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La hora de los clones

La información oficial dice que Blade es un vagabundo que escribe novelas en sus ratos libres.

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Una de las pocas buenas noticias de estos días es el anuncio de que Eterna Cadencia y Blatt & Ríos van a publicar otra novela de Lee Child, Mañana no estás. Como no sé cuándo llegará a San Clemente, tomé una resolución drástica y decidí leerla en inglés. Envidio a los lectores bilingües y si algo lamento es no haber leído en otras lenguas desde mi adolescencia. Pero hice lo que pude y, después de una intensa batalla con el vocabulario, terminé con Gone Tomorrow, el número 13 de los 23 volúmenes de la serie de Jack Reacher. Por si quedan lectores que no conocen a Reacher, les cuento que protagoniza dos clases de novelas. Unas tienen que ver con sus años como investigador secreto en el ejército de los EE.UU. y las otras con su vida posterior, cuando se convirtió en un vagabundo que recorre los caminos y las ciudades sin otro equipaje que un cepillo de dientes y enmendando entuertos a su paso. El personaje, ya esté con la ley de su lado o sin protección alguna es un tipo alto y desgarbado, tan bueno para pelear como para memorizar y deducir.

Reacher apenas usa la tecnología: es más bien un personaje de western que se siente más cómodo con los dispositivos mecánicos que con los electrónicos. En Gone Tomorrow (2009), sin embargo, los vaivenes de la trama lo llevan a familiarizarse con el uso de los teléfonos celulares. Como siempre, el asunto es embrollado y empieza con una mujer que viaja en el subte de Nueva York a las dos de la mañana y responde al patrón de una terrorista suicida. Después aparecen un ex comando y actual legislador con aspiraciones presidenciales, una misteriosa y bellísima mujer extranjera que busca al político por una historia del pasado. Hay de todo un poco: matones, terroristas, agentes de seguridad y una mujer policía que tendrá el infaltable episodio amoroso con Reacher, un tipo selectivamente enamoradizo. 

Uno de esos amores es el que lo vinculó en The Affair (2011) con Elizabeth Deveraux, la sheriff de Carter Crossing, un pueblo perdido en Mississippi. Navegando la web, me encontré con un escritor llamado Scott Blade, quien escribió una colección de novelas sobre un supuesto hijo de Reacher y Deveraux, nacido a partir de ese encuentro. Al parecer, Blade le pidió permiso a Child y a la editorial, quienes lo autorizaron siempre que Jack Reacher no apareciera en persona en sus ficciones. Después surgieron complicaciones legales y la serie, originalmente bautizada Get Jack Reacher (porque comienza cuando, a la muerte de Deveraux, Jack Jr. decide buscar a su padre), se volvió a publicar con el personaje rebautizado como Jack Cameron y luego como Jack Widow. La información oficial dice que Blade es un vagabundo que escribe novelas en sus ratos libres. Demasiadas, para ser cierto: entre 2016 y lo que va de 2020 publicó catorce. Se me ocurre que Blade es un escritor fantasma: los libros existen pero él no y su obra parece el trabajo de un comité. Leí la mitad de la primera, Gone Forever, donde se imita alevosamente el estilo de Child, con sus detalles sobre la vida cotidiana en la carretera y la descripción minuciosa de las peleas. Uno diría que estamos ante una falsificación, pero también podría ser que Child se aburra mucho y haya inventado una versión más torpe de sí mismo para poder escribir con menos exigencias.

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