El estado de ánimo en Manhattan no podría ser más sombrío hacia Argentina a pocos días de que el presidente electo, Alberto Fernández, asuma el cargo.
En un panel de discusión el martes, la advertencia de inversores y analistas fue que el Fondo Monetario Internacional podría dejar de ofrecer apoyo adicional, que las probabilidades de incumplimiento siguen siendo altas y que será la vicepresidenta entrante, Cristina Fernández, presidenta de Argentina de 2007 a 2015, quién efectivamente tomará las decisiones.
Los acreedores aparecen “en el lado de los perdedores” ya que Cristina Fernández estará “completamente a cargo” del próximo gobierno, dijo Jorge Piedrahita, director ejecutivo de Gear Capital Partners. Probablemente tuvo una influencia significativa sobre el equipo económico del nuevo presidente, dijo la experimentada analista para Argentina Siobhan Morden.
Los estrategas se presentaron en un evento de Debtwire en Nueva York junto a AJ Mediratta de Greylock Capital Management y José Luis Vittor de Hogan Lovells. Si bien Morden dijo que es posible que Argentina, los acreedores y el FMI puedan llegar a una “solución mutuamente beneficiosa”, el tono general del panel estuvo lejos del optimismo moderado en los días posteriores a la elección de Alberto Fernández a fines de octubre.
Amenaza del FMI
Por un lado, Mediratta dijo que el FMI es la única fuente obvia de capital extranjero de Argentina en este momento. El riesgo, según Piedrahíta, es que Estados Unidos, el mayor accionista de dicho fondo, podría usar su influencia para negar un apoyo adicional a Argentina como castigo en caso que Fernández busque un enfoque más flexible respecto a Venezuela y una relación más profunda con China.
La organización financiera internacional señaló anteriormente que “la decisión de apoyar el programa económico de un país con préstamos del FMI es una prerrogativa de la Junta Ejecutiva del FMI que representa a los 189 miembros del Fondo”.
Una preocupación más apremiante es que Argentina probablemente no obtendrá el resto de su desembolso actual del FMI, según Morden, jefa de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities. La analista dijo que las probabilidades de un incumplimiento del pago son “bastante altas” y que no es realista esperar que la nación complete una reestructuración de la deuda en solo unos meses, especialmente cuando Alberto Fernández parece priorizar la política exterior sobre la economía local.
Fernández “no ha abordado los problemas”, dijo. “Solo dice lo que sea políticamente conveniente decir”.
‘Bomba de tiempo’
Los inversores consideran a la provincia de Buenos Aires como una prueba inicial sobre la manera en que el gobierno de Fernández tratará a los acreedores. La provincia tiene una deuda superior a US$500 millones que vence el próximo mes y escasos fondos para pagar.
“No está claro de dónde viene el dinero”, dijo Mediratta. “Es una bomba de tiempo”.