Las grandes gestoras de capitales como BlackRock Inc. y Amundi Asset Management se están encontrando con un obstáculo a la hora de asignar más fondos a inversiones sostenibles de mercados emergentes: la falta de definiciones globales comunes que faciliten la identificación de los activos que pueden comprar.
Hay un déficit de hasta US$4 billones anuales en las inversiones necesarias para abordar problemas como el cambio climático, según estima la Organización de las Naciones Unidas. La ausencia de estándares comunes es uno de los obstáculos para llenar ese vacío, dicen las gestoras de capitales, junto con la falta de datos sobre las emisiones de carbono y la colaboración inadecuada entre los reguladores a nivel mundial.
Muchas gestoras de activos están introduciendo cambios para hacer que los criterios de sostenibilidad sean parte esencial de sus estrategias. Las dificultades abundan incluso sin los problemas que plantean la ausencia de definiciones globales sistemáticas. Desacuerdos sobre la inversión responsable resultaron en la marcha reciente de 11 personas en NN Investment Partners, una gestora de fondos holandesa de US$313.000 millones.
“El capital tiene que llegar donde realmente se necesita”, dijo Stanislas Pottier, director de inversiones responsables de Amundi Asset Management, al margen de una conferencia en Singapur la semana pasada. Las grandes gestoras de capitales a veces se enfrentan a dificultades para invertir en activos de mercados emergentes debido a “restricciones estrictas del perfil de riesgo, la falta de una definición estándar de sostenibilidad e información y datos inadecuados”.
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Liberar unos fondos de capital en teoría enormes permitiría a economías emergentes, muchas de las cuales están en Asia, acceder a fondos para el desarrollo de hospitales, carreteras y escuelas, así como avanzar hacia fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente.
“El problema es que este capital no puede llegar a los mercados emergentes principalmente debido a las definiciones, los datos y, lo que es más importante, el desajuste de la necesidad de inversión”, dijo Daniel Klier, responsable de finanzas sostenibles de HSBC Holdings Plc, el mayor suscriptor de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad este año. “Alrededor de dos terceras partes de las inversiones necesarias cada año deben destinarse a los mercados emergentes, pero solo estamos consiguiendo alrededor del 20%”.
Para aliviar el estrangulamiento de los flujos de fondos, muchos participantes del mercado dicen que los llamados bonos de transición pueden ayudar a desarrollar una inversión responsable, particularmente en Asia. Este tipo de deuda permitiría a las empresas desplazarse hacia una energía más limpia para acceder al capital y proporcionar un gama más amplia de posibles inversiones.
Los bonos de transición esencialmente proporcionan un trampolín para los emisores que puede que no estén listos para vender deuda verde o sostenible todavía.
“Tenemos dinero de pensiones mundiales a largo plazo y debemos facilitar el flujo hacia los mercados emergentes a través de nuevos instrumentos que respalden objetivos sostenibles”, dijo Geraldine Buckingham, jefa de la región Asia-Pacífico en BlackRock. “Necesitamos que los reguladores colaboren a nivel mundial, ya que este es un problema mundial.