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Para después de la Feria

Faltan dos semanas para que retome a pleno la actividad judicial, para que termine la Feria. Años de elecciones y de decisiones, sobre todo las judiciales.

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Faltan dos semanas para que retome a pleno la actividad judicial, para que termine la Feria. Años de elecciones y de decisiones, sobre todo las judiciales. Elecciones generales para las que habrá poco dinero para la campaña y mucha ponzoña; la moneda de cambio para decir o callar no será un “sobre” sino una cláusula de “pago a mejor fortuna”. Los mercachifles de tonada campechana y los coimeros disfrazados de periodistas ya se relamen.

La mayoría de los jueces y fiscales federales seguirán respondiendo a su instinto de conservación y al espíritu corporativo más que a la Constitución y a la ley. Sus decisiones, sus contenidos y momentos también tendrán que ver con las encuestas.

La madre de todas las batallas será el “Centenogate”. Causa cuya principal fuente incriminante son las notas de un individuo que compulsivamente anotaba todo, hasta sus visitas al proctólogo. Un sujeto dado de baja del Ejercito Argentino por arrojar una granada a un superior, el mismo que baleó a su suegra para terminar con una discusión familiar… y con la suegra también. El mismo imputado de pertenecer y operar para la banda que delató.

El otro gran nutriente probatorio serían los dichos de otros integrantes de la banda que para no dar con sus huesos en Marcos Paz revelaron quiénes y cómo mataron a Kennedy. Ex funcionarios obedientes que mintieron sobre circunstancias que no vivieron ni vieron; miserables valijeros abofeteados por su propia cobardía. Una causa en la que el juez y el fiscal aprovecharon una falencia perversa del actual sistema procesal penal: las indagatorias no se receptan en audiencia publica, el acto se hace en lo recóndito del despacho del juez, solo con la presencia del fiscal y del defensor del imputado declarante. Cuando se arrepiente y delata a otro imputado del defensor del delatado no está ni puede estar presente; el declarante, en lo oculto y recóndito puede contestar lo que quiera, lo que le digan que diga, sin importar si miente, su mentira nunca podrá perjudicarlo, siempre será un beneficio, el puente de plata para la libertad. Un dispositivo inquisitorial, violatorio de las pautas convencionales y constitucionales, erradicado de casi todos los codigos provinciales, pero que sigue sirviendo de herramienta y amenaza para la casta federal.

Entonces la pregunta que surge espontánea y rápidamente es: ¿con estas fuentes de incriminación un Tribunal Oral Federal condenaría? La encomiable labor periodística no alcanza y darle más valor a la palabra de un imputado delator que a la de un imputado delatado no tiene sustento constitucional ni legal.

La idea de la corporación es sentar a los acusados en el banquillo en junio, para eso hay que “llamar a juicio” a lo sumo en marzo; mientras tanto la Corte tiene la oportunidad de liberar a los “inocentes” y que tengan chance fáctica de preparar una “adecuada defensa” para intentar probar su inocencia, porque si no hacen esto la condena por anticipado puesta por los extorsionadores con micrófono se volcará a la resolución judicial.

Cuentan que un actual funcionario de alto rango para sus vacaciones esteñas mandó a comprar varias mochilas para no subir al avión cargando “bolsos”. Su hija y su hijo ya no están en edad escolar y no tiene el dilema de comprarles o no cuadernos.

Apuntes, en hojas sueltas, para después de la Feria.

 

*Abogado.