El ministro Randazzo acaba de enviar al Parlamento, un proyecto de Ley que dispone que la celebración del 12 de octubre se desplace al lunes más cercano al aniversario del mítico descubrimiento de América con el objetivo explícito de contar con un nuevo feriado sándwich que favorezca al negocio turístico.
Si bien es cierto que cada vez hay más pobres, también es evidente que cada vez hay más gente motorizada y más gente privilegiada con altos ingresos ignorantes de qué hacer con el dinero, con el tiempo libre y con su vida. Son la materia prima que alimenta los casinos, las termas, los accidentes camineros, gente que comen como cerdos, hablan de vino y de comidas como cerdos en restaurantes medio pelo y pagan fortunas por habitaciones de tres, cuatro o cinco estrellas donde hacen la digestión e intentan copular mirando los mismos programas de tele que miran en sus hogares de tres, dos o una mortecina estrella doméstica y barrial.
La legislatura tendría que rechazar no el cambio, sino el feriado. Alguna vez celebré la vigencia de la ley 2.122 por la que la legislatura de La Pampa estableció para el mismo 12 de octubre un día de duelo provincial en recuerdo de los pueblos devastados por el imperio de los godos, que es lo que el ministro y los empresarios hoteleros y gastronómicos insisten en llamar “Día de la Raza”.
Miro fotos de legisladores y estimo que, como en la población argentina, no menos de la mitad tiene genes indianos. Alguno de ellos tendría que hacer algo. Pienso en esa senadora de rasgos altiplánicos que creció de la mano de Cavallo, que ahora integra el criptoprogresismo de la Coalición Cívica y cuyo apellido evoca al político boliviano que nacionalizó las minas: ¿hará algo? ¿Intentará al menos cambiarle el nombre por el mas sicero y menos ofensivo de “Día del Turismo”, sepultando bajo el peso de la ley la insidiosa alusión a la “raza” ibérica?
Como adhiriendo al negocio turístico de octubre, la Secretaría de Cultura de la Nación ha organizado un nuevo congreso y, como en el 2006, movilizará a los millares de cuadros propios y de las secretarias y ministerios provinciales a la ciudad de Tucumán entre el 16 y 19 del mes. Estas convocatorias nunca sirven pero siempre colman la capacidad hotelera y empiezan mal organizadas. Por ejemplo, la primera noticia del evento apareció en un aviso oficial en la contratapa de la revista Ñ de Clarín, el sábado 30 de agosto, con un texto que anunciaba para el domingo 31 el cierre de la recepción de ponencias.