Los inversionistas del proyecto aeroportuario previsto para Ciudad de México quieren mucho más del gobierno antes de aceptar su oferta de recompra.
Una garantía federal explícita de honrar la deuda ayudaría a resolver los problemas, según conversaciones con más de media docena de tenedores de bonos, quienes solicitaron no revelar su identidad. De no ser así, el gobierno debería acceder a una recompra más grande u ofrecer una mayor compensación a los inversionistas que mantengan las notas y estén dispuestos a renunciar a los términos establecidos cuando se vendieron los bonos, aseguraron.
La administración del presidente Andrés Manuel López Labrador está teniendo dificultades para conseguir apoyo a una propuesta que ponga fin a su enfrentamiento con los inversionistas, quienes prestaron US$6.000 millones para la construcción de un nuevo aeropuerto en la capital mexicana, un proyecto del que el nuevo presidente quiere deshacerse. Un grupo ad hoc de tenedores de bonos que asegura poseer más del 50 por ciento de una de estas notas –suficiente para bloquear el acuerdo–, ha rechazado una oferta de recompra de alrededor de US$1.800 millones en bonos, a tan solo 90 centavos por dólar, más una compensación de menos de 1 centavo para los inversionistas que acepten renunciar a su derecho de declarar un incumplimiento inmediato cuando termine la construcción.
"El principal problema con esta oferta es que no da nada a cambio de lo que pide", afirmó Sebastian Salvay, analista de la agencia de bolsa TPCG en Olivos, Argentina, quien cubre bonos corporativos de América Latina. “Idealmente, el gobierno debería reformular la propuesta y agregar garantías. El valor de 90 es justo, pero necesita una garantía del gobierno".
La oferta sería mucho más atractiva si el gobierno estuviera dispuesto a recomprar el monto total de los bonos vigentes, en lugar de menos de un tercio, según los inversionistas. Algunos afirmaron que podrían verse tentados si un nuevo bono incluyera una garantía explícita. En cualquier caso, se necesitaría que el gobierno se siente en la mesa de negociación.