COLUMNISTAS
encrucijada

En busca de un futuro imperfecto

20231112_tractorazo_cedoc_g
La 125. El conflicto con el campo activó los engranajes iniciales del antikirchnerismo que hoy encarna Milei. | cedoc

La única certeza es que Argentina se encuentra en una encrucijada única que se resolverá en apenas siete días.

Esta elección marca la necesidad de revisar ciertos axiomas sobre la forma de pensar los procesos sociopolíticos. El primer tópico para evaluar es la pobre capacidad de las ciencias sociales de base empírica para entender los movimientos subterráneos de la sociedad. La emergencia de un grupo social dispuesto a asumir una causa “dinamitadora” de los entramados estatales, y de los tácitos –y débiles– acuerdos políticos-culturales de estos cuarenta años de democracia, solo ha podido pasar desapercibida por quienes leen la política en forma simplificada. Se trata de casi ocho millones de argentinos que han visto en Javier Milei la encarnación de la contranarrativa perfecta a la trabajosa perspectiva de la democracia argentina actual en general y a los veinte años de kirchnerismo en particular.

Algo viejo, algo nuevo. Se debe recordar que los engranajes iniciales del antikirchnerismo comenzaron a rodar cuando los sectores medios que empezaron a movilizarse por 2008 tras el conflicto con los sectores agropecuarios por el proyecto de retenciones móviles, y años después, entre 2012 y 2013, cuando el poder de Cristina Kirchner parecía total y que serían absorbidos por el proyecto de Cambiemos. Tampoco es ocioso recordar que CFK sacó el 54% en 2011 –algo inimaginable hoy– a 37 de quien los secundó el socialista Hermes Binner. Pero quienes hoy se ven reflejados en el espacio libertario son una nueva generación, que se puede simbolizar en el bitcoin, dispositivo que representa el sueño de una moneda mundial privada y sin Estado detrás. Las sucesivas elecciones (primarias y generales) han logrado mostrar la emergencia de algo muy parecido a lo que Murmis y Portantiero –en su libro fundacional Estudios sobre los orígenes del peronismo– llamaron “masas disponibles” cuando se referían a los nuevos obreros surgidos en el proceso de sustitución de importaciones de un siglo atrás y que se convertirían en núcleo social del movimiento fundado por Juan Perón. Las características sociológicas de esta “nueva masa” son una tarea pendiente, pero sí se puede advertir que traen una muy intensa forma de polarización, ya que se proponen reversionar la historia desde San Martín hasta nuestros días, en un planteo homologable a las trilladas “batallas culturales”.
El terreno donde se dan la batalla política estos sectores sociales no son las calles, sino las redes sociales. Allí se produce y se reproduce la vida social encerrada en las pantallas de los smartphones. Este proceso es acelerado por los algoritmos que con mayor ánimo de lucro que de conspiración otorga la enésima confirmación de las creencias sin forma o intención de contrastarlas con fuentes externas. Pero estas personas, lejos de sentirse aisladas, encuentran en estos espacios una nueva forma de contención, pertenencia y de expresión como puede observarse en las enormes cataratas de mensajes que inundan tanto las redes como los canales de streaming donde en sus intervenciones suelen mostrar tanto su ingenio como su furia no exenta de agresividad.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Buen parte de la sociedad se pregunta cuál será el futuro económico de un país que solo puede dar promesas a sus habitantes

Adiós siglo XX. En este marco se debe poner en cuestionamiento una teoría muy valorada en la sociología y la comunicación política que es la espiral del silencio. Este planteo, elaborado por la investigadora alemana Elisabeth Noelle-Neumann a mediados de los años 60, expresa muy sintéticamente que las personas tienen un gran temor al aislamiento y que para evitar el “exilio social” buscarán ajustarse a las opiniones dominantes en su entorno. Los sujetos, cuando perciben que su opinión es compartida por la mayoría, se sienten más propensos a expresarla públicamente, pero si percibieran que su opinión es minoritaria o impopular, tenderán a restringir su expresión (silenciarse) por temor al rechazo. Puede observarse que este esquema generalmente aceptado ya no funciona en el mundo actual, en el que existen espacios de expresión por fuera de las instancias dominantes que luchan para imponer su visión.   
Otra teoría muy conocida, la agenda setting, pergeñada por los estadounidenses Maxwell McCombs y Donald Shaw en 1972, también muestra sus limitaciones de cara a los nuevos procesos sociales. Según el planteo de los autores se supone que los grandes medios de comunicación pueden imponer una serie de tópicos en los que la audiencia tiende a pensar. Por un lado, el ecosistema actual de medios se ha ido desgranando en forma significativa con públicos segmentados que van a busca de visiones coincidentes con las propias; por el otro lado, buena parte de lo que aún hoy se podría considerar medios de comunicación mainstream se han confundido con el sistema político al estilo de promotores de ciertas candidaturas y visiones políticas, más allá de las legítimas posiciones personales. Los medios en tanto que partidizados vuelven los relojes a los inicios de la prensa papel en tiempos que efectivamente eran House Organ o publicaciones destinadas a los adherentes de sus sectores políticos.     

Máxima velocidad. Esta nueva etapa que se abre en Argentina será de extremas tensiones. Más allá de los resultados electorales, buena parte de la sociedad se pregunta cuál será el futuro económico de un país que solamente puede dar promesas a sus habitantes. La idea de obtener acuerdos políticos o las famosas políticas de Estado que puedan llevarse adelante por un período extenso al menos en las tres áreas más urgentes (pobreza, economía y seguridad) solo parece ser una expresión de deseo en virtud de los proyectos antagónicos que se manifiestan. A partir de los resultados de las generales, Sergio Massa debería recorrer un techo más corto para lograr la mitad más uno de los votos, pero Mauricio Macri se ha propuesto ser quien puede otorgar los veinte puntos que le faltan para el Sillón de Rivadavia al libertario. Sin embargo, Macri y Milei –o mejor dicho, sus adherentes– no expresan lo mismo, y el espacio del primero se ha disuelto en el aire en apenas unas semanas, lo cual genera cantidad de simulaciones sobre qué harán los votantes de Patricia Bullrich.
Más allá de las urgencias, de la furia, agravios y miedos, el 19 de noviembre los argentinos concurrirán a las urnas para votar a quien les permita vislumbrar con un futuro que seguramente sea imperfecto, pero posible.

 

*Sociólogo (@cfdeangelis)