuarios de alta exposición registran un mayor grado de sintomatología general y se autoperciben como más neuróticos. ¿Es posible advertir cambios en las patologías terapéuticas o psiquiátricas a partir de nuevos tratamientos ocasionados por el uso de alta exposición a las redes sociales?

—El punto más importante en relación a esta pregunta es el que tiene que ver con la adicción que genera la utilización de Internet. Otro terreno totalmente distinto es lo que se llama el uso patológico del Internet o cómo también se puede denominar lo que definimos como el uso problemático de Internet. Algunos se refieren a este factor como  adicciones, pero en la bibliografía se lo menciona como uso problemático de Internet. Estamos refiriéndonos a las personas que pasan muchas horas usando Internet y que por esta razón empiezan a tener problemas en el mundo off line, es decir, puede tener complicaciones ya sea en el trabajo o también presentan alteraciones en los vínculos con su familia o amigos. Y esto es algo que debemos atender con seriedad y responsabilidad porque puede ser una patología que podría generar problemas en la salud mental de estas personas. La adicción a Internet es una patología que puede perjudicar la salud mental. Pero, lo más grave, es que se trata de algo que todavía no está considerada como un trastorno mental. El único trastorno de este tipo que ya está tipificado es el relacionado con las apuestas online. Pero, en cualquier caso, lo importante es advertir que el verdadero problema aparece cuando el uso intensivo de Internet se convierte en patológico.

Alejandro Castro Solano 20230906
Castro Solano advierte que las patologías que presenta el uso indebido de Internet aún no se consideran un trastorno mental.

—En La personalidad ‘positiva’: Fortalezas de la personalidad que contribuyen al bienestar de la comunidad usted hace un recorrido del concepto de rasgos positivos, desde sus raíces en las fortalezas del carácter hasta el modelo propuesto por los autores que consideran un continuo salud-patología. ¿Cuáles son las particularidades que presenta una personalidad positiva en relación a distintos comportamientos que usted haya investigado en sus estudios?

—La psicología siempre estudió la personalidad, pero generalmente se concentró en las distintas patologías que podían alterar el comportamiento. Por esa razón, la personalidad positiva no era objeto de investigaciones en estos estudios. Sin embargo, a medida que fueron pasando los años empieza a surgir una nueva etapa en relación a todo el surgimiento de lo que sería conocido como la psicología positiva. Toda esta nueva etapa se produce hace algunas décadas, estamos hablando de los noventa, cuando se le empezó a dar más importancia a lo que sería la fortaleza del carácter, a los aspectos positivos de una persona o a estudiar los rasgos positivos que tienen las personas. Se trata de una nueva etapa en la que se empezó a investigar todo lo relacionado con el bienestar emocional, con la fortaleza del carácter, entendiéndola como uno de los pilares del comportamiento. Y todo eso trajo aparejado un nuevo marco para lo que se conoce como el bienestar psicológico. Nosotros hicimos este estudio alternativo de la fortaleza emocional, que es un continuo entre la salud y la enfermedad y lo que vimos es que algunos de estos rasgos son importantes para ciertos resultados psicológicos. Por ejemplo, estamos hablando de personas a las que les va bien en el trabajo, personas que tratan de mantener este bienestar a largo plazo, personas que presentan menos patologías. Porque ocurre que hay factores psicológicos que hacen que a determinada gente algo les afecta menos que a otras personas. Por eso, creemos que lo ideal sería tener estos rasgos positivos que funcionan como una suerte de buffer que permite que te afecten menos determinados problemas o que estos problemas puedan estar más alejados que en otras personas.

—Esta sección se llama Agenda Académica porque propone brindarle a docentes e investigadores un espacio en los medios masivos de comunicación para que difundan sus trabajos. La última pregunta tiene que ver con el objeto de estudio: ¿por qué decidió especializarse en estudios sobre en rasgos de personalidad y psicología de la Internet?

—Yo venía estudiando la psicología positiva desde 2008 y a medida que lo iba estudiando veía que las personas hacían un uso intensivo de Internet, que estaba cada vez más invadiendo nuestras vidas. Estoy hablando de los primeros años de este siglo, cuando Internet empieza a crecer en todas sus formas. Porque en un principio, se trataba de algo que solo estaba disponible en el mundo laboral o en las universidades. Desde ese enfoque, y a partir de ahí empecé a hacer una capacitación en Ciberpsicología y descubrí un área nueva, relacionada con Internet y con la Psicología que me fue apasionado porque pude vincular todas las áreas de mi formación profesional. Y fueron temas que me empezaron a interesar con variables específicas que son las que ahora trabajo en forma permanente.