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CANDIDATOS / PANORAMA

El laberinto de la tercera vía

Pichetto y Massa disputan por los restos de un espacio que en principio alentaron. Lavagna todavía tiene dudas.

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¿FERREA CONVICCION? SERGIO MASSA | DIBUJO: PABLO TEMES

Sergio Massa y Miguel Angel Pichetto eligieron salidas distintas del laberinto al que fue empujada la posibilidad de una alternativa a la polarización, desgranada con paciencia por el oficialismo y la oposición en el interior de sus pasadizos. Para eludir ese proceso de desgaste, Massa descendió a lo profundo del kirchnerismo. La orientación de viejas solidaridades peronistas le facilitó a Pichetto un puente a la fórmula presidencial en Cambiemos. Los indicios de una trayectoria todavía incierta comienzan a quedar a la vista.
  En su recorrido, Massa pretende alcanzar tres objetivos muy difíciles. Defender su candidatura presidencial, conservar el poder en Tigre y evitar tensiones con los intendentes peronistas que controlan el PJ en la provincia de Buenos Aires. De eso depende la respuesta que debe darle a Alberto Fernández y cuyo plazo de entrega  vence hoy. Es el resultado precario de la tirante reunión mantenida el miércoles 12 en las oficinas del candidato presidencial del kirchnerismo junto a Felipe Solá y Wado de Pedro.
  El jefe del Frente Renovador debe elegir entre dos propuestas. Una PASO acotada únicamente a la fórmula presidencial, como reflejo de un acuerdo de unidad que le pemitiría ocupar tres lugares en la lista de diputados nacionales y cuatro en la de legisladores bonaerenses. O una primaria en la que disputaría todos los cargos en juego contra el kirchnerismo.
 En el medio está Tigre. Massa quiere que Malena Galmarini ratifique el entendimiento como candidata única a intendenta. Fernández ofertó una PASO con Julio Zamora, que busca ser reelegido en el cargo. Massa logró que Eduardo Cergnul sea el apoderado de la contienda. Cumple esa función en el Frente Renovador.
  Como De Pedro le confirmó a Zamora, si participa lo hará con una boleta donde estará privado de llevar la fórmula presidencial y la de gobernador, reservadas a la esposa de Massa.
De Pedro refleja la metamorfosis de La Cámpora desde la candidatura presidencial de Fernández: Máximo Kirchner está convencido de que precisan a Massa para ganarle a María Eugenia Vidal. Casi inclinado a pensar lo contrario, el ex jefe de Gabinete se acerca a los intendentes del Conurbano a los que desairó un día antes del anuncio de su postulación. La comunicación está ceñida por ahora a la voluntad, expresada en una clave tal vez demasiado optimista: los alcaldes le hablan de Axel Kicillof y Fernández les cambia de tema.

Sumisión. Zamora insiste con otro, ligado a un reciente descubrimiento. La sumisión de los intendentes a Cristina. Una profunda coincidencia con Pichetto, impresionado por el libro homónimo de Michel Houellebecq. Una ficción donde la victoria de un partido islámico en Francia fuerza la conversión del resto. El 12, Zamora habló por teléfono con Pichetto. Y antes con Joaquín de la Torre. La propuesta del senador es tangible: respaldarlo contra Galmarini.
   Zamora resolverá después que Massa lo haga con Fernández. Sigue sorprendido por el silencio de los intendentes, reunidos la noche del jueves 13 en San Telmo para conjurarse en mantenerlo. Temen que si lo respaldan La Cámpora pida librarles primarias en sus distritos. O que Cristina los castigue achicando más su participación en las listas bonarenses. No desean aparecer en público rindiéndose ante ella.
 Un escenario de apariencia inevitable que atormenta a Massa y que no compensaría ocupar el primer lugar en la lista de diputados por la provincia de Buenos Aires. Ni siquiera el placer de desplazar de allí a  Felipe Solá. Tal vez ya sabe que Agustín Rossi y Rodolfo Tailhade le adelantaron a Alberto que desconocerán cualquier acuerdo para que ocupe la presidencia de esa Cámara. Pichetto les preguntó a kirchneristas moderados si no es demasiado alto el costo que pagan por incorporar a Massa.
  Mauricio Macri está entusiasmado con la capacidad de iniciativa de Pichetto. Encaja con el diálogo y la apertura de la alianza exigida por la UCR que no pudo capitalizarla por disidencias en su cúpula. Allí comienzan a interrogarse por la calidad de la conducción de Alfredo Cornejo.
  Le atribuyen al gobernador de Mendoza anteponer el interés personal en la negociación por los cargos electivos. Puntualmente, haber pedido para sí la presidencia de la Cámara de Diputados.
  Una oportunidad que no dejó pasar Vidal. Amenazó con no presentarse a la reelección si ese lugar no es para Cristian Ritondo, en el caso de una victoria. La gobernadora está molesta con Cornejo por pedir en la Convención Nacional que sustituyera a Macri como candidato a presidente.

Convergencia. Algunos correligionarios se preguntan qué recuerdo tiene Pichetto de Cornejo. Y de Alberto. En 2007, el entonces intendente de Godoy Cruz y el jefe de Gabinete negociaron la inclusión de Julio Cobos en la fórmula presidencial con Cristina. Fernández aceptó una polémica cláusula del acuerdo.
  Néstor Kirchner no respaldaría candidatos propios en las provincias donde ese sector radical tuviese candidatos competitivos. Pichetto perdió la gobernación de Río Negro contra Miguel Saiz por estrecho margen.
  Más que la falta de acuerdo en la mesa chica de la UCR para que Mario Negri sea candidato a vice de Macri o que, pese a tenerlo, Sanz declinase ese lugar, a favor de Pichetto pesó la tarea de persuasión de Carlos Grosso para que fuese el elegido. Grosso es consejero presidencial y un viejo aliado del patagónico desde la renovación peronista de los 80.
  Al contacto con los gobernadores de Río Negro, Neuquén, Córdoba, Misiones y Santiago del Estero, donde prevalecería la idea de presentar solo candidatos a diputados nacionales en la elección de octubre, Pichetto acaba de sumar a los intendentes del Conurbano. Lo obsesiona darles volumen a las PASO de Cambiemos.
  En esa lógica se inscribe lo que logró anteayer en una reunión de Casa de Gobierno. Sumar a la lista de diputados nacionales a quienes se postularon a gobernador. Indulto a favor de Negri, Marcelo Orrego (San Juan) y Horacio “Pechi” Quiroga (Neuquén).
   Roberto Lavagna esperará hasta mañana para confirmar si es candidato con Juan Manuel Urtubey. Depende de que Antonio Bonfati retenga Santa Fe para el socialismo. Que Graciela Camaño reúna votos en la provincia de Buenos Aires es otro desafío adicional para rescatar a la tercera vía del laberinto que la atrapa.