En su intento por impulsar el crecimiento económico, Sudáfrica no debe conformarse nunca en la protección de instituciones clave como el banco central o el Tesoro Nacional, afirmó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
El auge del populismo en las economías desarrolladas ha traído consigo una ola de ataques a los bancos centrales en EE.UU., Reino Unido, Europa y Sudáfrica, donde el gobernador Lesetja Kganyago rechazó con éxito una propuesta del representante ainticorrupción de la nación de cambiar la constitución para eliminar el mandato del Banco de la Reserva sobre el objetivo de inflación.
“Una política monetaria sólida que ande con firmeza es valiosa y debe estar asegurada; un Tesoro bueno y sólido que no pueda ponerse en riesgo es una institución valiosa y debe estar asegurada y protegida", declaró Lagarde a los reporteros el miércoles en la capital, Pretoria. "Tengo muchas esperanzas de que la fortaleza de una institución como el banco central o el fortalecimiento del Tesoro sean temas que ocupen un lugar destacado en la agenda, y de que nunca haya autocomplacencia al respecto".
Captura del estado
Lagarde dijo que mantuvo "excelentes conversaciones" con el presidente Cyril Ramaphosa, quien lucha con un producto interno bruto que no se ha expandido más de 2 por ciento anual desde 2013. También ha convertido en prioridad la lucha contra el crimen y la corrupción que han golpeado a las empresas estatales. Existe una investigación judicial sobre la llamada "captura del estado", un término local para el uso de conexiones políticas a fin de asegurar el nombramiento de aliados en puestos estatales clave y obtener contratos.
"Hay mucho trabajo por hacer", dijo Lagarde. "Sin duda, el presidente está comprometido a llegar al fondo y apoyar este proyecto de eliminar esta captura del estado. Estoy segura de que saldrán muchas cosas buenas a pesar de que el proceso es doloroso, pero para la población de Sudáfrica es muy necesario".
Su estadía en la economía más industrializada de África siguió a una visita del personal técnico del FMI, la cual determinó que la deuda pública está alcanzando "niveles incómodos". El banco recomendó a Sudáfrica introducir un ancla de deuda en su presupuesto para mostrar el compromiso del gobierno de reducir sus obligaciones y ayudar a endurecer la política fiscal.
Lagarde no ve la necesidad de asistencia del FMI para Sudáfrica, señaló en otra entrevista con la emisora estatal SABC News.
Impulsores del crecimiento
El presupuesto a mediano plazo de octubre mostró que la deuda del gobierno alcanzará su punto máximo dos años más tarde, y más alto que lo previsto anteriormente; la brecha fiscal se ampliará aún más; y los ingresos del estado seguirán por debajo de la meta. El país debe controlar sus crecientes costos crediticios para evitar que la deuda supere el 60 por ciento del producto interno bruto, lo que podría obligarlo a buscar ayuda del FMI, explicó el ministro de Finanzas, Tito Mboweni, después de la presentación del presupuesto.
El sector privado tiene que impulsar la inversión, lo que aumentará el crecimiento y creará empleos, dijo Lagarde.
"No hay recetas mágicas: en generalidad se espera previsibilidad, disciplina fiscal, sostenibilidad de la deuda, una combinación de políticas que realmente proporcione a los inversionistas un entorno propicio para su negocio", aseguró.
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