La inmunidad total contra el nuevo coronavirus va a conseguirse una vez se obtenga la vacuna, que según los pronósticos más esperanzadores podría llegar a fines de este año. Mientras tanto, las autoridades sanitarias de todo el mundo no cesan en la investigación para tratar de saber lo máximo posible sobre el SARS-CoV-2.
En esa búsqueda de conocimiento, podría ser que se haya descubierto que algunas personas sí tienen ciertas defensas hacia esta enfermedad. ¿Cómo? Gracias a la inmunidad cruzada. Es la que se obtiene cuando el organismo ya se defendió de ciertas infecciones y aprende la forma de combatirlas.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla, publicado en la revista Cell, planteó como hipótesis que las personas que solo presentan síntomas leves o directamente son asintomáticas de esta nueva enfermedad podrían tener algunas defensas contra la COVID-19 tras haber padecido otros tipos de coronavirus.
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Los científicos llegaron a esta conclusión tras analizar de forma exhaustiva cómo responde el sistema inmunológico humano al ser atacado por el coronavirus SARS-CoV-2.
Los coronavirus son una extensa familia de virus que afectan a la mayoría de las personas alguna vez en la vida, es decir, que son comunes alrededor del mundo. Por el momento se conoce la existencia de siete de ellos, que por lo general causan enfermedades leves a moderadas del tracto respiratorio superior como el resfriado común. Sin embargo, algunos pueden provocar dolencias graves como el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
Es habitual resultar infectado y luego enfermarse de nuevo (reinfección). Como ya se sabe, los coronavirus se propagan por el aire al toser o estornudar o por contacto físico entre personas o entre animal y humano.
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Tener pacientes asintomáticos o con síntomas leves genera que los infectados pueden transmitir la COVID-19 a otras personas sin que ninguna se dé cuenta y que se produzcan grandes focos de contagios. Pero con este nuevo estudio estos enfermos podrían ser también la clave para enfrentar la afección.
Los mecanismos que tiene el organismo para protegerse de las infecciones se llama inmunidad, y hay de dos tipos, la innata y la adaptativa. La primera es la reacción automática que tiene el cuerpo para bloquear la entrada de todos los agentes infecciosos, mientras que la segunda es la respuesta a uno específico.
La inmunidad adaptativa, si bien puede tardar más en producirse, deja una suerte de memoria en el organismo. Se podría decir que el cuerpo aprende a combatir ese agente infeccioso y, por tanto, podrá contenerlo en el futuro. La inmunidad cruzada es la capacidad que se logra de este proceso.
Los glóbulos blancos son los encargados de las defensas del cuerpo. Entre ellos se encuentran los linfocitos, que son capaces de reconocer secuencias de virus, bacterias o agentes infecciosos y almacenarlas en su memoria para luego identificarlas en otro agente infeccioso. Así es como se cree que algunas personas presentan síntomas más leves o directamente son asintomáticas de la COVID-19.
B.D.N./FF