El afán de Mauricio Macri de ser el líder indiscutido de la oposición, con demostraciones cotidianas y sin blanquear si será candidato, multiplica la convulsión interna en JxC, que atraviesa por estos días los tiempos más complicados desde que dejó de ser gobierno.
En la presentación de su libro, el ex presidente montó un show de convocatoria y de bajada de línea de lo que hay que hacer, como si su gestión hubiera sido un hitazo. Estuvo todo el PRO y casi nadie de la UCR y la CC.
Allí se vivieron varios momentos de tensión, como el que relató ayer en PERFIL Ezequiel Spillman, entre Patricia Bullrich y Felipe Miguel, jefe de Gabinete de Rodríguez Larreta. No fue el único cruce detectado.
Como ya se anticipó aquí el 2 de octubre pasado, Larreta está convencido de que Macri buscará postularse a la Presidencia. Él tiene decidido enfrentarlo. Pero imaginaba que Bullrich no. Ayer, en la entrevista a Fontevecchia en este diario, la ex ministra de Seguridad afirmó por primera vez que si Macri se candidatea, ella igual dará la batalla.
El terremoto interno es de tal magnitud que hasta afecta a la Tierra Santa amarilla. El gabinete porteño, demasiado ocupado a veces de la proyección nacional de su máximo jefe, fue atravesado por el apoyo explícito de Bullrich para que Jorge Macri sea el sucesor natural de Larreta.
El ex intendente de Vicente López y actual ministro de Gobierno de la Ciudad debió explicar en un agitado cónclave interno que el respaldo de Bullrich no implica que él la avale a ella. Tampoco anunció que se suma al proyecto presidencial larretista. O al de su primo Mauricio, quien también lo proclamó para que busque el mando porteño.
La sospecha macrista es que en su voluntad de armar una fórmula nacional con la UCR en la vicepresidencia, Larreta negocie la sucesión local con Lousteau. “¿Por qué le vamos a entregar a los radicales lo que es nuestro? Acaso nosotros nos metemos en Mendoza o Corrientes o Jujuy?”, se preguntó el primo Jorge en el aire de TN.
Acaso como señal para que se pudra pero no se rompa, ayer Larreta fue con Santilli a la conmemoración de la UCR a 29 años del triunfo de Alfonsín. Y la prensa de unos y otros se apuró a difundir la foto con Morales y Lousteau.
El macrismo también ve la mano larretista detrás de la súbita candidatura de López Murphy. Parece que no sólo los halcones agitan las aguas turbulentas de la oposición.